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Por los delitos que cometió Chuck Blazer mientras fue miembro de la FIFA, las autoridades de los Estados Unidos podrían haberlo sentenciado a pagar una condena en la cárcel durante 75 años. Pero en 2013, cuando aceptó los cargos que le imputó el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, un acuerdo para evitar pasar el resto de su vida en prisión fue la mejor alternativa para Blazer. Aceptando el pacto, el exsecretario de la Concacaf debía convertirse en un soplón para las autoridades norteamericanas interesadas en la investigación sobre la corrupción dentro de la federación de fútbol.
Blazer aceptó y fue así como el FBI conoció de primera mano cómo la FIFA construyó una red de corrupción en la que se desviaron más de USD 150 millones, la misma que hoy los tiene envueltos en uno de los más grandes escándalos en la historia del fútbol. El periodista del diario inglés The Guardian, Rupert Neate, explica que fue en una corte de Brooklyn (EEUU) donde en 2013 Blazer, miembro del comité ejecutivo de la FIFA entre 1997 y 2013, aceptó los delitos cometidos: chantaje, lavado de dinero y evasión de impuestos.
“Según el acuerdo al que llegó con el fiscal, redactado en varias partes, Blazer admitió que él y otros oficiales de la FIFA, aceptaron sobornos por votar por Sudáfrica en el concurso para ganar la sede del Mundial de 2010 y otro pago relacionado con la Copa Mundo de Francia en 1998”, explica el periodista quien agrega que estas transacciones se realizaron entre 2004 y 2011, al igual que las recibidas por este informante por la organización de la Copa de Oro, mientras era miembro de la Concacaf entre 1996 y 2003.
Con el trabajo que realizó Blazer como infiltrado en la FIFA, mientras estuvo en secreto la investigación liderada por el FBI y el Departamento de EEUU, consiguió que la amenaza de pasar hasta 75 años en la cárcel -o sea, hasta su muerte, dado que tiene 70 años y cáncer rectal- se desvaneciera por completo. “A cambio de no pasar tiempo encarcelado, Blazer aceptó aportar información verdadera, completa y exacta a los investigadores”, agrega el periodista Neate. Además, el acuerdo lo obliga a testificar en futuros juicios en contra de sus colegas en la FIFA y a pagar más de los USD11 millones que no pagó por impuestos mientras delinquía como miembro de la federación.