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Con 16 años, David Alonso parecería estar muy joven todavía, pero en su equipaje carga con un exitoso recorrido en las pistas del Viejo Continente. En 2020, a los 14 años, ganó la European Talent Cup y al año siguiente resultó vencedor de la Red Bull MotoGP Rookies Cup, siendo el piloto de menor edad en conseguirlo.
“La constancia, las ganas por querer hacer lo mejor y luego desenvolverme bien han sido las claves para conseguirlo”, afirma el prometedor piloto.
David nació en Madrid, España, pero como su madre es de Bucaramanga decidió representar la bandera de nuestro país en su honor. Su gusto por las motos arrancó a los cinco años cuando sus padres le compraron una moto pequeña para que se divirtiera y al hacerlo despertaron en él una pasión sin frenos. Después de montarse en las dos ruedas nunca quiso bajarse, tanto así que a los nueve ya sabía que eso era lo que quería hacer de su vida.
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En 2017 la escudería española Aspar puso sus ojos en Alonso al ver su desempeño en los campeonatos nacionales de ese país. Lo invitaron a probarse y él respondió con una buena presentación. Desde 2018 el equipo le ha ayudado a crecer en un deporte bastante caro y le dio un empujón para potenciar el talento que le ha permitido viajar por las mejores pistas del mundo siendo apenas un adolescente.
“Mis rivales me consideran un piloto bastante completo, competitivo y agresivo, pero limpio”, comenta David, quien este año debutó en el Campeonato Mundial de Moto3, la tercera categoría más importante del motociclismo mundial, como piloto permanente.
En la temporada 2021 hizo su debut en el Mundial en la pista de Emilia-Romaña (Italia), al sustituir en una ronda a un compañero que estaba lesionado. Sin embargo, para Alonso, la verdadera primera experiencia arrancó este año con su plaza permanente para Gas Gas Aspar Team. La carrera de hace dos años, más otra en la temporada 2022 como invitado, no sirven para sacar conclusiones de su nivel, por lo que este 2023 es el escenario ideal para mostrarse al mundo.
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“Nuestro sueño era llegar al Mundial, y ahora a disfrutar. Tenemos bastantes carreras por delante y vamos poco a poco”, palpita el colombiano sobre lo que se avecina en la presente edición del Moto3, en el que es el único piloto de un país latinoamericano.
Su plan para la temporada, que arrancó hace poco —se han disputado apenas dos rondas de 21— es consolidarse en la categoría. Luego de sumar sus primeros puntos en el GP de Argentina la semana pasada, el prometedor piloto se prepara para la pista que más le hace ilusión recorrer: el Circuito de las Américas, en Austin, Estados Unidos.
Su norte, a mediano plazo, es el MotoGP, en el que su ídolo Marc Márquez ha sido campeón en ocho ocasiones. De competir ahí, se convertiría en el primer colombiano en conseguirlo desde Yonny Hernández, quien estuvo en la máxima división entre 2012 y 2016.
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Por lo pronto va paso a paso, sin detenerse. En su moto lleva grabado el número 80. Tanto el ocho como el cero le recuerdan un trazo que no se detiene, que vuelve a empezar, como si de un circuito se tratase.
Debido a su apellido y país de nacimiento es difícil no relacionar a David con la velocidad. Más allá de que no hay parentesco con Fernando Alonso, el de la Fórmula 1, ambos comparten la ambición de ganar, la competitividad y las ganas de superarse a sí mismos.
Incluso fuera de las pistas, David continúa su vida a gran rapidez. Es un apasionado por el deporte y, además de leer sobre personas exitosas, disfruta esquiar. “Todo lo que es velocidad va conmigo”, concluyó.
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