El golazo a los clubes aficionados femeninos en Colombia

Según una modificación hecha por la Federación Colombiana al estatuto del futbolista, no se les pagará derecho de formación a los clubes de mujeres, en contravía de lo que dice la FIFA.

Luis Guillermo Montenegro
01 de febrero de 2017 - 11:59 a. m.
El equipo de Equidad se entrena para el inicio de la Liga Femenina de Fútbol Profesional.  / Cristian Garavito
El equipo de Equidad se entrena para el inicio de la Liga Femenina de Fútbol Profesional. / Cristian Garavito
Foto: Cristian Garavito / El Espectador
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En el reglamento sobre el estatuto y la transferencia de jugadores, la FIFA dedica un anexo a explicar cómo se deben manejar los derechos de formación en el fútbol, con el objetivo de beneficiar a los clubes que han invertido tiempo y dinero en el proceso de capacitación de sus futbolistas. La etapa de formación para la FIFA va de los 12 a los 23 años y en cada transferencia es obligación del equipo que compra a un jugador pagar un porcentaje del costo total de la operación a los clubes o escuelas que hayan participado en la preparación del jugador.

En este reglamento de la FIFA no se diferencian el fútbol masculino y el femenino, y aunque es claro que son mucho más valiosas las transferencias en el de hombres que en el de mujeres, se piensa con equidad de género y de ahí esta medida. No obstante, en Colombia no se piensa igual y la Federación Colombiana modificó el pasado 16 de enero su Estatuto del Jugador, incluyendo un parágrafo en el artículo 34 del capítulo IX, que dice que “las disposiciones relativas a la indemnización por formación no se aplican a la transferencia de jugadores desde y hacia clubes de futsal y a la transferencia de jugadoras desde y hacia clubes de fútbol en su rama femenina”.

Esto quiere decir que los equipos aficionados, que han sido los que han desarrollado el fútbol femenino, están siendo afectados, pues en el futuro no podrán verse beneficiados ni se les recompensará por el trabajo que han hecho por años, como manda la FIFA. Según el estatuto del jugador en Colombia, los derechos de formación se deben pagar así: seis salarios mínimos por cada año de formación de los 12 a los 15 años. 12 salarios mínimos por cada año de los 16 a los 21. Si el jugador participa durante esos años en algún torneo organizado por la FIFA o Conmebol, esos valores se duplican.

Para entender mejor el asunto, un ejemplo de lo que representa el pago de derechos de formación es el caso de James Rodríguez. El 10 de la selección comenzó a jugar fútbol aficionado con la Academia Tolimense, sin embargo, desde los 12 años —cuando, según FIFA, inició el proceso de formación— el cucuteño hacía parte del Envigado. Luego, a los 16, pasó al Banfield de Argentina, en donde siguió su proceso hasta consolidarse como un jugador profesional.

Tras destacarse con el equipo argentino, James fue comprado por el Porto en 2010 por 5 millones de euros (cerca de $15.000 millones). Es decir, en ese momento el club portugués tuvo que pagar el 8 % de ese valor a Envigado y Banfield, equipos responsables de su formación. Tres años más tarde, Porto vendió a James al Mónaco por 45 millones de euros (cerca de $135.000 millones) y nuevamente sus formadores recibieron el 8 % correspondiente. Y tras el Mundial de Brasil 2014, cuando el Real Madrid lo compró, como él todavía era menor de 23 años, una vez más Envigado y Banfield se lucraron del 8 % del total de la transferencia de 80 millones de euros ($240.000 millones).

Sumando las tres transferencias, han pagado 130 millones de euros por James ($390.000 millones) y el 8 % de ese valor ha sido repartido entre Envigado y Banfield. Justamente ese es el gran negocio de formar jugadores, la manera que creó la FIFA para recompensar a las escuelas o clubes que se dedican a fabricar talentos.

Disputa entre el fútbol aficionado y el profesional

La Dimayor anunció, con una gran fiesta en Cartagena, la creación de la Liga Profesional Femenina, que comenzará a jugar el 19 de febrero y en la que habrá 18 equipos. De esos clubes participantes, ninguno contaba con una rama femenina y al momento de armar sus equipos tuvieron que acudir al fútbol aficionado, a clubes afiliados a la Difútbol, que desde años atrás venía participando en torneos para mujeres.

Según el secretario general de la Dimayor, Rafael Arias, “con esta modificación de los estatutos del jugador, lo que se hace es beneficiar a la Liga Profesional Femenina, para que este sea un torneo viable. No podríamos pretender comenzar un proyecto que de entrada no sea sostenible económicamente y que los clubes que participan vayan a tener unos gastos exagerados. En un futuro, si el proyecto se consolida, se podrían modificar los estatutos”, comentó.

Por su parte, Álvaro González, presidente de Difútbol y miembro del comité ejecutivo de la Federación Colombiana, se mostró sorprendido cuando El Espectador lo contactó para consultarle por el tema y afirmó que “eso no lo hemos tocado en el comité ejecutivo, así que no debería estar la modificación en el Estatuto del Jugador”. Eso sí, reconoció que el 16 de enero el único cambio aprobado se hizo por pedido de la FIFA y correspondía a diferenciar la tarifa de los pagos de los derechos de formación entre 12 y 15 años, cuando se deberá pagar menos que entre los 15 y 21.

“Yo ya le había dicho a Ramón Jesurún que había que bajar esa modificación respecto al fútbol femenino del Estatuto, porque es un tema que no se ha discutido con el comité ejecutivo”, señaló. Lo cierto es que la modificación de la resolución Nº 3600 del 16 de enero está vigente y sí fue una decisión tomada.

“Tenemos la obligación de cumplir lo que ordena la FIFA. Y ellos dicen que se cobren derechos de formación al fútbol femenino y masculino, no hay diferenciación. Ese es un tema que está claro”, explicó González Alzate. No obstante, en la Dimayor aseguran que esa modificación la hicieron tras consultar a funcionarios de la FIFA y, en consecuencia, con dos resoluciones de la Cámara de Resolución de Disputas de la FIFA. “No es un tema discriminatorio, lo que queremos es que la Liga sea exitosa. El día que esté consolidado el proyecto y sea viable, seremos los primeros en pedirle a la Federación un pago por derechos de formación al fútbol femenino”, comentó Rafael Arias.

Según el presidente de la Dimayor y miembro del comité ejecutivo de la FCF, Jorge Perdomo, “para la FIFA, el fútbol femenino, el fútbol playa y el futsal son disciplinas en desarrollo y no se manejan igual que el fútbol masculino”.

Claro que el estatuto de la FIFA, que está vigente, dice que “todos los términos que se refieren a personas físicas se aplican indistintamente a hombres y a mujeres. El uso del singular incluye también el plural y viceversa”.

En países como Noruega, Alemania, Estados Unidos, Italia, España y Suecia, en donde hay ligas femeninas consolidadas, se pagan derechos de formación.

Por Luis Guillermo Montenegro

 

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