Colombia se estrena en los Juegos Olímpicos de Invierno
En Vancouver, Cynthia competirá este miércoles en slalom gigante y el viernes en slalom.
Luis Guillermo Ordóñez O.
Participar en unos Juegos Olímpicos de Invierno es una aventura en la que Colombia hace muchos años se quería embarcar.
De hecho, a finales de los 90, Carlos Orlando Ferreira, entonces presidente de la Federación de Patinaje, propuso preparar algunos deportistas de esa disciplina para las pruebas de velocidad sobre hielo, pero los altos costos no permitieron hacer realidad ese proyecto.
Incluso la patinadora antioqueña Jennifer Caicedo se nacionalizó argentina con el objetivo de representar a ese país en Vancouver 2010, pero finalmente no logró clasificarse.
Pero quien sí pudo ondear la bandera tricolor en Canadá fue Cynthia Denzler, una esquiadora de padres suizos, nacida en Estados Unidos, pero nacionalizada colombiana, quien apareció hace dos años y medio con la propuesta de actuar por nuestros país en los Olímpicos de Invierno.
“Ese proceso comenzó a finales de 2007, cuando el papá de Cynthia contactó al entonces presidente del Comité Olímpico Colombiano (COC), Andrés Botero, para que le permitiera representar al país. Desde ese momento hemos estado pendientes de que participe en competencias internacionales y del escalafón mundial. Ella ha tenido valoraciones biomédicas frecuentes en Bogotá y con esos resultados se ha coordinado el trabajo con su cuerpo de entrenadores, radicados en Suiza”, explica Diego Toro, metodólogo del COC.
Hace un año, Cynthia logró la clasificación para las pruebas de slalom y slalom gigante. “Fue maravilloso desfilar con la bandera colombiana en la inauguración. Para mí estar en unos Olímpicos es un sueño cumplido, pero además una manera de abrirles las puertas a otros deportistas que tengan las mismas aspiraciones”, señaló Cynthia desde Canadá, en donde mañana, a partir de las 6:00 p.m., competirá en el slalom gigante.
Conquistar una medalla es imposible, pero tratar de meterse entre las 20 mejores está a su alcance. “Me he preparado muy bien en Estados Unidos y Suiza, conozco a varias de las mejores del mundo y siento que no estoy tan lejos de su nivel”, explica con dificultad Cynthia, quien apenas balbucea el español, tiene 26 años de edad y estudia negocios internacionales.
El padre y entrenador de Cynthia, Hanspeter Denzler, llegó a Colombia en 1995 y fundó una empresa de confecciones. Años después pidió la nacionalidad, al igual que toda su familia. “El esquí ha sido siempre mi pasión y ante la dificultad para representar a Suiza, porque hay muchos y muy buenos esquiadores, vimos en Colombia una excelente alternativa”, admite antes de explicar que en los Juegos de Vancouver asistieron apenas 82 países, de los 202 afiliados al Comité Olímpico Internacional.
Ganen o pierdan, Cynthia y Hanspeter ya cumplieron su sueño e hicieron que por primera vez desde Chamonix, Francia, en 1924, la bandera colombiana ondeara al lado de las de Noruega, Estados Unidos, Rusia, Alemania, Suiza, Austria, Suecia y Finlandia, las potencias de los deportes de invierno.
Participar en unos Juegos Olímpicos de Invierno es una aventura en la que Colombia hace muchos años se quería embarcar.
De hecho, a finales de los 90, Carlos Orlando Ferreira, entonces presidente de la Federación de Patinaje, propuso preparar algunos deportistas de esa disciplina para las pruebas de velocidad sobre hielo, pero los altos costos no permitieron hacer realidad ese proyecto.
Incluso la patinadora antioqueña Jennifer Caicedo se nacionalizó argentina con el objetivo de representar a ese país en Vancouver 2010, pero finalmente no logró clasificarse.
Pero quien sí pudo ondear la bandera tricolor en Canadá fue Cynthia Denzler, una esquiadora de padres suizos, nacida en Estados Unidos, pero nacionalizada colombiana, quien apareció hace dos años y medio con la propuesta de actuar por nuestros país en los Olímpicos de Invierno.
“Ese proceso comenzó a finales de 2007, cuando el papá de Cynthia contactó al entonces presidente del Comité Olímpico Colombiano (COC), Andrés Botero, para que le permitiera representar al país. Desde ese momento hemos estado pendientes de que participe en competencias internacionales y del escalafón mundial. Ella ha tenido valoraciones biomédicas frecuentes en Bogotá y con esos resultados se ha coordinado el trabajo con su cuerpo de entrenadores, radicados en Suiza”, explica Diego Toro, metodólogo del COC.
Hace un año, Cynthia logró la clasificación para las pruebas de slalom y slalom gigante. “Fue maravilloso desfilar con la bandera colombiana en la inauguración. Para mí estar en unos Olímpicos es un sueño cumplido, pero además una manera de abrirles las puertas a otros deportistas que tengan las mismas aspiraciones”, señaló Cynthia desde Canadá, en donde mañana, a partir de las 6:00 p.m., competirá en el slalom gigante.
Conquistar una medalla es imposible, pero tratar de meterse entre las 20 mejores está a su alcance. “Me he preparado muy bien en Estados Unidos y Suiza, conozco a varias de las mejores del mundo y siento que no estoy tan lejos de su nivel”, explica con dificultad Cynthia, quien apenas balbucea el español, tiene 26 años de edad y estudia negocios internacionales.
El padre y entrenador de Cynthia, Hanspeter Denzler, llegó a Colombia en 1995 y fundó una empresa de confecciones. Años después pidió la nacionalidad, al igual que toda su familia. “El esquí ha sido siempre mi pasión y ante la dificultad para representar a Suiza, porque hay muchos y muy buenos esquiadores, vimos en Colombia una excelente alternativa”, admite antes de explicar que en los Juegos de Vancouver asistieron apenas 82 países, de los 202 afiliados al Comité Olímpico Internacional.
Ganen o pierdan, Cynthia y Hanspeter ya cumplieron su sueño e hicieron que por primera vez desde Chamonix, Francia, en 1924, la bandera colombiana ondeara al lado de las de Noruega, Estados Unidos, Rusia, Alemania, Suiza, Austria, Suecia y Finlandia, las potencias de los deportes de invierno.