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Si bien la pandemia golpeó al fútbol mundial y fue inclemente con los clubes, al punto de que muchos tuvieron que reestructurar sus planes financieros del año para que sus cuentas no reportaran números rojos, la industria no sufrió las alteraciones de otras. Según KPMG (firma de servicios de auditoría) y su informe The European Champions Report 2021, siete de los ocho clasificados a cuartos de final de la Champions League aparecen en el top 20 de los equipos más valiosos del continente.
Real Madrid, que dejó en el camino a Atalanta en octavos, encabeza la lista con un valor neto de 3.478 millones de euros, 11 veces más que Porto, el conjunto portugués que, en el papel, es el menos fuerte monetariamente hablando, más allá de que ya cuenta en su vitrina con una Orejona.
Bayern Múnich, por ejemplo, está por los 2.878 millones, mientras que Liverpool ronda los 2.658. Ahí seguido aparecen Manchester City (2.606), Chelsea (2.218), PSG (1.911) y Borussia Dortmund (1.281). Juntos generan ingresos de 12.684 millones, 51 % más que hace cinco años.
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Si bien estas cifras bajarán para el próximo reporte (alrededor de 2.000 millones), es indiscutible que en esta edición del campeonato europeo la mayoría de los que más dinero tienen siguen en carrera.
Real Madrid confirmó que esta temporada sus ganancias caerán un 14 %, es decir, que se proyectan 618,8 millones de euros menos. Pero esto no fue inconveniente para avanzar de ronda y solidificar un plan que tiene como objetivo el decimocuarto título. Claro, salidas de James Rodríguez y Gareth Bale, por más que fueran a préstamos, alivianaron la carga salarial.
En el caso de Bayern Múnich, seguramente el club que mejor juega de los ocho clasificados, lo hecho antes de la pandemia ha potenciado la confianza de sus hinchas y ha hecho que otros cuantos se sumen alrededor del mundo. ¿Sus números? Sólidos para mantener un proceso que se consolida como el más fuerte de Alemania y uno de los más fiables de Europa.
El campeón defensor invirtió bien hace una década en sus divisiones inferiores y le ha dado resultados, sin dejar de lado que Herbert Hainer, su presidente, procura quedarse con cualquiera que brille en la Bundesliga. Fortalecerse debilitando a los otros.
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Si se habla de dinero, hay que mencionar a dos instituciones que han crecido a nivel local y que buscan saldar la cuenta pendiente en Europa: Manchester City y PSG, curiosamente, los dos clubes con los que se vincula a Lionel Messi si es que deja Barcelona. Los franceses, que anticiparon pérdidas por 204 millones de euros, cuentan con el brazo económico del catarí Nasser al- Khelaïfi, hijo de pescador, extenista profesional y quien tiene una fortuna valorada en US$18 mil millones.
Por el lado de los ingleses, Sheik Mansour, miembro de la familia real de Abu Dabi, ha sido el encargado de que el City figure en la Premier League, que tenga una de las mejores sedes deportivas del Reino Unido y la capacidad de comprar el jugador que quieran.
En el mismo orden de capitales desmedidos está Chelsea y su dueño, el ruso Roman Abramovich, zar petrolero y de gasoductos, y un hombre bastante influyente en el Kremlin. En el último mercado de pases, en medio de la crisis, su club fue el que más gastó (247, 2 millones de euros), seguido del City (156,80 millones).
Luego viene Liverpool y Fenway Sports Group, empresa estadounidense que lleva las riendas de Liverpool, el Dortmund y sus tres marcas propietarias (Adidas, Audi y Allianz), y el Porto en el que juegan los colombianos Luis Díaz y Matheus Uribe, grande de Portugal, no tanto en Europa, mucho menos en esta baraja en la que el dinero predomina y es causal, quizá, del éxito deportivo.
De a poco, los que más gastan y más ingresos tienen son los que más protagonismo obtienen, un choque inminente e inevitable para quienes siguen buscando que el fair play financiero genere más equidad competitiva y para los que se declararon enemigos de enormes capitales externos y partidarios de las tradiciones y el juego limpio, económicamente hablan.