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Llegó a su fin la trayectoria de Rafael Benítez en el Real Madrid. El puesto del técnico español estuvo en la cuerda floja en los últimos meses y al final fueron tan solo siete meses los que duró al frente del cuadro blanco. Siete meses en los que el Madrid ha ido vagando de decepción en decepción con la Liga de Campeones como única vía de escape. Todo esto, poco más de un año después de que el equipo se proclamará campeón del mundo en Marrakech.
A partir de ahí comenzó el declive. La temporada terminó sin títulos y Florentino Pérez optó por destituir al entrenador, Carlo Ancelotti, en busca de un golpe de efecto y en contra de la opinión de la plantilla. La solución para el presidente era Benítez, un técnico metódico, táctico y capaz de recuperar una disciplina teóricamente perdida. Pero al final no se logró y este lunes, el presidente del Madrid confirmó la salida del español en rueda de prensa.
Rafael Benítez se convirtió en el primer entrenador que despide Florentino Pérez a mitad de campaña desde que echó a Wanderlei Luxemburgo en el invierno de la temporada 2005-06, unos meses antes de dimitir él mismo antes de desencadenar una crisis institucional cuyas consecuencias todavía son visibles.
Para el técnico español, la goleada contradictoria frente al Rayo Vallecano, una victoria deslucida contra Real Sociedad, y un empate en Mestalla, significaron el de su era, que dejó un vestuario dividido y un equipo con más números que juego. Eliminado de la Copa del Rey pero clasificado para los octavos de la Champions, que disputará contra la Roma en febrero, y tercero en la Liga, a cuatro puntos del Atlético y a dos del Barcelona, que ha jugado un partido menos.
Los encuentro contra los equipos denominados grandes como el PSG, Barcelona, Sevilla, Atlético de Madrid, Villarreal y Valencia reafirmaron en el círculo presidencial la idea de que Benítez sería incapaz de conducir al equipo hacia el éxito, según señala el diario El País. Un colaborador de la directiva aseguró que si Florentino Pérez no ejecutó la destitución con anterioridad fue porque no encontró hombres que le inspirasen la suficiente confianza para emprender el relevo. La selección giró en torno a tres nombres: Víctor Fernández, el director de la cantera de Valdebebas, José Mourinho, el destituido entrenador del Chelsea, y Zinedine Zidane, el entrenador del Castilla.
Precisamente fue Zinedine Zidane el elegido para tomar las riendas del Madrid. Un directivo señala que a favor del francés opera su condición de mito del madridismo y su capacidad de adherir a la masa social al proyecto, conjurando por fin la crispación y la división desatada en el Bernabéu desde la derrota por 0-4 en el último clásico.
Zidane devolverá la paz a la institución a corto plazo. Sin embargo en contra del entrenador francés, le advierte una fuente a El País de España, es que es un entrenador sin experiencia en Primera y algunas decisiones controvertidas a lo largo del año y medio que ha dirigido al Castilla. Una de la más resaltada es su dificultad para integrar al equipo a Martin Odegaard, el fichaje estrella de Florentino Pérez para la cantera. Además de su llamativo interés por darle prioridad a la promoción de su hizo Enzo como capitán del Castilla tampoco fue bien recibida por los responsables del club.
No obstante varios antiguos rivales y compañeros como Rivaldo, Bixente Lizarazu o Frank Leboeuf abogaron en los últimos meses por la candidatura de Zidane a dirigir al primer equipo. El propio Florentino Pérez nunca disimuló su debilidad por el francés:"Es cierto que una persona como él, con su clase y sus conocimientos, con su entusiasmo, puede ser entrenador", dijo el presidente en 2013.