Anthony Zambrano tiene una cita con la historia
Correrá la final de los 400 metros planos, una de las pruebas más emblemáticas del atletismo. Su marca le permite soñar con el podio.
Hay deportes en los que llegar a una final olímpica significa un logro inmenso, sobre todo en pruebas que tienen gran prestigio e historia. En el atletismo, los 400 metros son una de ellas.
La vuelta completa a la pista es considerada una de las competencias más exigentes en el deporte base, pues combina la explosión de los 100 metros, la estrategia de los 800 y una especial resistencia en máximo esfuerzo.
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Y en Tokio 2020 Colombia tiene a un protagonista de primer nivel, el guajiro-atlenticense Anthony Zambrano, un rebelde con causa que apareció por allá en el Mundial de Menores de Cali, en 2015, cuando llegó a la final y quedó séptimo, con un tiempo de 46,57. Al año siguiente, en el Mundial Juvenil de Polonia, fue sexto, con 46,50. En 2019 rompió el récord nacional (44,68) y se coronó campeón suramericano y panamericano de la distancia, antes de conseguir la medalla de plata en el Mundial de Doha, en Catar.
Desde entonces no ha dejado de trabajar pensando en Tokio. Subirse al podio en la cita japonesa se convirtió en su obsesión. Y luego de una brillante ronda clasificatoria, en la que ganó su serie. se ubicó segundo en la semifinal de este lunes en la madrugada colombiana, con un impresionante 43,93, nuevo récord suramericano y la decimosexta marca de todos los tiempos.
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“Llegar hasta una final olímpica ha sido un camino muy duro. Un viaje lleno de curvas, espinas y dolores. Pero también un trayecto donde descubrí que con fe, determinación y resiliencia uno siempre puede sacar su mejor versión. Soy de carne y hueso, como cualquier otra persona, tal vez con una habilidad mayor para correr, lo que recibo como una bendición de Dios. Mi madre y mi profe me dicen que después de la tormenta viene la calma, y espero que todo lo que pase de aquí en adelante sea de gran satisfacción para todos. Gracias a quienes han creído en mí”, escribió en sus redes sociales, pues prefiere no atender a los medios para concentrarse mejor.
Tradición estadounidense
Los 400 metros son una prueba que se realiza desde la primera edición de los Juegos Olímpicos modernos, en 1896. Y durante mucho tiempo fue dominada por los atletas estadounidenses, ganadores de siete oros consecutivos entre 1984 y 2008. En Londres 2012, Kirani James rompió esa racha y en Río 2016 el título, con récord mundial incluido, fue para el sudafricano Wayde van Niekerk, eliminado en Tokio en las semifinales.
Antes de las series clasificatorias todo parecía indicar que los velocistas norteamericanos recuperarían el trono, pero las estadísticas dicen otra cosa. Michael Cherry y Michael Norman están en la final, pero no han lucido tan fuertes como se esperaba. Mejor semblante se le ha visto al campeón mundial, el bahameño Steven Gardiner, quien, sin embargo, no ha bajado de 44 segundos en la temporada 2021.
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Quien sí sorprendió a propios y extraños fue Kirani James, quien con 28 años parece gozar de su madurez física y mental. En la semifinal paró el cronómetro en 43,88, registro que lo convierte en el gran favorito para la final, que será este jueves a las 7:00 a.m., hora colombiana, por la señal de Caracol Sports.
Detrás aparece el colombiano Anthony Zambrano, el atleta de mayores progresos en la especialidad. Este año ganó cuatro de las seis carreras que disputó. El 20 de junio, en Madrid, hizo un 44,51 que lo llenó de confianza. Llegó a Tokio absolutamente enfocado y en dos competencias se ganó a pulso el derecho a ser considerado candidato. Su remate en los 100 metros finales no se había visto antes. Si llega cerca a los primeros en la recta final puede dar la mayor sorpresa de los Juegos.
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Si vuelve a bajar de 44 segundos, como en la semifinal, debería subirse al podio y conseguir, a nivel técnico, la que podría ser la medalla más importante en la historia olímpica del país.
Ganar lo consagraría en una prueba que han hecho grandes leyendas como Michael Johnson y Jeremy Wariner, y en nuestra región el cubano Alberto Juantorena, quien también hacía los 800 metros. En la rama femenina las grandes estrellas de la distancia han sido la alemana Marita Koch, la francesa Marie José Perec y la bahameña Shaunae Miller-Uyibo. En América brilló la mexicana Ana Guevara y en Colombia la antioqueña Ximena Restrepo, bronce en Barcelona 1992.
Hay deportes en los que llegar a una final olímpica significa un logro inmenso, sobre todo en pruebas que tienen gran prestigio e historia. En el atletismo, los 400 metros son una de ellas.
La vuelta completa a la pista es considerada una de las competencias más exigentes en el deporte base, pues combina la explosión de los 100 metros, la estrategia de los 800 y una especial resistencia en máximo esfuerzo.
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Y en Tokio 2020 Colombia tiene a un protagonista de primer nivel, el guajiro-atlenticense Anthony Zambrano, un rebelde con causa que apareció por allá en el Mundial de Menores de Cali, en 2015, cuando llegó a la final y quedó séptimo, con un tiempo de 46,57. Al año siguiente, en el Mundial Juvenil de Polonia, fue sexto, con 46,50. En 2019 rompió el récord nacional (44,68) y se coronó campeón suramericano y panamericano de la distancia, antes de conseguir la medalla de plata en el Mundial de Doha, en Catar.
Desde entonces no ha dejado de trabajar pensando en Tokio. Subirse al podio en la cita japonesa se convirtió en su obsesión. Y luego de una brillante ronda clasificatoria, en la que ganó su serie. se ubicó segundo en la semifinal de este lunes en la madrugada colombiana, con un impresionante 43,93, nuevo récord suramericano y la decimosexta marca de todos los tiempos.
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“Llegar hasta una final olímpica ha sido un camino muy duro. Un viaje lleno de curvas, espinas y dolores. Pero también un trayecto donde descubrí que con fe, determinación y resiliencia uno siempre puede sacar su mejor versión. Soy de carne y hueso, como cualquier otra persona, tal vez con una habilidad mayor para correr, lo que recibo como una bendición de Dios. Mi madre y mi profe me dicen que después de la tormenta viene la calma, y espero que todo lo que pase de aquí en adelante sea de gran satisfacción para todos. Gracias a quienes han creído en mí”, escribió en sus redes sociales, pues prefiere no atender a los medios para concentrarse mejor.
Tradición estadounidense
Los 400 metros son una prueba que se realiza desde la primera edición de los Juegos Olímpicos modernos, en 1896. Y durante mucho tiempo fue dominada por los atletas estadounidenses, ganadores de siete oros consecutivos entre 1984 y 2008. En Londres 2012, Kirani James rompió esa racha y en Río 2016 el título, con récord mundial incluido, fue para el sudafricano Wayde van Niekerk, eliminado en Tokio en las semifinales.
Antes de las series clasificatorias todo parecía indicar que los velocistas norteamericanos recuperarían el trono, pero las estadísticas dicen otra cosa. Michael Cherry y Michael Norman están en la final, pero no han lucido tan fuertes como se esperaba. Mejor semblante se le ha visto al campeón mundial, el bahameño Steven Gardiner, quien, sin embargo, no ha bajado de 44 segundos en la temporada 2021.
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Quien sí sorprendió a propios y extraños fue Kirani James, quien con 28 años parece gozar de su madurez física y mental. En la semifinal paró el cronómetro en 43,88, registro que lo convierte en el gran favorito para la final, que será este jueves a las 7:00 a.m., hora colombiana, por la señal de Caracol Sports.
Detrás aparece el colombiano Anthony Zambrano, el atleta de mayores progresos en la especialidad. Este año ganó cuatro de las seis carreras que disputó. El 20 de junio, en Madrid, hizo un 44,51 que lo llenó de confianza. Llegó a Tokio absolutamente enfocado y en dos competencias se ganó a pulso el derecho a ser considerado candidato. Su remate en los 100 metros finales no se había visto antes. Si llega cerca a los primeros en la recta final puede dar la mayor sorpresa de los Juegos.
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Si vuelve a bajar de 44 segundos, como en la semifinal, debería subirse al podio y conseguir, a nivel técnico, la que podría ser la medalla más importante en la historia olímpica del país.
Ganar lo consagraría en una prueba que han hecho grandes leyendas como Michael Johnson y Jeremy Wariner, y en nuestra región el cubano Alberto Juantorena, quien también hacía los 800 metros. En la rama femenina las grandes estrellas de la distancia han sido la alemana Marita Koch, la francesa Marie José Perec y la bahameña Shaunae Miller-Uyibo. En América brilló la mexicana Ana Guevara y en Colombia la antioqueña Ximena Restrepo, bronce en Barcelona 1992.