Jairo Velasco, el colombiano que le sigue apuntando al tenis
El tenista de 75 años es el actual N°5 en la categoría +70, del circuito Senior de Tenis.
Valentina Mesías Salas / Paula Rocío Rodríguez Sánchez
Fue en 1974 cuando por primera vez el equipo de Colombia, en Copa Davis, triunfó sobre el equipo estadounidense. Los protagonistas de esta histórica hazaña fue la dupla compuesta por Jairo Velasco Ramirez e Iván Molina, cuando sorprendieron con un 4-1 sobre Harold Solomon y Erik van Dillen.
Jairo Velasco fue el primer colombiano en llegar a la cuarta ronda de un Grand Slam -en individuales- cuando venció a tres jugadores en el US Open. Ganó dos finales de dobles en el circuito Grand Prix y logró 24 gomas de singles para el equipo de Colombia en Copa Davis, un récord nacional. Se retiró a los 36 años del tenis profesional y en la actualidad, disputa torneos Senior. Se casó en Barcelona, con Monserrat Andreu y tuvieron tres hijos: Jairo Jr., Ariana y Gabriela.
En esta entrevista, Jairo relata sus primeros acercamientos al mundo del tenis, recuerda su triunfo del 74 y da su punto de vista sobre el nivel del tenis actual.
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¿Cómo se inició en el mundo del tenis?
Yo nací en Yacopí, Cundinamarca, en esa época había violencia y mis padres viajaron a Bogotá. Mi primer contacto con el tenis fue muy pequeño porque mi padre era administrador del Club Gran Colombia, entonces, yo al estar ahí las 24 horas del día empecé con una raqueta de madera a dar mis primeros toques a la bola; a los seis años empecé a jugar y así fui mejorando. El primer torneo en el que participé, fue en categoría de doce años, me fue muy bien, fui ganando y después fue cuando decidí dedicarme de lleno al tenis.
¿Con cuál triunfo cree usted, que inicia su etapa como profesional?
Cuando tenía 18 años, quedé campeón de Colombia absoluto y en ese tiempo había un entrenador, Joaquín Fernández, que en paz descanse, me dijo: “Jairo tú aquí en Colombia lo has conseguido todo, si te quedas aquí, tu nivel de juego se va a estancar. Yo te voy a conseguir un club en España donde puedas seguir tu carrera tenística y es lo mejor que puedes hacer”. Entonces ahí, a la edad de 19 años viajé a Barcelona a un club que desde entonces sigo fiel a ellos porque me abrieron las puertas en los primeros momentos y ahí fue cuando me dediqué de lleno al tenis.
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Usted es recordado en Colombia por el histórico triunfo de 1974, en la Copa Davis, ¿qué recuerdos tiene de ese partido?
Son muy buenos recuerdos, para mí es el mejor triunfo porque hubo bastante sacrificio. Fue en una época de navidad, nosotros jugamos en enero pero estuvimos en diciembre entrenando para la eliminatoria. Nos tocó sacrificar las reuniones con la familia; solo me dieron permiso para ir a celebrar el fin de año a casa y estar con mis padres unas dos horas, y regresar nuevamente al hotel. Luego, tuvimos la suerte de eliminar a los americanos que eran en ese momento un equipo muy difícil porque contaba con dos jugadores que estaban entre los mejores diez del mundo: Harold Solomon y Edie Dibbs. Era una eliminatoria muy complicada y logramos vencerlos. Para nosotros es un gran triunfo y eso me marcó porque es el mejor recuerdo que tengo. La pasé muy mal en el partido, con calambres, pero gracias al público lo pude aguantar.
Su compañero Iván Molina también hizo parte de esa hazaña, ¿qué significa él para usted?
Para mi Iván es un hermano con él estuve viajando por el mundo a todos los torneos, formábamos pareja y nos llevábamos muy bien. Siempre le digo que por qué no juega en los veteranos para hacer pareja en dobles, pero él se dedicó a trabajar, está con la Federación Internacional de Tenis (ITF, por sus siglas en inglés) trabajando en Estados Unidos. Es un gran amigo, con él estoy en contacto siempre, la hemos pasado muy bien y es como si fuera de la familia.
¿Cree que ese ha sido el triunfo más importante del tenis colombiano?
Para nosotros que en ese entonces no teníamos ninguna ayuda, pues fue un gran triunfo, porque hoy en día hay patrocinios en los que uno puede ir mejor arropado con médicos y masajistas; nosotros estábamos sin ninguna ayuda.
Y para su carrera, ¿qué significó ese triunfo?
Fue muy importante porque me abrieron las puertas en muchos sitios, en los torneos tenía unas mejores condiciones y esa victoria fue una motivación más para seguir con mi carrera adelante. Y es tanto que, cuando terminé la competencia profesional, tenía problemas de cadera y dije que a pesar de todo iba a seguir jugando. Lo que hice fue operarme y hoy en día llevo dos prótesis de cadera y sigo amando este deporte que me ha dado todo. Estoy compitiendo más que antes en el Instituto de Veteranos, siempre quiero estar arriba en el ranking.
¿Son muchos los sacrificios que toca hacer para jugar profesionalmente?
Sí, porque en esos torneos no hay nada económico. En el mundial te dan muy poco, solo para pagar el hotel, de resto tienes que pagar todo. Pero viendo mis torneos disfruto de todo lo que el tenis me ha dado hasta ahora. Tengo mucha gente, muchos amigos y con eso me siento compensado.
¿Cómo fue su entrada en el Circuito Senior?
Llevaba tres meses sentado en el sillón de mi casa y un amigo del club, que jugaba en el equipo de España, me dijo: “Jairo, ¿por qué no nos echas una mano para el equipo?”. Ahí empecé a jugar en los equipos; en el primer año jugué y perdí en la final de la categoría de 45. Después me tocó pasar por el quirófano, pero estuve haciendo una buena rehabilitación para poder seguir compitiendo y logré
Fue en 1974 cuando por primera vez el equipo de Colombia, en Copa Davis, triunfó sobre el equipo estadounidense. Los protagonistas de esta histórica hazaña fue la dupla compuesta por Jairo Velasco Ramirez e Iván Molina, cuando sorprendieron con un 4-1 sobre Harold Solomon y Erik van Dillen.
Jairo Velasco fue el primer colombiano en llegar a la cuarta ronda de un Grand Slam -en individuales- cuando venció a tres jugadores en el US Open. Ganó dos finales de dobles en el circuito Grand Prix y logró 24 gomas de singles para el equipo de Colombia en Copa Davis, un récord nacional. Se retiró a los 36 años del tenis profesional y en la actualidad, disputa torneos Senior. Se casó en Barcelona, con Monserrat Andreu y tuvieron tres hijos: Jairo Jr., Ariana y Gabriela.
En esta entrevista, Jairo relata sus primeros acercamientos al mundo del tenis, recuerda su triunfo del 74 y da su punto de vista sobre el nivel del tenis actual.
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¿Cómo se inició en el mundo del tenis?
Yo nací en Yacopí, Cundinamarca, en esa época había violencia y mis padres viajaron a Bogotá. Mi primer contacto con el tenis fue muy pequeño porque mi padre era administrador del Club Gran Colombia, entonces, yo al estar ahí las 24 horas del día empecé con una raqueta de madera a dar mis primeros toques a la bola; a los seis años empecé a jugar y así fui mejorando. El primer torneo en el que participé, fue en categoría de doce años, me fue muy bien, fui ganando y después fue cuando decidí dedicarme de lleno al tenis.
¿Con cuál triunfo cree usted, que inicia su etapa como profesional?
Cuando tenía 18 años, quedé campeón de Colombia absoluto y en ese tiempo había un entrenador, Joaquín Fernández, que en paz descanse, me dijo: “Jairo tú aquí en Colombia lo has conseguido todo, si te quedas aquí, tu nivel de juego se va a estancar. Yo te voy a conseguir un club en España donde puedas seguir tu carrera tenística y es lo mejor que puedes hacer”. Entonces ahí, a la edad de 19 años viajé a Barcelona a un club que desde entonces sigo fiel a ellos porque me abrieron las puertas en los primeros momentos y ahí fue cuando me dediqué de lleno al tenis.
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Usted es recordado en Colombia por el histórico triunfo de 1974, en la Copa Davis, ¿qué recuerdos tiene de ese partido?
Son muy buenos recuerdos, para mí es el mejor triunfo porque hubo bastante sacrificio. Fue en una época de navidad, nosotros jugamos en enero pero estuvimos en diciembre entrenando para la eliminatoria. Nos tocó sacrificar las reuniones con la familia; solo me dieron permiso para ir a celebrar el fin de año a casa y estar con mis padres unas dos horas, y regresar nuevamente al hotel. Luego, tuvimos la suerte de eliminar a los americanos que eran en ese momento un equipo muy difícil porque contaba con dos jugadores que estaban entre los mejores diez del mundo: Harold Solomon y Edie Dibbs. Era una eliminatoria muy complicada y logramos vencerlos. Para nosotros es un gran triunfo y eso me marcó porque es el mejor recuerdo que tengo. La pasé muy mal en el partido, con calambres, pero gracias al público lo pude aguantar.
Su compañero Iván Molina también hizo parte de esa hazaña, ¿qué significa él para usted?
Para mi Iván es un hermano con él estuve viajando por el mundo a todos los torneos, formábamos pareja y nos llevábamos muy bien. Siempre le digo que por qué no juega en los veteranos para hacer pareja en dobles, pero él se dedicó a trabajar, está con la Federación Internacional de Tenis (ITF, por sus siglas en inglés) trabajando en Estados Unidos. Es un gran amigo, con él estoy en contacto siempre, la hemos pasado muy bien y es como si fuera de la familia.
¿Cree que ese ha sido el triunfo más importante del tenis colombiano?
Para nosotros que en ese entonces no teníamos ninguna ayuda, pues fue un gran triunfo, porque hoy en día hay patrocinios en los que uno puede ir mejor arropado con médicos y masajistas; nosotros estábamos sin ninguna ayuda.
Y para su carrera, ¿qué significó ese triunfo?
Fue muy importante porque me abrieron las puertas en muchos sitios, en los torneos tenía unas mejores condiciones y esa victoria fue una motivación más para seguir con mi carrera adelante. Y es tanto que, cuando terminé la competencia profesional, tenía problemas de cadera y dije que a pesar de todo iba a seguir jugando. Lo que hice fue operarme y hoy en día llevo dos prótesis de cadera y sigo amando este deporte que me ha dado todo. Estoy compitiendo más que antes en el Instituto de Veteranos, siempre quiero estar arriba en el ranking.
¿Son muchos los sacrificios que toca hacer para jugar profesionalmente?
Sí, porque en esos torneos no hay nada económico. En el mundial te dan muy poco, solo para pagar el hotel, de resto tienes que pagar todo. Pero viendo mis torneos disfruto de todo lo que el tenis me ha dado hasta ahora. Tengo mucha gente, muchos amigos y con eso me siento compensado.
¿Cómo fue su entrada en el Circuito Senior?
Llevaba tres meses sentado en el sillón de mi casa y un amigo del club, que jugaba en el equipo de España, me dijo: “Jairo, ¿por qué no nos echas una mano para el equipo?”. Ahí empecé a jugar en los equipos; en el primer año jugué y perdí en la final de la categoría de 45. Después me tocó pasar por el quirófano, pero estuve haciendo una buena rehabilitación para poder seguir compitiendo y logré