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El vacío que dejó Candace Parker en la WNBA tras su retiro aún está latente. La herida simplemente se resiste a desaparecer. Duele, pica, molesta y entristece. Aunque no fue del todo sorpresivo, su despedida dejó a todos sus fanáticos con la boca abierta y el corazón apretujado. Estos no estaban preparados, ni lo están ahora, tras unos meses aguantando con sorna la fisura que dejó en la cancha, en el aro, el tablero y la pelota.
El baloncesto es más grande que sus jugadores. Su inmutabilidad, su carácter inmortal y las estrellas que nacen a diario hacen que por un momento se pierdan en el tiempo los gritos de celebración, las sonrisas, los autógrafos y las leyendas. Duele perder a una gran jugadora, saber que sus pisadas y sus saltos se han extinguido de golpe, como el rugido final del reloj que decide al campeón de un partido apretado. Pero después de eso aún quedan sus recuerdos suspendidos en el aire para jamás ser olvidados del todo.
Candace se retiró el 28 de abril de 2024, luego de 16 años jugando a nivel profesional, de miles de rebotes, cientos de puntos, y muchas, muchísimas lágrimas de alegría derramadas. El anuncio lo hizo a través de su cuenta de Instagram, con una foto antigua y una carta sentida, lúgubre y honesta. “Mi CORAZÓN y mi cuerpo lo sabían, pero tenía que darle tiempo a mi mente para aceptarlo”, escribió, quizá derramando un par de lágrimas en la pantalla; las mismas que derramaron sus seguidores al leer sus palabras lastimadas y diáfanas. “Me enamoré de una pequeña bola naranja a los 13 años de edad y por ella mi mundo da vueltas”, escribió, marcando su adiós.
“Nos enorgullece ser parte del legado histórico de Candance en esta transición de atleta a su nuevo rol de liderazgo dentro de Adidas Basketball. Es una verdadera innovadora con una profunda pasión por el juego. Confiamos en que es la persona idónea para hacer que Adidas Women’s Basketball evolucione y catalice una nueva era de crecimiento y credibilidad dentro de la marca”, dijo el gerente general de Adidas a nivel global, Eric Wise, a través de un comunicado, con una foto de Parker a blanco y negro en la cima, posando con semblante vacío y austero, con una chaqueta de la marca y con ojos inexpresivos.
“Desde la escuela hasta la universidad, pasando por el deporte profesional, hasta el día de hoy. Este nombramiento con Adidas simboliza un compromiso compartido para realizar cambios impactantes y establecer nuevos puntos de referencia para el futuro del deporte femenino. No se trata solo de productos; se trata de fomentar el movimiento enfocado en la innovación, la representación y el acceso”, puntualizó Parker, en el mismo comunicado publicado en la página oficial de Adidas.
La exjugadora tendrá gran influencia dentro del desarrollo de nuevos productos y en la dirección de la marca. En su nuevo papel, se espera que Parker aporte su visión especial, dentro y fuera de la cancha, para amplificar el impacto de las mujeres dentro de este deporte; garantizando inclusión, transformación y que la imagen de la mujer esté siempre presente en cada iniciativa que la marca tenga alrededor del deporte. Este nuevo paso de Candace ha renovado su viejo y loable compromiso con el deporte que ama, pues, como se prometió a sí misma hace mucho tiempo, “dejaría el juego mejor de lo que lo encontró”.
Su compromiso se ha renovado con esta nueva etapa, vaticinando nuevos y más grandes esfuerzos, apenas un mes después del final de su aventura en la cancha y tras desearle suerte a los que aún gozan del placer del baloncesto y de sus emociones. Atrás quedaron sus récords, olvidados en un cajón público al que todos pueden recurrir para buscar inspiración.
Ahora todas sus fuerzas y energías se centrarán en impulsar el deporte y en ayudar a sus viejas colegas a alcanzar la gloria eterna, para dejar huellas profundas en las mentes de los fanáticos y del mundo entero. Aún es la jugadora que más puntos marcó en su debut y la única en ganar el MVP y el premio a mejor Rookie del año en la misma temporada.
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