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La estadounidense Serena Williams es todo un personaje dentro y fuera de las canchas. Exótica, espontánea, amante de la moda y vanidosa por demás, es sin duda una de las mejores tenistas de todos los tiempos, gracias a su potencia física y fuerza mental. En 2016 igualó el récord de la alemana Steffi Graf con 22 títulos de Grand Slam como la más ganadora de la historia, y esta temporada va por más.
A sus 35 años de edad, Serena, quien en cada torneo sorprende con una pinta vistosa que resalta sus curvas, comenzó con pie derecho su participación en el Abierto de Australia, el primer Grand Slam de 2017, al vencer a la suiza Belinda Bencic con un contundente 6-4 y 6-3.
El total de títulos de Grand Slam de Steffi Graf se refiere únicamente a la era profesional (desde 1968) y la australiana Margaret Court cosechó 24 trofeos a caballo entre las dos épocas (de 1959 a 1975). Si Serena consigue superarla en el futuro, se convertirá oficialmente en la mejor tenista de la historia.
Con los años, sin embargo, la tarea se le complica. La estadounidense necesitó cuatro intentos para pasar de 21 a 22 títulos de Grand Slam. En Melbourne está en su segundo intento de sumar el 23º, después de fallar en el Abierto de Estados Unidos, donde cayó en septiembre en semifinales ante la checa Karolina Pliskova.
Su temporada de 2016 no fue un fracaso, ya que Serena ganó Wimbledon y llegó a dos finales de grandes citas, en Australia y Roland Garros, pero todo quedó empañado por haber perdido el número 1 del mundo, que ocupaba desde hacía 186 semanas (otro récord de Graf igualado, pero no batido). La alemana Angelique Kerber tiene el honor de ser la actual número 1 del escalafón.
Pero, más allá de lo deportivo y de los récords que aún le quedan por batir, Serena ha sido el foco de toda la atención, ya que hace pocos días anunció su boda con el cofundador de la red social Reddit, Alexis Ohanian, quien pidió su mano en las vacaciones de diciembre, en Roma.
Ella misma anunció el compromiso en un mensaje en Reddit, titulado “Dije que sí”, donde relató: “En la misma mesa en la que nos encontramos por casualidad, esta vez él no lo hizo por casualidad, sino por elección. Sobre una rodilla dijo cuatro palabras y yo le dije que sí”. “Me has hecho el hombre más feliz del planeta”, respondió Alexis Ohanian, de 33 años.
Serena Williams y Alexis comenzaron su relación en el otoño de 2015, y aunque habían mantenido la mayor parte de su romance alejado de las cámaras, su anuncio de boda prendió todas las alarmas del mundo rosa.
Pero ella, dulce cuando así lo desea y de carácter fuerte a la vez, dejó las cosas bien claras al llegar a Melbourne: “Lo he dicho desde el principio, no quiero pensar en la boda hasta después de Australia, porque los Grand Slams significan mucho para mí y no voy a darle vueltas. Por ahora no hablaré de eso”. Eso sí, a su novio se le vio muy feliz en la tribuna del Rod Laver Arena, de Melbourne, siguiendo el primer partido de su prometida en el Abierto de Australia.
Rica y famosa
Serena, hija de Richard y Oracene Price (divorciados), es la menor de cinco hermanos: Yetunde, Isha, Lyndrea y Venus, tenista también, con quien ha ganado otros 14 títulos de Grand Slam y tres medallas de oro olímpicas en la modalidad de dobles.
Sólo en ganancias por títulos en el circuito de la WTA (Asociación Femenina de Tenis) ha ganado US$81.761 millones. De Puma, en su momento, recibió US$12 millones, y a finales de 2003 firmó con Nike por US$40 millones.
Estudió arte en el Instituto de Florida y modela ropa de su propia marca, Aneres (Serena al revés), cuyos modelos ella misma diseña y luce en los torneos.
Y ella, que se le mide a casi todo y le gusta colgar videos en sus redes bailando ligera de ropa, en 2016 salió en el video Sorry del nuevo álbum de Beyoncé, Lemonade, y ha hecho algunos pinitos en el cine, en la película Pixels.
Aún no habla del retiro. Dice que mientras sea feliz en las canchas, seguirá jugando al tenis. Que el tenis es su trabajo, pero no su vida. Que, una vez termina un torneo, se desconecta de las raquetas, se dedica a sus negocios, a disfrutar de su familia, a hacer compras con sus hermanas y claro, ahora, a preparar su boda, para la cual aún no ha programado fecha. Una boda que sin duda será como un cuento rosa.