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Desde el pasado 9 de noviembre, cuando Luis Bedoya Giraldo renunció a la presidencia de la Federación Colombiana de Fútbol argumentando motivos estrictamente personales, el fantasma del Fifagate empezó a rondarlo con fuerza. Los rumores habían surgido desde que se capturaron en Suiza a siete dirigentes del más alto nivel de la FIFA por cargos de corrupción, el pasado 27 de mayo. Y aumentaron cuando salió de Colfútbol y apareció con un abogado en Nueva York. Pero ahora es irrefutable: la Fiscalía de Estados Unidos confirmó la semana pasada que Bedoya se declaró culpable.
Fraude en transferencia bancaria y conspiración de soborno: esos son los cargos por los cuales Luis Bedoya, el hombre que estuvo al frente de la Federación Colombiana de Fútbol nueve años, admitió su responsabilidad. En todo el proceso legal la firma de abogados Myers, Singer, & Galiardo, LLP es la encargada de defender al expresidente Bedoya ante la justicia de Estados Unidos. Según dio a conocer Caracol Radio, en la Corte del Distrito Este de Nueva York, el abogado principal es Matthew D. Myers, quien oficia en casos criminales desde 1990.
Según señala la cadena radial en su página web a Luis Bedoya se le fijó una fianza de 1 millón de dólares como requisito para recuperar su libertad, aunque la información sobre la realización del pago y las condiciones actuales del colombiano en términos de restricción de la libertad permanecen bajo reserva.
También aparecen detalles sobre los dineros que recibió el antiguo presidente de la Federación Colombiana de Fútbol. Según se conoció la semana pasada parte del acuerdo del exdirigente deportivo de 56 años fue que aceptó entregar todos los fondos que tiene depositados en una cuenta en el banco suizo Hapoalim, cuya cuenta tiene el número 7063380 y las transacciones se hicieron a nombre de la firma Flemick S.A, donde recibió los dineros por sobornos para otorgar derechos de marketing para eventos como Copa Libertadores, Copa América, Copa Sudamericana y la antigua Recopa Sudamericana. Según el indictment (acusación) de la justicia de EE. UU., Bedoya fue uno de los cómplices de los esquemas de sobornos que establecieron el brasileño José Hawilla, fundador y dueño de Traffic Group, y los argentinos Alejandro Burzaco, expresidente de Torneos y Competencias (Tyc) y Hugo y Mariano Jinkis, padre e hijo, y exdirectores de Full Play.
En resumen, lo que Bedoya, Hawilla, Burzaco y los Jinkis hicieron fue promover sobornos a directivos de la FIFA para garantizar los derechos de transmisión y de marketing de eventos como la Copa Libertadores y la Copa América. En el primer caso, según el indictment, entre 2007 y 2015 Luis Bedoya y directivos de la Conmebol solicitaron y recibieron sobornos de empresas de marketing deportivo, las cuales pagaban para garantizar que les cedieran los derechos de la Copa Libertadores. En el caso Copa América, entre 2010 y 2015, solicitaron y recibieron sobornos por los derechos de marketing de las ediciones 2015, 2019, 2023 y la edición especial Centenario.
De acuerdo con el indicment, ciertas personas, aunque Bedoya y otros de los involucrados también le ayudaron a la FIFA en su propósito principal –la promoción del fútbol en el mundo–, “el acusado (Bedoya) y sus co-conspiradores la corrompieron al involucrarse en actividades delictivas, incluido fraude, soborno y lavado de activos, en búsqueda de ganancias personales y comerciales (...). El acusado también participó en la corrupción de la empresa (FIFA) al conspirar y ayudar a sus co-conspiradores a abusar de sus posiciones de confianza y a violar sus deberes fiduciarios”.
Al haber aceptado los cargos y el acuerdo de cooperación, el juez del caso propuso una fecha tentativa de sentencia, que sería el 24 junio de 2016 a las 10 a.m. Esta fecha se mantendría siempre y cuando Bedoya cumpla en la entrega de todos sus activos.