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La lesión que dejó a Klay Thompson por fuera de las canchas, durante los últimos dos años, estuvo marcada por la desgracia. En ese entonces, junio de 2019, la dinastía de Golden State Warriors agonizaba. Los Toronto Raptors amenazaban con eliminar al campeón, como finalmente lo hicieron, después de dos años de dominio absoluto. Y en la interna, los de la Bahía estaban divididos tras los fuertes enfrentamientos entre dos de las grandes estrellas del equipo, Kevin Durant y Draymond Green. Era el ocaso de uno de los equipos más importantes en la historia del baloncesto norteamericano.
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Por eso, con el barco a punto de hundirse, fue tan fuerte y significativa la imagen de Thompson volviendo desde el vestuario con la rodilla rota para lanzar un tiro libre antes de abandonar el partido. Estaba desesperado por mantener a flote la historia de un equipo que parecía indestructible, pero al que, como todo en la vida, le llegó su final.
Thompson abandonó el escenario llorando y destrozado. Y se sabía que la lesión era grave, se había roto el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, pero nadie presagiaba que la leyenda del equipo de San Francisco no volvería a jugar en los dos años y siete meses siguientes.
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La lesión fue un calvario. Pero, todo fue aún peor cuando, a días de volver a jugar con los Warriors, Klay Thompson se rompió el talón de Aquiles de su pierna derecha. Sin regresar, tenía que volver a quedarse por fuera por un tiempo indefinido.
Oscuridad. El oriundo de Los Ángeles ya había pasado por un tortuoso proceso de recuperación, y no solo físico, también mental. Fueron meses de intenso trabajo que parecieron irse al piso con la nueva caída. De esos momentos en los que la vida parece demasiado injusta, pero del que Thompson logró salir adelante por la fortaleza que lo llevó a ser considerado uno de los mejores tiradores en la historia de la NBA. Y porque el tiempo al final siempre le da la perspectiva necesaria a las cosas y a los problemas.
La leyenda e historia del baloncestista de los Warriors se entiende desde el perímetro. Creció como jugador para volverse estrella de la mano de su inseparable amigo, Stephen Curry, con el que confirmó un dúo letal conocido por los amantes del baloncesto como los Splash Brothers.
Ambos, maestros del lanzamiento de tres, conformaron una sociedad sólida como pocas en la historia del deporte. Entre los dos, siendo compañeros de equipo, se disputaban quién era el mejor lanzador del mundo. Una camaradería que, acompañada de piezas claves como Draymond Green, cambió el juego en el baloncesto para siempre. Antes de Thompson y Curry, el básquet se jugaba en el poste y los gigantes dominaban la liga, pero después de ellos, la pelota se fue a los triples.
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Los Splash Brothers, dos jóvenes talentos que llegaron a los Warriors desde el Draft de la liga, crecieron hasta volverse imbatibles. Y lo único que pudo quitarles la corona fue el azar, la mala fortuna de las lesiones.
Desde que Curry perdió a su escudero,además de la tormentoda salida de Durant de los Warriors, el equipo de San Francisco jamás pudo retomar de nuevo su rumbo ganador. Han pasado ya cuatro años desde su último campeonato y en la Bahía los aficionados quieren aprovechar los últimos años de sus estrellas ganando títulos.
Este año, el equipo está bien y pelea el primer puesto en su confrencia. Tiene una base, jugadores jóvenes que aportan ilusión y un Curry de leyenda, que sigue batiendo marcas y demostrando porque es uno de los mejores jugadores de la historia.
Sin embargo, la llegada de Thompson es un vuelco de tablero importante para hacer más grandes las aspiraciones del equipo para llevarse el anillo. No es solo que el equipo podrá liberar más a Curry, en orden de que los demás equipos también tendrán que cuidar el rango de Thompson, es que con él la defensa de los de San Francisco subirá bastante su nivel.
Y el ánimo del equipo se subirá por las nubes, finalmente el que regresa al campo es toda una leyenda en San Francisco.
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Todo, por supuesto, estará supeditado a cómo responderá el cuerpo del angelino, pues las lesiones que sufrió son de las más duras que puede sufrir un deportista de alto rendimiento. Sin embargo, lo cierto es que el regreso de Thompson representa un escenario de júbilo para todos los amantes de la pelota naranja.
Dos años y siete meses; 31 meses; 941 días; 22.584 horas; 1.355.084 minutos y 81.302.400 segundos, es el tiempo que los aficionados de los Warriors llevan esperando el regreso de su estrella. Y la emoción es tanta que Curry hizo un video de bienvenida para su hermano del maderamen en el día que él mismo denominó “el día de Klay”.
Klay Day pic.twitter.com/6qVnN3Y6Cf
— Stephen Curry (@StephenCurry30) January 9, 2022
Esta noche vuelve una de las leyendas del baloncesto a la cancha, y la NBA está de fiesta.