Adiós a los Juegos Panamericanos 2027: la culpa es de todos; el ridículo, del país
Los gobiernos, el actual y el anterior, gestaron la pérdida de la sede para Barranquilla. Funcionarios ineptos aceleraron la decisión con la complicidad de la dirigencia y el periodismo. Análisis.
Luis Guillermo Ordoñez
Entre las cosas que quedaron claras con el episodio de la pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos 2027 está que a los Gobiernos Nacionales les importa muy poco el deporte, al menos al actual y al anterior, responsables director de que Barranquilla no acogiera las justas.
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Entre las cosas que quedaron claras con el episodio de la pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos 2027 está que a los Gobiernos Nacionales les importa muy poco el deporte, al menos al actual y al anterior, responsables director de que Barranquilla no acogiera las justas.
También que el presidente Gustavo Petro y sus asesores no tienen ni idea de cómo funciona esta actividad. Eso realmente no es un pecado, pues tienen demasiadas responsabilidades a cuestas y deben realizar innumerables gestiones. El problema es creer que sí se las saben todas, cuando no es así.
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La falta de comunicación entre entidades y la soberbia de funcionarios ineptos aceleraron la decisión de Panam Sports de quitarle los Panamericanos a Colombia con la complicidad de la dirigencia y el periodismo deportivos, que no alertaron a tiempo y de manera adecuada sobre las consecuencias que traerían los incumplimientos del país en sus obligaciones económicas con la rectora del deporte continental.
Está claro que los retrasos en los pagos por los derechos de realización de los Panamericanos vienen desde mayo de 2021, cuando se le adjudicó la sede a Barranquilla. Un empalme mal hecho entre los gobiernos de Iván Duque y Gustavo Petro agudizó la situación. Y la administración actual hizo poco, casi nada, por resolver la situación. Primero, porque al jefe de Estado no le interesaba el tema. Segundo, porque sus ministras del Deporte, en vez de motivarlo y ofrecerle soluciones, se militaron a seguir sus órdenes.
Haber incumplido con el pago de ocho millones de dólares en un dato menor para un Estado. Una cosa es esa cifra para un ciudadano del común, otra casi insignificante para un país. Se habría podido conseguir un préstamo de alguna empresa privada o incluso del Comité Olímpico Colombiano. Detrás de eso lo que se evidencia es total falta de gestión y de ejecución.
De los ministerios de Deporte y Hacienda principalmente, pero sobre todo de los funcionarios. Las ministras, Maria Isabel Urrutia, brillante deportista pero mala administradora; y Astrid Bibiana Rodríguez, destacada académica sin experiencia en gestión y administración pública, señaladas ambas con razón, son víctimas también de malas asesorías.
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En términos técnicos hay un gran responsable de la situación, David Garzón, secretario general y ordenador del gasto de Mindeporte, quien dilató, o por lo menos no agilizó, el giro del dinero a Panam Sports. Tal como lo hace con empleados del ministerio y con contratistas, le demoró los pagos y la entidad se cansó y castigó a Colombia y a sus deportistas, también a miles de personas que de una u otra forma se iban a ver beneficiados en los próximos años con la realización de las justas que acogerían a unos ocho mil atletas de 41 países y a cerca de cinco mil visitantes más: obreros, comerciantes, agentes de viajes, dueños de restaurantes, hoteles, etc.
Según conoció El Espectador, un par de detalles que rebosaron la copa fueron la declaración del presidente Petro pidiendo que “Panama Sports” reconsiderara la decisión y que asegurara que gestionaría una reunión con el presidente de Chile, Gabriel Boric, quien no tiene absolutamente nada que ver en el asunto, salvo porque Neven Ilic, presidente de Panam Sports, con sede principal en Ciudad de México, también es chileno.
No se trata de que ruedan cabezas por la pérdida de los Panamericanos, como exigen varios oportunistas congresistas indignados ahora si, cuando a diario permiten toda clase de irregularidades en Cámara y Senado, pero sí de que se aprenda la lección.
Los presidentes de las Federaciones deportivas anunciaron hace un par de semanas su respaldo a la ministra Rodríguez, cuya carta de renuncia reposa en Presidencia desde el 10 de enero. La razón: que ahora es su despacho el que les gira directamente los recursos y no el Comité Olímpico, que recibía un porcentaje, como ocurría antes de que llegara María Isabel Urrutia al cargo.
El próximo 12 de marzo Panam Sports definirá la sede de los Panamericanos 2027. Será o Lima o Asunción. Los recientes éxitos de Colombia en la organización de Juegos Bolivarianos, Suramericanos y Centroamericanos y del Caribe no bastaron para salvar la candidatura de Barranquilla.
Además del duro golpe a la imagen del país y de su capacidad organizativa, la capital del Atlántico perdió US$2.250.000 por derechos de organización y la candidatura. Por fortuna no se habían firmado las cláusulas de incumplimiento, que hubieran significado multas hasta por US$50 millones.
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De acuerdo con el presidente Petro, “el dinero que se iba a destinar a los Juegos, más de 800 millones de dólares, se destinará a los Juegos Intercolegiados del país mejorando las instalaciones deportivas de los colegios y la preparación deportiva de la niñez y la juventud”.
Ahí, el mandatario evidencia nuevamente su desconocimiento de cómo funciona el Sistema Nacional del Deporte, pues aunque está bien destinar cada vez más recursos al deporte de base, es el la recreación y en el alto rendimiento en donde se necesitan con mayor urgencia.
Los Juegos Intercolegiados en todas sus fases, municipales, departamentales, regionales y nacionales convocan cada año a cerca de dos millones de estudiantes entre siete y 17 años de edad y le cuestan al gobierno cerca de 80 mil millones de pesos. Si esa cifra se duplica o incluso se triplica para los próximos cuatro años, sería todavía menos de la mitad del presupuesto para Panamericanos, así que se podría gestionar la construcción y adecuación de escenarios que necesita la Costa Caribe, como velódromos, piscinas y parques multipropósito.
Colombia se quedó definitivamente sin la sede de los Juegos Panamericanos Barranquilla 2027 y como nunca antes quedó al descubierto el oportunismo de sus dirigentes políticos, los de siempre, que se aprovechan del deporte a la hora de los éxitos pero que lo siguen menospreciando y tratando como una actividad menor.
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