Andre Iguodala se retira como jugador profesional de baloncesto

La leyenda de los Golden State Warriors anunció que se retira del baloncesto profesional, dejando un legado de éxito absoluto y unos cuantos trofeos arrumados en las estanterías de su casa.

Ganó cuatro anillos y fue catalogado como MVP de las finales de la NBA en el año 2015; ganó 1 medalla de oro en el Mundial del 2010 con la selección de Estados Unidos e hizo lo mismo en los Juegos Olímpicos de Londrés, en 2012; jugó un total de 19 temporadas.

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Y la lista podría continuar, diciendo, por ejemplo, que cuando saltaba para bloquear a su contrincante fruncía el ceño en señal de desaprobación y obstinación, que salía del campo con los brazos desgonzados y una sonrisa ladina, que mide 1,98 cm, que perdió tres finales o que en 2013 decidió elegir su futuro deportivo por encima del dinero; que aceptó irse a jugar a los Warriors, aun cuando la oferta de renovación con los Nuggets significaba un salario más jugoso; pero realmente nada de esto describe su determinación y su historia, ninguna palabra puede ya bloquear la idea de su retiro.

“Fue una hermosa carrera, un hermoso paseo. He jugado en grandes ciudades, para grandes organizaciones. Aprendí mucho a lo largo de mi carrera, he tenido grandes compañeros de equipo”, dijo Andre, tras ser preguntado por el inminente anuncio de su retiro, con una mirada tranquila y un semblante casual y monótono, como sin sentirlo realmente, como si estuviera preparado y planeado desde hace mucho.

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Tras su retiro, LeBron James pasa a ser el jugador más viejo en activo en la NBA, con 38 años, uno menos que el recién jubilado Andre, que alguna vez le dedicó unas palabras soberbias: “LeBron puede elevar el nivel de sus compañeros, involucra a todos como ningún otro jugador que haya visto y todavía anota 30 puntos en el juego. Pero en general, Kobe Bryant es el jugador más duro que he defendido en mi carrera”.

Suena cruel, pero ahora LeBron carga con la insignia de su aparente vejez. El número se ensancha y quizá esto obliga a pensar a sus fanáticos que su retiro también se acerca, que acecha, escondido, detrás del marco de jugadores como Iguodala, que cuelgan las zapatillas y dan a entender que el cambio debe llegar y está llegando, que las articulaciones no aguantan más.

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Andre se retira, y deja como marca una carrera adaptativa, versátil y gloriosa, porque en un sentido evidente fue capaz de cambiar de posición, de moldear su juego y su actitud a las necesidades del equipo, porque nunca pensó en él dentro del campo, sin una insignia en el pecho.

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Ganó cuatro anillos y fue catalogado como MVP de las finales de la NBA en el año 2015; ganó 1 medalla de oro en el Mundial del 2010 con la selección de Estados Unidos e hizo lo mismo en los Juegos Olímpicos de Londrés, en 2012; jugó un total de 19 temporadas.

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Y la lista podría continuar, diciendo, por ejemplo, que cuando saltaba para bloquear a su contrincante fruncía el ceño en señal de desaprobación y obstinación, que salía del campo con los brazos desgonzados y una sonrisa ladina, que mide 1,98 cm, que perdió tres finales o que en 2013 decidió elegir su futuro deportivo por encima del dinero; que aceptó irse a jugar a los Warriors, aun cuando la oferta de renovación con los Nuggets significaba un salario más jugoso; pero realmente nada de esto describe su determinación y su historia, ninguna palabra puede ya bloquear la idea de su retiro.

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