La sombra de las apuestas ilegales en el fútbol suramericano
El delantero brasileño Bruno Henrique, del Flamengo, es acusado de hacerse expulsar a propósito para favorecer a unos apostadores.
En Colombia se empieza a tocar el tema. Este martes comenzó una investigación al interior del Boyacá Chicó.
En la última década, las empresas de apuestas deportivas irrumpieron con fuerza en el fútbol suramericano, como lo habían hecho un poco antes en Europa. Varias marcas invirtieron grandes sumas de dinero en patrocinios de torneos y clubes de varios países de la región, entre ellos Colombia. Las consecuencias, buenas y malas, se sienten cada día.
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En la última década, las empresas de apuestas deportivas irrumpieron con fuerza en el fútbol suramericano, como lo habían hecho un poco antes en Europa. Varias marcas invirtieron grandes sumas de dinero en patrocinios de torneos y clubes de varios países de la región, entre ellos Colombia. Las consecuencias, buenas y malas, se sienten cada día.
La Policía brasileña ejecutó este martes una operación que investiga si el futbolista Bruno Henrique, del Flamengo, forzó una tarjeta durante un partido del campeonato liguero para beneficiar a parientes suyos en apuestas deportivas.
“Bruno Henrique es uno de los blancos de la operación”, confirmó un vocero del Grupo de Actuación Especial de Combate al Crimen Organizado (GAECO), que desarrolló la Operación Spot-fixing junto a la Policía Federal.
Las autoridades policiales explicaron en una nota que se indaga la “posible manipulación del mercado de tarjetas en un partido de fútbol por el Campeonato Brasileño de la Serie A”.
Las sospechas se refieren a un juego que Flamengo perdió 2 a 1 contra Santos, en noviembre de 2023, cuando el delantero recibió tarjeta amarilla por una falta y vio después una segunda por ofender al árbitro, por lo que fue expulsado.
La Policía informó que los “datos obtenidos de las casas de apuestas” indicaron que las apuestas sospechosas “habrían sido hechas por parientes del jugador y por otro grupo que aún está bajo investigación”.
Además de Bruno Henrique, de 33 años, todos los presuntos apostadores son blanco de la operación, que indaga si se violó la incertidumbre del resultado deportivo, un delito que da una pena de dos a seis años de prisión.
En su cuenta de X, el club más popular de Brasil comunicó que, “al mismo tiempo que apoyará a las autoridades”, dará total respaldo al atleta Bruno Henrique, que goza” de su “confianza”.
Según el club carioca, Bruno Henrique “sigue ejerciendo sus actividades normalmente” y este martes viajó junto al equipo a Belo Horizonte, donde disputará el miércoles un partido contra Cruzerio.
La Operación Spot-fixing incluyó doce órdenes de allanamiento e incautación en Río de Janeiro y en cuatro ciudades del estado de Minas Gerais, en el sureste del país, donde nació Bruno Henrique.
Según la prensa local, el hermano, la cuñada y la prima del jugador habrían creado cuentas en casas de apuestas virtuales el día antes del partido y habrían apostado por una amonestación del futbolista, un patrón que también fue detectado en cuentas de otros seis sospechosos.
Las órdenes de allanamiento incluyeron la casa del jugador en Río de Janeiro, así como su habitación en el centro de entrenamiento de Flamengo, según medios.
Las sospechas sobre partidos amañados han sacudido al fútbol brasileño, con investigaciones que apuntan a clubes grandes de la liga más poderosa de Sudamérica. De hecho, el Congreso de ese país creó una comisión especial para indagar sobre el tema.
En Colombia también hay investigaciones por apuestas en el fútbol
En Bolivia, Chile, Perú y Paraguay se han presentado algunas polémicas al respecto luego de denuncias anónimas de corrupción. En nuestro país las casas de apuestas irrumpieron en el balompié y una de ellas, BetPlay, se convirtió en la principal patrocinadora de las ligas profesionales. Y en el último tiempo se han hecho frecuentes las denuncias por intentos de amaños de resultados y, especialmente, ofrecimientos a jugadores para ejecutar acciones puntuales que beneficien a los apostadores, como cometer faltas en el área, autogoles o hacerse expulsar.
Hace tres meses, el delantero Carlos Rivas, de Patriotas de Boyacá, fue suspendido por dos años, al ser encontrado responsable de haber ofrecido a sus compañeros dinero por provocar un número determinado de tiros de esquina. César Guzmán, presidente de ese club, ha insistido varias veces en que el tema de las apuestas está permeando al fútbol colombiano, pero las investigaciones no son tan oportunas y efectivas. La Fiscalía General de la Nación tiene abiertos varios casos, pero no se conocen los resultados de las indagaciones.
Hace un año, Alejandro Guerrero, entonces técnico de Boca Juniors de Cali, advirtió sobre posibles amaños de resultados y en abril pasado Unión Magdalena decidió apartar a ocho jugadores de su plantel profesional por sospechas sobre su participación en temas de apuestas ilegales. Las denuncias en el ámbito del arbitraje también son recurrentes, pero solo un par de ellas han derivado en investigaciones formales.
Este martes 5 de noviembre, Boyacá Chicó anunció que “en virtud de una información allegada a esta institución, se está realizando el estudio de presuntas apuestas en contra del club, por parte de unos jugadores pertenecientes a la plantilla profesional del equipo”.
Fernando Jaramillo, presidente de la Dimayor, insiste en que “para el tema tenemos sistemas de alertas y monitoreamos de manera permanente cuando hay señal de algo malo. Se han abierto investigaciones y contamos con el apoyo de la Fiscalía para realizarlas. El objetivo es evitar este tipo de conductas dentro de nuestro fútbol”.
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