Bryan Barberena: El luchador de la UFC con sangre colombiana
Encerrado en una jaula, con los guantes y pantaloneta de artes marciales mixtas, la cara ensangrentada y su cuerpo repleto de morados es como le gusta vivir a Bryan Barberena, un peleador de 27 años estadounidense con raíces colombianas.
Paula Casas Mogollón
El estadio de la Arena da Baixada en Curitiba Brasil se estaba preparando el pasado 14 de mayo para el UFC 198. En la cartelera se podían ver los nombres de grandes peleadores, como el croata-estadounidense Stipe Miočić quien enfrentaba en la pelea estelar al brasileño Fabricio Werdum. También estaban los brasileños Vitor Belfort, Maurício Rua y el colombo-estadounidense Bryan Barberena. Por las mujeres, la brasileña Cristiane Justino y la estadounidense Leslie Smith.
Se acercaba la hora de inicio y Bruce Buffer, el encargado de presentar todos los eventos de UFC, decía su habitual frase: ¡Es hora!. Los peleadores Bryan Barberena y Warlley Silva, primeros en competir, sabían que era el momento de salir al octágono. Dar sus mejores patadas y puños para ganar. Barberena fue el primero en asomarse al campo de batalla y entre los aplausos de sus compatriotas fue entrando a la jaula. A lo lejos se veían venir un hombre alto, barbudo y con la bandera de dos países, Colombia y Estados Unidos, en la espalda. Era el colombo-estadounidense Bryan Barberena que era recibido entre silbidos y rechiflas.
Ya era el momento de pelear. Buffer señalaba el inicio del primer round. Fue un comienzo aburrido y sin jugadas peligrosas, un par de patadas inofensivas que no le hacían daño a nadie. Cinco minutos perdidos. Llegaba el segundo y Barberena empezó a imponerse sobre su rival Silva, sin embargo se acabó el tiempo y no había ganador. Era el último round, el decisivo. Las cosas no cambiaban y no fueron suficientes los 15 minutos de pelea.
Se acercaron los dos al centro del octágono, Barberena llamaba la atención con su bandera doble, hasta su protector bucal tenía los colores de Colombia. Buffer se aproximaba para dar el ganador. Levantó la mano de Barberena, era el vencedor. Después de esa victoria, la más grande según él, decidió hacer su primer viaje a Colombia.
Barberena lleva la herencia colombiana en su raíz. Su padre es caleño y desde muy pequeño le enseñó a amar y a respetar este país. Por eso siempre lleva a sus combates una bandera de doble faz, por un lado está la colombiana y por el otro la estadounidense.
“Bam Bam”, como es conocido en el mundo de las luchas, tiene una carrera casi impecable, pues de las 15 peleas que ha disputado sólo ha perdido tres. Un buen récord. Se caracteriza como un luchador incansable que juega a presionar a sus oponentes, es agresivo e imponente en la jaula. Y hoy en Colombia quiere descubrir un poco más de sus raíces, mejorar su español que según cuenta ha ido perdiendo de a pocos, reunirse con su familia y ganar apoyo entre los colombianos que admiran este deporte.
¿A qué se debe su visita al país?
Vengo a promover el deporte, porque creo que Colombia tiene un gran potencial y lo puede explotar. Quiero cambiar un poco la imagen que tienen de ser un deporte violento y sangriento y mostrar que realmente no es así. Además quiero conocer un poco más de mis raíces, probar platos típicos y conocer los sitios turísticos.
Para mí la nacionalidad de mi padre tiene un significado muy grande y estoy muy orgulloso de eso. Son mis raíces y sin las enseñanzas que le dejó el país a él no sería lo que soy hoy. Para mí es tan importante Colombia como Estados Unidos.
En sus peleas saca la bandera de Colombia, ¿cómo comenzó ese ritual?
Porque mi sangre es colombiana y me siento muy orgulloso de este país. Es algo que llevo dentro de mí y en Colombia me ven muchos familiares que se enorgullecen de lo que he logrado en mi carrera. La primera bandera que tuve me la regaló mi papá y desde ese momento decidí usarla siempre en mis peleas. Por un lado está la de Estados Unidos y en el otro Colombia, ese es mi sello.
Usted ha afirmado que su héroe es su papá, ¿por qué? ¿Qué piensa él de su apego a Colombia?
Él ha hecho que me convierta en la persona que soy en la actualidad. Es mi mejor amigo, mi consejero, mi apoyo y lo admiro muchísimo, me ha animado desde el comienzo en este deporte. Por ejemplo, tengo un gran recuerdo de mi infancia, un día me estaba ahogando y él me hizo la maniobra de Heimlich, es un procedimiento para desobstruir el conducto respiratorio, y salvó mi vida -cuenta entre risas-.
Está muy feliz del amor que le tengo a su país, pues desde muy pequeño me ha inculcado las costumbres y me ha enseñado a trabajar duro para conseguir cada cosa que me propongo.
¿Qué significan para usted las artes marciales mixtas y por qué lo escogió como estilo de vida?
Para mí significa pasión y disciplina, por eso escogí este deporte. El hecho de tener que pasar por el proceso de aprender las técnicas, de tener el estado físico para competir y el esfuerzo para ganarse cada pelea me parece fantástico. Me gusta mucho lo que elegí hacer en mi vida.
¿Qué significa para usted competir en la UFC?
UFC es la mejor y más grande compañía de este deporte, es como decir la NFL para el fútbol americano. Es el nivel más alto en la parte de peleas y por eso para mí es muy importante competir acá. Participar en UFC es mi sueño hecho realidad.
¿Cómo es su entrenamiento antes de una pelea?
Es en un campamento de entrenamiento y me preparo de acuerdo al contrincante al que vaya a enfrentar. Tengo preparación de las artes marciales (como jiujitsu, boxeo, muay thai) y a parte hago gimnasio. Además, veo videos de mis contrincantes para descubrir cuáles son sus habilidades y debilidades y enfocarme en cómo lo puedo derrotar. Entreno de tres a cuatro veces en el día.
¿Cuál es la disciplina que prefiere usar a la hora de pelear?
Yo prefiero Muay Thai, es una mezcla entre puños y patadas. Con esta técnica peleo de pie y me siento más cómodo.
¿A qué luchador le gustaría enfrentar?
En este momento no tengo en mente a algún peleador, pero estoy disponible para pelear con cualquiera. La base está en el entrenamiento.
Usted tiende a ser más golpeador, ¿qué tipo de rivales no le gustan?
Yo me siento cómodo con todos los peleadores y para cada enfrentamiento tenemos tan buena preparación que nos entrenamos con diferentes técnicas. También competimos con personas que son de otros pesos y así logro estar listo. Sin embargo, para la técnica que uso es frustrante luchar con personas que sólo buscan contacto y combatir en el piso, aunque no le tengo miedo a eso.
¿A qué luchador admira más?
Cuando era pequeño me gustaba Chuck Lidell, disfrutaba de su forma de pelear y su estilo. Me veo reflejado en él como persona, tanto fuera como dentro del octágono. Es mi modelo a seguir.
¿Qué representó para usted su más reciente pelea, que culminó en una victoria?
Probablemente para mí es la pelea más grande que he tenido, fue una gran victoria. Eso me solidificó como un peleador top en el UFC y el ganarle a Warlley Alves, que era un buen candidato, hizo que fuera más importante para mí.
¿Qué le falta a Colombia para potenciar las artes marciales mixtas?
Yo creo que lo que le falta a Colombia es tener una buena base para que conozca más el deporte. Es necesario educarse y aprender más sobre las artes marciales mixtas y ahí se darán cuenta que no es un deporte violento. Es igual que el fútbol americano, un deporte de contacto en donde se enfrentan dos partes que tienen un solo objetivo: ganar.
¿Qué opina de las personas qué dicen que este deporte es sangriento y violento?
Yo sólo creo que ellos se deben educar sobre el deporte para comprender y entender de qué se trata. Es una competencia de dos personas en donde debe existir un ganador. Sugiero que la gente debería buscar la manera de afiliarse al canal UFC Network en donde se transmite cómo es este deporte y explican de qué trata, con esto logran motivar a las personas para que lo practiquen.
El estadio de la Arena da Baixada en Curitiba Brasil se estaba preparando el pasado 14 de mayo para el UFC 198. En la cartelera se podían ver los nombres de grandes peleadores, como el croata-estadounidense Stipe Miočić quien enfrentaba en la pelea estelar al brasileño Fabricio Werdum. También estaban los brasileños Vitor Belfort, Maurício Rua y el colombo-estadounidense Bryan Barberena. Por las mujeres, la brasileña Cristiane Justino y la estadounidense Leslie Smith.
Se acercaba la hora de inicio y Bruce Buffer, el encargado de presentar todos los eventos de UFC, decía su habitual frase: ¡Es hora!. Los peleadores Bryan Barberena y Warlley Silva, primeros en competir, sabían que era el momento de salir al octágono. Dar sus mejores patadas y puños para ganar. Barberena fue el primero en asomarse al campo de batalla y entre los aplausos de sus compatriotas fue entrando a la jaula. A lo lejos se veían venir un hombre alto, barbudo y con la bandera de dos países, Colombia y Estados Unidos, en la espalda. Era el colombo-estadounidense Bryan Barberena que era recibido entre silbidos y rechiflas.
Ya era el momento de pelear. Buffer señalaba el inicio del primer round. Fue un comienzo aburrido y sin jugadas peligrosas, un par de patadas inofensivas que no le hacían daño a nadie. Cinco minutos perdidos. Llegaba el segundo y Barberena empezó a imponerse sobre su rival Silva, sin embargo se acabó el tiempo y no había ganador. Era el último round, el decisivo. Las cosas no cambiaban y no fueron suficientes los 15 minutos de pelea.
Se acercaron los dos al centro del octágono, Barberena llamaba la atención con su bandera doble, hasta su protector bucal tenía los colores de Colombia. Buffer se aproximaba para dar el ganador. Levantó la mano de Barberena, era el vencedor. Después de esa victoria, la más grande según él, decidió hacer su primer viaje a Colombia.
Barberena lleva la herencia colombiana en su raíz. Su padre es caleño y desde muy pequeño le enseñó a amar y a respetar este país. Por eso siempre lleva a sus combates una bandera de doble faz, por un lado está la colombiana y por el otro la estadounidense.
“Bam Bam”, como es conocido en el mundo de las luchas, tiene una carrera casi impecable, pues de las 15 peleas que ha disputado sólo ha perdido tres. Un buen récord. Se caracteriza como un luchador incansable que juega a presionar a sus oponentes, es agresivo e imponente en la jaula. Y hoy en Colombia quiere descubrir un poco más de sus raíces, mejorar su español que según cuenta ha ido perdiendo de a pocos, reunirse con su familia y ganar apoyo entre los colombianos que admiran este deporte.
¿A qué se debe su visita al país?
Vengo a promover el deporte, porque creo que Colombia tiene un gran potencial y lo puede explotar. Quiero cambiar un poco la imagen que tienen de ser un deporte violento y sangriento y mostrar que realmente no es así. Además quiero conocer un poco más de mis raíces, probar platos típicos y conocer los sitios turísticos.
Para mí la nacionalidad de mi padre tiene un significado muy grande y estoy muy orgulloso de eso. Son mis raíces y sin las enseñanzas que le dejó el país a él no sería lo que soy hoy. Para mí es tan importante Colombia como Estados Unidos.
En sus peleas saca la bandera de Colombia, ¿cómo comenzó ese ritual?
Porque mi sangre es colombiana y me siento muy orgulloso de este país. Es algo que llevo dentro de mí y en Colombia me ven muchos familiares que se enorgullecen de lo que he logrado en mi carrera. La primera bandera que tuve me la regaló mi papá y desde ese momento decidí usarla siempre en mis peleas. Por un lado está la de Estados Unidos y en el otro Colombia, ese es mi sello.
Usted ha afirmado que su héroe es su papá, ¿por qué? ¿Qué piensa él de su apego a Colombia?
Él ha hecho que me convierta en la persona que soy en la actualidad. Es mi mejor amigo, mi consejero, mi apoyo y lo admiro muchísimo, me ha animado desde el comienzo en este deporte. Por ejemplo, tengo un gran recuerdo de mi infancia, un día me estaba ahogando y él me hizo la maniobra de Heimlich, es un procedimiento para desobstruir el conducto respiratorio, y salvó mi vida -cuenta entre risas-.
Está muy feliz del amor que le tengo a su país, pues desde muy pequeño me ha inculcado las costumbres y me ha enseñado a trabajar duro para conseguir cada cosa que me propongo.
¿Qué significan para usted las artes marciales mixtas y por qué lo escogió como estilo de vida?
Para mí significa pasión y disciplina, por eso escogí este deporte. El hecho de tener que pasar por el proceso de aprender las técnicas, de tener el estado físico para competir y el esfuerzo para ganarse cada pelea me parece fantástico. Me gusta mucho lo que elegí hacer en mi vida.
¿Qué significa para usted competir en la UFC?
UFC es la mejor y más grande compañía de este deporte, es como decir la NFL para el fútbol americano. Es el nivel más alto en la parte de peleas y por eso para mí es muy importante competir acá. Participar en UFC es mi sueño hecho realidad.
¿Cómo es su entrenamiento antes de una pelea?
Es en un campamento de entrenamiento y me preparo de acuerdo al contrincante al que vaya a enfrentar. Tengo preparación de las artes marciales (como jiujitsu, boxeo, muay thai) y a parte hago gimnasio. Además, veo videos de mis contrincantes para descubrir cuáles son sus habilidades y debilidades y enfocarme en cómo lo puedo derrotar. Entreno de tres a cuatro veces en el día.
¿Cuál es la disciplina que prefiere usar a la hora de pelear?
Yo prefiero Muay Thai, es una mezcla entre puños y patadas. Con esta técnica peleo de pie y me siento más cómodo.
¿A qué luchador le gustaría enfrentar?
En este momento no tengo en mente a algún peleador, pero estoy disponible para pelear con cualquiera. La base está en el entrenamiento.
Usted tiende a ser más golpeador, ¿qué tipo de rivales no le gustan?
Yo me siento cómodo con todos los peleadores y para cada enfrentamiento tenemos tan buena preparación que nos entrenamos con diferentes técnicas. También competimos con personas que son de otros pesos y así logro estar listo. Sin embargo, para la técnica que uso es frustrante luchar con personas que sólo buscan contacto y combatir en el piso, aunque no le tengo miedo a eso.
¿A qué luchador admira más?
Cuando era pequeño me gustaba Chuck Lidell, disfrutaba de su forma de pelear y su estilo. Me veo reflejado en él como persona, tanto fuera como dentro del octágono. Es mi modelo a seguir.
¿Qué representó para usted su más reciente pelea, que culminó en una victoria?
Probablemente para mí es la pelea más grande que he tenido, fue una gran victoria. Eso me solidificó como un peleador top en el UFC y el ganarle a Warlley Alves, que era un buen candidato, hizo que fuera más importante para mí.
¿Qué le falta a Colombia para potenciar las artes marciales mixtas?
Yo creo que lo que le falta a Colombia es tener una buena base para que conozca más el deporte. Es necesario educarse y aprender más sobre las artes marciales mixtas y ahí se darán cuenta que no es un deporte violento. Es igual que el fútbol americano, un deporte de contacto en donde se enfrentan dos partes que tienen un solo objetivo: ganar.
¿Qué opina de las personas qué dicen que este deporte es sangriento y violento?
Yo sólo creo que ellos se deben educar sobre el deporte para comprender y entender de qué se trata. Es una competencia de dos personas en donde debe existir un ganador. Sugiero que la gente debería buscar la manera de afiliarse al canal UFC Network en donde se transmite cómo es este deporte y explican de qué trata, con esto logran motivar a las personas para que lo practiquen.