¡Cuando las bases por bolas eran indiscutibles!
Ahora, que se está controvirtiendo algunas decisiones sobre nuevas reglas para ser aplicadas al béisbol, valdría la pena recordar algunas que hoy día serían, sencillamente, escandalosas.
Antonio Andraus Burgos- Especial para El Espectador
¿Se acuerdan ustedes que alguna vez, en la extensa historia del juego del béisbol, las bases por bolas se les acreditaba a los bateadores como indiscutibles?
Eso no fue hace mucho tiempo. Apenas unos 135 años atrás. Pero seguramente muy pocos aficionados del mundo lo sabían, y mucho menos se recuerda con frecuencia que esa norma existió.
El historiador y periodista Chris Landers, quien trabaja para la Major League Baseball (MLB), explicó en una nota publicada hace más de un lustro, que ‘las bases por bolas fueron anotadas como imparables en el año de 1887’.
Eso permitió, y así lo señalan las estadísticas, que casi una docena de bateadores encumbraran sus registros por encima de los 400 de promedio, porque ciertamente ’'un total de 11 jugadores batearon 400 o más en esa temporada, nueve de los cuales no hubieran alcanzado dicha cifra sin la aplicación de la regla de las bases por bolas como imparables’', explica en su nota Landers.
Puntos de referencia
¿Se imaginan ustedes la marca como promedio ofensivo del controvertido pelotero de la era moderna, Barry Bonds, si le hubiesen sumado las 2.558 bases por bolas que recibió en su carrera? Contabilizaría de por vida, 5.493 indiscutibles, sumándole los 2.935 inatrapables que ciertamente conectó en sus actuaciones dentro de los diamantes; y muy cerca aparece el también discutido Pete Rose, quien con sus 1.566 transferencias obsequiadas, tendría en su caja registradora 5.822 indiscutibles, pues compiló 4.256 imparables en el terreno de juego, con las reglas vigentes hoy día.
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Como puntos de referencia, vaya y venga, pero como estadísticas oficiales del béisbol, la norma fue cambiada y por lo tanto las bases por bolas no se le acreditan a los bateadores como imparables en sus turnos al bate desde hace muchos años, por decirlo de otra manera, hace más de un siglo.
El caso Anson
Pero Landers va más allá de la simple cita de la norma que estableció en 1887 que las bases por bolas se le acreditaban a los bateadores como inatrapables, regla que un año más tarde dejó de existir.
’'Las estadísticas de esa campaña — la de 1887 — fueron recalculadas en 1968 por un Comité Especial de Récords de Béisbol, con consecuencias drásticas’', advierte en su nota Landers.
Y agrega Landers que ’' A Cap Anson, quien encabezó la liga ese año con promedio de 421, se le restaron 60 incogibles. Eso no sólo le quitó el título de bateo, sino también el honor de ser el primer miembro del club de los 3,000 imparables’'.
Sin embargo, Landers advierte que la decisión de recalcular las estadísticas de esa temporada con la disminución las bases por bolas como imparables para los peloteros, no fueron finalmente acogidas en consideración a que las estadísticas de la campaña de 1887, se acogían en todo a las normas vigentes.
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’'En el año 2001, Major League Baseball dejó sin efecto esa decisión — la de disminuir las bases por bolas como inatajables de los bateadores que hicieron parte de la discusión — y Cap Anson mantuvo su registro oficial con más de 3.000 imparables’', señaló en su momento Landers.
De acuerdo con las estadísticas de la época, Cap Anson, quien además fue un estratega ganador con los Medias Blancas de Chicago y un acérrimo opositor a la presencia de jugadores de color en las Grandes Ligas, compiló en total 3.435 imparables para siempre, haciendo parte de la lujosa nómina de peloteros con 3.000 o más indiscutibles de todos los tiempos.
Antiguas prohibiciones
No es cierto que las prohibiciones del uso de elementos extraños para los lanzadores, para conseguir mejor agarre en la pelota y por lo tanto, mejorar las condiciones de sus lanzamientos sea algo de la época moderna del béisbol o se hayan impuesto de la noche a la mañana. Eso no es así.
Por allá en 1920, ya existía la prohibición del uso de la saliva por parte de los serpentineros para ayudarse con los lanzamientos de la esférica, algo que aún está vigente,
El ya citado periodista Chris Landers, reseñó en su oportunidad que ’'la bola ensalivada fue prohibida en 1920, pero los lanzadores que venían usándola, podían seguirla tirando’', con ese elemento adicional, agregamos nosotros.
’'La práctica de ponerle sustancias a las pelotas, señalaba Landers, siempre fue vista con escepticismo, pero era algo bastante común. Y la saliva era sólo una de esas sustancias, que incluían lodo, grasa, jabón o cualquier otra cosa que los lanzadores pensaran que pudiera hacer saltar la bola’', o como diríamos nosotros por estos días, lo hacían buscando un mejor agarre de la esférica para tener un mayor control en sus envíos y conseguir más piruetas y efectos raros en cada uno de ellos.
Entérese de la actualidad del Tour de Francia 2021
Todo esto para decir, que lo que ha impuesto la MLB en los días recientes sobre el control al uso de elementos extraños por parte de los lanzadores, para usar con las pelotas, no es nada nuevo.
Expulsión y apelación
Por cierto, el lanzador zurdo Héctor Santiago, de origen latino pero nacido en Estados Unidos, un veterano de 10 años en la Gran Carpa y quien juega para los Marineros de Seattle, ha sido el primer serpentinero de las Grandes Ligas en ser expulsado de un juego de este 2021, por utilizar aparentemente elementos extraños con las esféricas al momento de lanzar.
Eso ocurrió en el partido del 26 de junio de este año en el estadio ’'U.S. Cellular Field’', de Chicago, cuando los Marineros como visitantes, jugaban ante los Medias Blancas. Y por cierto, como muy pocas veces sucede, el juego se inició el 26 pero concluyó el 27 de junio, al haber sido suspendido por inclemencias del tiempo, cuando el tablero estaba en blanco para ambas novenas y apenas se había jugado el cierre de la tercera entrada.
Phil Cuzzi, el árbitro principal del desafío, se encargó de confiscar la manilla de Santiago para un riguroso examen, en la quinta entrada del reiniciado encuentro, cuyo resultado está por conocerse en algunas horas. Pero la expulsión está vigente, mientras Santiago y los Marineros implementaron el debido proceso, con una apelación ante MLB de la sanción.
Scott Servais, el estratega de los Marineros, ha sido contundente en señalar que no hubo elemento extraño alguno en el guante de Santiago, y que lo que se encontró es parte de la resina que normalmente se usa en los diamantes del béisbol.
Los Marineros ganaron el juego 3-2 con dos cuadrangulares de Taylor Trammell y otro de Ty France. El resultado del partido se mantendrá, pero quién sabe qué ocurrirá con la sanción y la apelación del lanzador.
Cuando escribimos estas líneas no se conoce la decisión final del caso sobre Héctor Santiago y, desde luego, si su apelación surtió efecto o no.
Simple reseña
Esta simple cita, es para confirmar, que en el béisbol se han cambiado muchas reglas o normas, pero que cuando del juego se trata, se busca, por todos los medios técnicos y deportivos posible, mantenerlo con altura y con la mejor disciplina, honestidad y juego limpio que se pueda, con una transparencia que debe servir como ejemplo en el mundo deportivo.
’'Con el fin de facilitar más ofensiva, Major League Baseball prohibió esa práctica para siempre —indicaba Landers en su nota —. Pero varios lanzadores que ya tiraban bolas ensalivadas estaban en la mitad de sus carreras, así que hubo una cláusula que permitió a aquellos que la habían usado seguir haciéndolo’'.
A pesar de la estricta prohibición del uso de elementos extraños por parte de los lanzadores, desde 1920, es decir, hace más de un siglo, ellos siempre se las han ingeniado para intentar burlar la norma, y que para la época, tal como lo explica Landers, el béisbol de las Grandes Ligas permitió que los lanzadores que venían usando esas sustancias, lo siguieran haciendo, y el último al que le fue aplicada la excepción, fue ’'al derecho Burleigh Grimes, quien continuó tirándola durante 14 años más, hasta 1934, como el último lanzador con bola ensalivada legal’'.
Entonces para nosotros, la prohibición no es cosa de ayer, y mucho menos nueva. Es una norma que tiene más de un siglo de vigencia, pero que con el transcurrir de los años, se convirtió en una norma laxa, una cierta permisividad que no tiene cabida en el béisbol. Eso es lo que está ocurriendo en los actuales momentos y por lo tanto, la norma, por vieja que sea, existe y es válida para todos los efectos en las Grandes Ligas.
Difícil predecir qué puede ocurrir en 20 o 25 años en los reglamentos del juego, pero si se advierte que algunas cosas pueden cambiar, dado el modernismo que ahora existe para todo, y que cada vez exige que los partidos se desarrollen más rápidamente y que tanto los estrategas y los peloteros, busquen los mecanismos para que los desafíos sean lo más ligeros posibles, dado el tiempo de la televisión y de paso, para las transmisiones radiales y de la cibernética.
El modernismo, si el modernismo, ¿hasta dónde nos llevará en el mundo del béisbol? Nadie lo sabe, nadie lo puede pronosticar, nadie lo puede vaticinar …
¿Se acuerdan ustedes que alguna vez, en la extensa historia del juego del béisbol, las bases por bolas se les acreditaba a los bateadores como indiscutibles?
Eso no fue hace mucho tiempo. Apenas unos 135 años atrás. Pero seguramente muy pocos aficionados del mundo lo sabían, y mucho menos se recuerda con frecuencia que esa norma existió.
El historiador y periodista Chris Landers, quien trabaja para la Major League Baseball (MLB), explicó en una nota publicada hace más de un lustro, que ‘las bases por bolas fueron anotadas como imparables en el año de 1887’.
Eso permitió, y así lo señalan las estadísticas, que casi una docena de bateadores encumbraran sus registros por encima de los 400 de promedio, porque ciertamente ’'un total de 11 jugadores batearon 400 o más en esa temporada, nueve de los cuales no hubieran alcanzado dicha cifra sin la aplicación de la regla de las bases por bolas como imparables’', explica en su nota Landers.
Puntos de referencia
¿Se imaginan ustedes la marca como promedio ofensivo del controvertido pelotero de la era moderna, Barry Bonds, si le hubiesen sumado las 2.558 bases por bolas que recibió en su carrera? Contabilizaría de por vida, 5.493 indiscutibles, sumándole los 2.935 inatrapables que ciertamente conectó en sus actuaciones dentro de los diamantes; y muy cerca aparece el también discutido Pete Rose, quien con sus 1.566 transferencias obsequiadas, tendría en su caja registradora 5.822 indiscutibles, pues compiló 4.256 imparables en el terreno de juego, con las reglas vigentes hoy día.
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Como puntos de referencia, vaya y venga, pero como estadísticas oficiales del béisbol, la norma fue cambiada y por lo tanto las bases por bolas no se le acreditan a los bateadores como imparables en sus turnos al bate desde hace muchos años, por decirlo de otra manera, hace más de un siglo.
El caso Anson
Pero Landers va más allá de la simple cita de la norma que estableció en 1887 que las bases por bolas se le acreditaban a los bateadores como inatrapables, regla que un año más tarde dejó de existir.
’'Las estadísticas de esa campaña — la de 1887 — fueron recalculadas en 1968 por un Comité Especial de Récords de Béisbol, con consecuencias drásticas’', advierte en su nota Landers.
Y agrega Landers que ’' A Cap Anson, quien encabezó la liga ese año con promedio de 421, se le restaron 60 incogibles. Eso no sólo le quitó el título de bateo, sino también el honor de ser el primer miembro del club de los 3,000 imparables’'.
Sin embargo, Landers advierte que la decisión de recalcular las estadísticas de esa temporada con la disminución las bases por bolas como imparables para los peloteros, no fueron finalmente acogidas en consideración a que las estadísticas de la campaña de 1887, se acogían en todo a las normas vigentes.
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’'En el año 2001, Major League Baseball dejó sin efecto esa decisión — la de disminuir las bases por bolas como inatajables de los bateadores que hicieron parte de la discusión — y Cap Anson mantuvo su registro oficial con más de 3.000 imparables’', señaló en su momento Landers.
De acuerdo con las estadísticas de la época, Cap Anson, quien además fue un estratega ganador con los Medias Blancas de Chicago y un acérrimo opositor a la presencia de jugadores de color en las Grandes Ligas, compiló en total 3.435 imparables para siempre, haciendo parte de la lujosa nómina de peloteros con 3.000 o más indiscutibles de todos los tiempos.
Antiguas prohibiciones
No es cierto que las prohibiciones del uso de elementos extraños para los lanzadores, para conseguir mejor agarre en la pelota y por lo tanto, mejorar las condiciones de sus lanzamientos sea algo de la época moderna del béisbol o se hayan impuesto de la noche a la mañana. Eso no es así.
Por allá en 1920, ya existía la prohibición del uso de la saliva por parte de los serpentineros para ayudarse con los lanzamientos de la esférica, algo que aún está vigente,
El ya citado periodista Chris Landers, reseñó en su oportunidad que ’'la bola ensalivada fue prohibida en 1920, pero los lanzadores que venían usándola, podían seguirla tirando’', con ese elemento adicional, agregamos nosotros.
’'La práctica de ponerle sustancias a las pelotas, señalaba Landers, siempre fue vista con escepticismo, pero era algo bastante común. Y la saliva era sólo una de esas sustancias, que incluían lodo, grasa, jabón o cualquier otra cosa que los lanzadores pensaran que pudiera hacer saltar la bola’', o como diríamos nosotros por estos días, lo hacían buscando un mejor agarre de la esférica para tener un mayor control en sus envíos y conseguir más piruetas y efectos raros en cada uno de ellos.
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Phil Cuzzi, el árbitro principal del desafío, se encargó de confiscar la manilla de Santiago para un riguroso examen, en la quinta entrada del reiniciado encuentro, cuyo resultado está por conocerse en algunas horas. Pero la expulsión está vigente, mientras Santiago y los Marineros implementaron el debido proceso, con una apelación ante MLB de la sanción.
Scott Servais, el estratega de los Marineros, ha sido contundente en señalar que no hubo elemento extraño alguno en el guante de Santiago, y que lo que se encontró es parte de la resina que normalmente se usa en los diamantes del béisbol.
Los Marineros ganaron el juego 3-2 con dos cuadrangulares de Taylor Trammell y otro de Ty France. El resultado del partido se mantendrá, pero quién sabe qué ocurrirá con la sanción y la apelación del lanzador.
Cuando escribimos estas líneas no se conoce la decisión final del caso sobre Héctor Santiago y, desde luego, si su apelación surtió efecto o no.
Simple reseña
Esta simple cita, es para confirmar, que en el béisbol se han cambiado muchas reglas o normas, pero que cuando del juego se trata, se busca, por todos los medios técnicos y deportivos posible, mantenerlo con altura y con la mejor disciplina, honestidad y juego limpio que se pueda, con una transparencia que debe servir como ejemplo en el mundo deportivo.
’'Con el fin de facilitar más ofensiva, Major League Baseball prohibió esa práctica para siempre —indicaba Landers en su nota —. Pero varios lanzadores que ya tiraban bolas ensalivadas estaban en la mitad de sus carreras, así que hubo una cláusula que permitió a aquellos que la habían usado seguir haciéndolo’'.
A pesar de la estricta prohibición del uso de elementos extraños por parte de los lanzadores, desde 1920, es decir, hace más de un siglo, ellos siempre se las han ingeniado para intentar burlar la norma, y que para la época, tal como lo explica Landers, el béisbol de las Grandes Ligas permitió que los lanzadores que venían usando esas sustancias, lo siguieran haciendo, y el último al que le fue aplicada la excepción, fue ’'al derecho Burleigh Grimes, quien continuó tirándola durante 14 años más, hasta 1934, como el último lanzador con bola ensalivada legal’'.
Entonces para nosotros, la prohibición no es cosa de ayer, y mucho menos nueva. Es una norma que tiene más de un siglo de vigencia, pero que con el transcurrir de los años, se convirtió en una norma laxa, una cierta permisividad que no tiene cabida en el béisbol. Eso es lo que está ocurriendo en los actuales momentos y por lo tanto, la norma, por vieja que sea, existe y es válida para todos los efectos en las Grandes Ligas.
Difícil predecir qué puede ocurrir en 20 o 25 años en los reglamentos del juego, pero si se advierte que algunas cosas pueden cambiar, dado el modernismo que ahora existe para todo, y que cada vez exige que los partidos se desarrollen más rápidamente y que tanto los estrategas y los peloteros, busquen los mecanismos para que los desafíos sean lo más ligeros posibles, dado el tiempo de la televisión y de paso, para las transmisiones radiales y de la cibernética.
El modernismo, si el modernismo, ¿hasta dónde nos llevará en el mundo del béisbol? Nadie lo sabe, nadie lo puede pronosticar, nadie lo puede vaticinar …