Adiós a Olga Lucía de Angulo, la reina de las piscinas
La mejor nadadora colombiana de la historia falleció como consecuencia de un cáncer.
Luis Guillermo Ordóñez O.
A finales de la década de los 60, cuando el deporte colombiano aún no aprendía a conjugar el verbo ganar, apareció una bella nadadora vallecaucana que se encargó de que la bandera nacional ondeara en lo más alto del podio en eventos internacionales.
Olga Lucía de Angulo, nacida el 26 de noviembre de 1955 en Cali, fue la primera mujer que a punta de victorias y medallas se ganó el cariño y el reconocimiento de los amantes del deporte, a quienes por entonces solamente les importaban las gestas en ciclismo, fútbol, boxeo y béisbol.
Antes de cumplir 13 años de edad y luego de ganar todos los títulos posibles en las categorías menores e incluso en las competencias de clavados, participó en los Juegos Olímpicos de Ciudad de México, en los que recibió un homenaje por ser la atleta más joven de las justas. En Munich 1972 llegó a la semifinal en la prueba de los 200 metros libres.
Su mejor actuación internacional fue en 1970, cuando se colgó 10 medallas de oro en los Juegos Bolivarianos de Maracaibo, cinco en el Suramericano de Mayores en Lima y dos más en los Centroamericanos de Panamá. Sus éxitos tuvieron tanta repercusión que la orquesta Billo’s Caracas Boys le hizo un homenaje en la canción Mi Cali bella, en cuya letra está su nombre.
Pero cuando apenas tenía 17 años tomó la decisión de retirarse, tras la muerte de su madre, Gladys Iragorri, quien era su principal impulsora. También porque se había dado cuenta de que de la natación no podría vivir, pues el apoyo que recibía por parte del gobierno era muy limitado y en esa época las empresas privadas no le apostaban al deporte.
Se graduó como bachiller del colegio Bolívar de la capital vallecaucana en 1973 y se casó de inmediato con Alberto Cohen. Se radicó entonces en Bogotá y estudió sicología en la Universidad Javeriana.
Después viajó a Estados Unidos e hizo un máster en administración de empresas en la Universidad de Harvard. No volvió a competir por Colombia a pesar de que muchas veces se lo propusieron.
Aun así, su nombre quedó grabado en la historia de la natación colombiana y suramericana, pues obtuvo marcas, algunas de ellas todavía vigentes, en todas las pruebas cortas en estilo libre, combinado y mariposa.
Trabajó en varias compañías multinacionales hasta 1998, cuando se radicó en Vancouver, Canadá, en donde falleció la noche del martes como consecuencia de un cáncer.
Su sobrino Mateo de Angulo fue el único miembro de la familia que heredó su afición por la natación. De hecho, es parte de la selección de Colombia y aspira a ir a Londres 2012, ahora con la ilusión de hacerle un homenaje a su tía, la reina de las piscinas colombianas.
A finales de la década de los 60, cuando el deporte colombiano aún no aprendía a conjugar el verbo ganar, apareció una bella nadadora vallecaucana que se encargó de que la bandera nacional ondeara en lo más alto del podio en eventos internacionales.
Olga Lucía de Angulo, nacida el 26 de noviembre de 1955 en Cali, fue la primera mujer que a punta de victorias y medallas se ganó el cariño y el reconocimiento de los amantes del deporte, a quienes por entonces solamente les importaban las gestas en ciclismo, fútbol, boxeo y béisbol.
Antes de cumplir 13 años de edad y luego de ganar todos los títulos posibles en las categorías menores e incluso en las competencias de clavados, participó en los Juegos Olímpicos de Ciudad de México, en los que recibió un homenaje por ser la atleta más joven de las justas. En Munich 1972 llegó a la semifinal en la prueba de los 200 metros libres.
Su mejor actuación internacional fue en 1970, cuando se colgó 10 medallas de oro en los Juegos Bolivarianos de Maracaibo, cinco en el Suramericano de Mayores en Lima y dos más en los Centroamericanos de Panamá. Sus éxitos tuvieron tanta repercusión que la orquesta Billo’s Caracas Boys le hizo un homenaje en la canción Mi Cali bella, en cuya letra está su nombre.
Pero cuando apenas tenía 17 años tomó la decisión de retirarse, tras la muerte de su madre, Gladys Iragorri, quien era su principal impulsora. También porque se había dado cuenta de que de la natación no podría vivir, pues el apoyo que recibía por parte del gobierno era muy limitado y en esa época las empresas privadas no le apostaban al deporte.
Se graduó como bachiller del colegio Bolívar de la capital vallecaucana en 1973 y se casó de inmediato con Alberto Cohen. Se radicó entonces en Bogotá y estudió sicología en la Universidad Javeriana.
Después viajó a Estados Unidos e hizo un máster en administración de empresas en la Universidad de Harvard. No volvió a competir por Colombia a pesar de que muchas veces se lo propusieron.
Aun así, su nombre quedó grabado en la historia de la natación colombiana y suramericana, pues obtuvo marcas, algunas de ellas todavía vigentes, en todas las pruebas cortas en estilo libre, combinado y mariposa.
Trabajó en varias compañías multinacionales hasta 1998, cuando se radicó en Vancouver, Canadá, en donde falleció la noche del martes como consecuencia de un cáncer.
Su sobrino Mateo de Angulo fue el único miembro de la familia que heredó su afición por la natación. De hecho, es parte de la selección de Colombia y aspira a ir a Londres 2012, ahora con la ilusión de hacerle un homenaje a su tía, la reina de las piscinas colombianas.