La tristeza de Yenny Álvarez: “Tenía la medalla en mis manos y se me fue”
Crónica de la actuación de la pesista colombiana en los Juegos Olímpicos de París, en los que estuvo a punto de alcanzar la gloria, pero falló en el envión y terminó devastada.
Luis Guillermo Ordoñez
Yenny Álvarez se sintió medallista. La pesista colombiana había levantado 105 kilogramos en el arranque de la categoría de los 59 kilogramos de la halterofilia en los Juegos Olímpicos de París 2024 y en su primer intento en el envió logró 130. Con eso, aseguraba un lugar en el podio.
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Yenny Álvarez se sintió medallista. La pesista colombiana había levantado 105 kilogramos en el arranque de la categoría de los 59 kilogramos de la halterofilia en los Juegos Olímpicos de París 2024 y en su primer intento en el envió logró 130. Con eso, aseguraba un lugar en el podio.
Celebró con un grito discreto y su brazo derecho hacia arriba, mientras algunos compatriotas suyos, con la camiseta amarilla de la selección de fútbol, saltaban emocionados en las tribunas del coliseo seis del South París Arena y ondeaban la bandera tricolor.
Sintió que en ese momento, le había cambiado la vida. Ser medallista olímpica no solamente representa alcanzar la gloria deportiva, sino también un importante premio económico y mucho mayor reconocimiento y privilegios que cuando se gana un título mundial, especialmente en disciplinas diferentes al fútbol y el ciclismo.
Pero para su sorpresa y la de los miembros del equipo nacional, los jueces invalidaron su movimiento. La alegría se convirtió en incertidumbre. ¿Qué pasó, por qué?. Su entrenador y el delegado de Colombia apelaron la decisión, pero el fallo fue ratificado.
Ahí comenzó el sufrimiento. Su rostro de inmediato se transformó. La seguridad y alegría con la que había afrontado la primera parte de la competencia, se transformó el angustia, quedaba condicionada para su siguiente intento y no tenía mucho tiempo de recuperación.
Aunque no había llegado como favorita para la prueba, la pesista bogotana de 29 años confiaba en hacer una buena presentación y pelear una medalla. La alcanzó a tener en las manos, pero estaba a punto de perderla.
Por estrategia y para que otras deportistas pasaran antes a la tarima, su entrenador, Luis Carlos Arrieta, decidió subir el peso a 132 kilos. En los entrenamientos estaba levantando 137, así que era coherente tomar el riesgo para meterse definitivamente en la pelea.
Esta vez, Yenny falló, no completó el primer movimiento y quedó desestabilizada. La pesa se le fue para adelante y cayó al piso. La situación se complicó y la presión creció entre la delegación nacional. El último intento era al todo o nada.
Si le faltaba dramatismo a la escena, lo puso la afición, que apenas vio que anunciaron a la colombiana comenzó a gritar: “Yenny, Yenny, Yenny”. ella, concentrada y con la mirada al frente, se enfocó en su trabajo, mientras la gente le gritaba desde las tribunas: “Vamos.... tú puedes... por tu país... con toda”.
El momento cumbre de la carrera deportiva de Yenny Álvarez
Probablemente para los aficionados e incluso para sus compañeros y amigos, era un movimiento más, pero para ella era el suceso que podía cambiarle la vida. O aseguraba la medalla o quedaba en la última posición, blanqueada como pocas veces en su carrera.
Yenny dejó el alma en la tarima, como lo hace desde 2009, cuando comenzó a practicar levantamiento de pesas por invitación del profesor Darwin González. Hizo bien la primera parte del movimiento, pero en la segunda perdió un poco el equilibrio. No sumó en el envión y en el registro oficial quedó como si no hubiera terminado la prueba.
Llorando, desconsolada, atendió a los medios y explicó: “La preparación se hizo muy bien, me sentí bien en todo momento. No entiendo por qué pasan estas cosas, desde cuando se nos va un ser querido hasta una blanqueada como esta, así es la vida. Tengo el corazón partido. No se me dio, lo tenía en mis manos y se me fue, es algo inexplicable”.
El dolor por haber estado tan cerca de la medalla y no conseguirla durará mucho tiempo. Pero, ella, muy creyente, confía en que mejores cosas vendrán. “Dios lo quiso así, me duele mucho, mucho, porque venía muy bien, así como hice el arranque venía en el envión. Me costó ese movimiento no válido, pero eso es parte de la competencia y hay que asumirlo. Arriesgamos con los 132 porque eran los de la medalla, la estrategia fue la correcta. Había que hacer los seis movimientos válidos y no pude”.
Ganadora de decenas de medallas en eventos nacionales e internacionales, las más importantes en campeonatos mundiales juveniles y de mayores, Yenny sabe bien lo que es caer y levantarse. Entre 2016 y 2019 no pudo competir por una sanción generada por faltas al reglamento antidopaje de la Federación Internacional de Halterofilia.
Aunque alcanzó a pensar en el retiro, retomó la actividad y en estos Juegos Olímpicos de París demostró que puede dar la pelea y seguir dando buenos resultados par Colombia.
La prueba fue ganada finalmente por la china Luo Chifang, con 241 kilos y récord olímpico. El segundo puesto fue de la canadiense Maude Charron (236) y el tercero para la taiwanesa Hsing-chun Kuo (235). la cuarta casilla fue para la venezolana Anyelin Vanegas, con 230 kilos. Esos 237 kilos le habrían dado a Yenny la medalla de plata y, sobre todo, le habrían cambiado la vida.
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