Una década del paradójico accidente de Michael Schumacher
El 29 de diciembre de 2013, cuando se retiró de las pistas, en unas vacaciones ocurrió algo que cambió su vida.
Valentina Fajardo
Esta vida está llena de ironías y una de estas es el accidente de Michael Schumacher. El piloto de la Fórmula 1 se convirtió en una leyenda de las carreras y sin duda su nombre está asociado a la gloria. Sin embargo, desde el 29 de diciembre de 2013, el alemán ha estado conectado a un respirador y no fue debido a un accidente en las pistas.
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Esta vida está llena de ironías y una de estas es el accidente de Michael Schumacher. El piloto de la Fórmula 1 se convirtió en una leyenda de las carreras y sin duda su nombre está asociado a la gloria. Sin embargo, desde el 29 de diciembre de 2013, el alemán ha estado conectado a un respirador y no fue debido a un accidente en las pistas.
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Schumacher empezó a convertirse en una naciente estrella cuando, en 1994, ganó su primera temporada de la F1. Poco a poco se impuso en todos los circuitos de incluso llegaron a compararlo con el mismo Ayrton Senna y que sería el siguiente en dominar los circuitos al rededor del mundo.
Un año después, volvió a repetir título, pero su verdadero despertar fue en el inicio del nuevo siglo. Entre 2000 y 2004,no hubo nadie que bajara a Schumacher del primer escalón del podio. Sin embargo, poco a poco empezaron a aparecer nuevas caras como el español Fernando Alonso, Sebastian Vettel y un novato llamado Lewis Hamilton. Este trío empezó a hacerle carrera a Schumi, tanto así que su último podio fue en 2006, un escalón debajo de Alonso.
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Durante todos sus años montado en su Ferrari, el alemán tuvo más de un accidente en los circuitos al rededor del mundo y siempre salió ileso de estos. Pero en diciembre de 2013, cuando se retiró de las pistas, en unas vacaciones ocurrió algo que cambió su vida.
El accidente en Meribel
Una vez dejado el volante, Schumi decidió darse un respiro y viajar junto a su familia a los Alpes Franceses. Aunque ya no era piloto, aún sentía amor por la velocidad, así que el 29 de diciembre decidió tomar una sesión de esquí en la ciudad de Meribel. Mientras esquiaba, el piloto cayó, se golpeó la cabeza contra una piedra y debió ser trasladado a un centro médico.
Tras más de una década de aquella caída, aún no se tiene un escenario exacto en el que todo sucedió. Una hipótesis es que el alemán no esquiva rápido, sino que dejó la pista para ayudar a una de las amigas de su hijo, Mick Schumacher. Al dejar la pista cayó y se sumergió 20 m en la nieve y chocó contra algunas rocas, perdiendo el control de su trayectoria.
Impulsado por el aire cayó sobre el lado derecho de su cabeza. A pesar de haber usado un casco, este quedó destrozado por el impacto y herido, pero aún consciente y con acciones incoherentes, fue llevado al hospital donde fue operado inmediatamente y entró en coma
Una lucha silenciosa
Desde el accidente, la familia de Schumacher ha sido muy reservada con lo que respecta al caso. En 2014, dieron un informe de que, después de dos cirugías y seis meses en coma, despertó para ser trasladado a Suiza y posteriormente a su casa en Ginebra.
Quien ha estado encargado de dar información a los medios, ha sido Felix Damm, abogado de la familia desde 2008. Este explica como funciona el “cerco del silencio” y as decisiones tomadas por la familia para evitar especulaciones sobre la salud del expiloto. A la fecha, no se ha publicado un “informe final”.
“Creo que la mayoría de los aficionados puede afrontarlo bien y también respetar el hecho de que el accidente ha puesto en marcha un proceso en el que el refugio privado es necesario”, dijo Damm en 2014. Aunque tras más de 10 años, el verdadero estado de Michael aún es una incógnita.
¿Aún hay esperanza?
En los últimos años, con el avance de la medicina y especialmente en el campo neurológico, varios médicos han hablado sobre el caso con escenarios poco alentadores. “En el mejor de los casos, habrá discapacidades en comunicación, memoria, movilidad e independencia. En el peor, el paciente puede permanecer en un ‘estado de bajo despertar’, con poca consciencia de lo que lo rodea, algunas respuestas de comodidad e incomodidad, ciclos de estado de alerta, y ocasionalmente parecerá que reconoce o que hace un intento para comunicarse”, dijo Colin Shieff, neurocirujano del Hospital Nacional para Neurología y Neurocirugía de Londres.
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Asociación Médica Americana de Psiquiatría publicó un estudio que demostró que las personas que han sufrido lesiones traumáticas en la cabeza tienen tres veces más probabilidades de morir prematuramente. Pero no solo esto, según la Clínica Mayo, estos cambios podrían incluir problemas en la memoria, el lenguaje, el movimiento, la sensibilidad y/o el comportamiento.
Por ahora, solo queda esperar lo mejor, pero estar preparados para lo peor.
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