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Así fue la rutina con la que Simone Biles conquistó su primer oro en París 2024

Biles arrancó su reconquista olímpica al conducir al combinado estadounidense hacia el oro por equipos en gimnasia artística.

30 de julio de 2024 - 11:28 p. m.
Simone Biles, de los EE. UU., se presenta en la viga de equilibrio durante la final por equipos femeninos de las competiciones de gimnasia artística en los Juegos Olímpicos de París 2024, en el Bercy Arena en París, Francia, el 30 de julio de 2024.
Simone Biles, de los EE. UU., se presenta en la viga de equilibrio durante la final por equipos femeninos de las competiciones de gimnasia artística en los Juegos Olímpicos de París 2024, en el Bercy Arena en París, Francia, el 30 de julio de 2024.
Foto: EFE - CAROLINE BREHMAN

La legendaria Simone Biles se colgó este martes su primer oro en París-2024 al guiar al equipo estadounidense a lo alto de la gimnasia artística, con el que sumó su quinto título en unos Juegos y el primero tras la pesadilla de Tokio.

Recuperada de la amarga experiencia de hace tres años, una sonriente Biles volvió a subir a lo más alto del podio tras una final que dominaron las estadounidenses y donde la plata fue para Italia y el bronce de Brasil, que logró la primera medalla por equipos en su historia en la gimnasia.

Con este oro, que EE. UU. perdió en Tokio en favor de las rusas -ausentes en París-, Biles da el primer paso para recuperar el imperio olímpico que construyó en Río de Janeiro-2016, cuando el mundo descubrió lo que los gimnastas ya sabían desde hacía tiempo; que aquella deportista menuda y enérgica no era como los demás.

Pero el camino para volver a la cima no ha sido fácil para una Biles que, con 27 años, llegó a París con otra forma de estar en la élite, tras desentrañar el bloqueo mental que le atenazó en Tokio.

“Ahora soy mucho más mayor, tenemos más experiencia y salimos a disfrutar lo que estamos haciendo. Es diferente”, explicó Biles al comparar este éxito con el de 2016.

Revancha

Con ella disfrutó también un repleto Arena Bercy que arropó cada paso de la ganadora de 23 títulos mundiales, hoy con un brillante maillot con los colores estadounidenses y un vendaje que le cubría la dolorida pantorrilla izquierda, aunque menos extenso que con el que acabó las clasificaciones el domingo.

Entre el público, de nuevo, estrellas como la leyenda del tenis Serena Williams, el director de cine Spike Lee o el millonario Bill Gates seguían atentos sus movimientos. Y la gimnasta más condecorada de la historia no tardó en demostrar a lo que ha venido a París; a recuperar lo que el exceso de presión le arrebató en Tokio.

Con un preciso salto en el potro, Biles arrancó la competición con la mejor nota de la primera rotación y sin rastro de los temidos “twisties”, un fenómeno que provoca que los gimnastas pierdan el sentido de la orientación cuando están en el aire. Su aparición, consecuencia de un bloqueo mental, le había obligado a retirarse de esta misma prueba en Tokio y a perderse la mayoría de finales de aquellos Juegos atípicos.

“Cuando terminé el salto, fue un alivio”, confesó Biles. “Me dije ‘uf, no he tenido flashbacks ni nada”, agregó.

También aterrizó clavada de las barras asimétricas y, tras un paso más discreto por la barra de equilibrio, fue la encargada de cerrar la competición con su espectacular ejercicio de suelo ante un estadio en pie, y con el oro ya asegurado.

Todo el equipo estadounidense, formado por otras tres veteranas de los últimos Juegos, se abrazó entonces en una celebración con sabor a revancha.

“Creo que todas teníamos algo que demostrar de Tokio”, explicó Biles. “Y esta noche lo hicimos”.

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