De Guatapé al Mundial de aguas abiertas en Dubái
Previo a la cita orbital en la ciudad de Emiratos Árabes Unidos, los nadadores tendrán una competición en San Andrés a modo de preparación.
Juan Carlos Salgado
Andrés Felipe Niño Díaz, como su padre Carlos, es un bendecido por las aguas. Tanto, que hoy se da el lujo de contar con orgullo que gran parte de sus alumnos del Club Bogotano de Natación obtuvieron un cupo para el Mundial de Aguas Abiertas, que se disputará en el mes de diciembre en Dubái, a miles de kilómetros del embalse de Guatapé, en donde sus alumnos aventajados abrieron las puertas de la cita orbital.
Si bien se habían enfocado en carreras y las piscinas eran sus escenarios habituales, “hace un año y medio decidimos incursionar en las competencias de aguas abiertas a nivel Federativo. Pero en 2024 quisimos probar en el Ocean Man, que tuvo como sede las aguas de Guatapé, en el departamento de Antioquia, y nos fuimos con un quipo seleccionado, integrado por ocho niños y dos mayores”.
Con entusiasmo y conscientes de que están dando sus primeras brazadas en esta especialidad, se inscribieron en la categoría más corta, la Sprint, en la que se deben sortear 2.5 kilómetros. “Llegamos con nadadores entre los 12 y los 21 años y un adulto de 35 y otro de 39. Entrenamos todos los días y en Guatapé obtuvimos excelentes resultados, como el primer y segundo lugar en la general de mujeres, pero lo más importante, abriendo las puertas para la cita mundialista”,dijo Andrés Felipe -fue quinto en su categoría-, quien acudirá al Mundial como líder del equipo y como participante.
Lograrlo no fue fácil. Desde que decidieron dar ese paso “comenzamos a prepararnos en el embalse de Tominé. Fue un proceso de un año y medio viendo las cualidades de los niños y reforzando el trabajo en la piscina del Club de la Policía, pero además poniendo a disposición todo el conocimiento que le heredó su padre, Carlos Niño, quien es el director y fundador de la Escuela de Natación Burbujas”, afirma Andrés Felipe, quien tiene el título intermedio en la World Acuatics, y muchas horas dentro del agua.
Ya son más de 900 nadadores que han pasado por su club, algo que lo llena de satisfacción, pues considera que el éxito se debe, en gran parte a la confianza que me tienen los papás y los niños. “El mayor apoyo que puede tener un deportista es la familia y gracia a Dios en nuestro club contamos con eso, como siempre lo ha hecho mi padre conmigo, y en esta oportunidad una persona especial que me impulsó a las aguas abiertas, mi novia Natalia”.
A Andrés Felipe se le iluminan los ojos al hablar de su proyecto y cuando lo hace mira de reojo a su padre, que ha sido fuente de inspiración, pues Carlos Niño ha sido une ejemplo de resiliencia y tenacidad. “Definitivamente para las aguas abiertas se necesita mucha fortaleza mental y ser muy fuerte de carácter, pues el nadador se enfrenta a circunstancias muy diferentes a la de una piscina y de ahí que la cabeza juegue un papel fundamental. Pero lo más importante: tener amor al agua y un respeto por esta disciplina” dice el director del club, quien se ha preparado en la Universidad Santo Tomás y en la Asociación de Entrenadores de Natación en Estados Unidos (ASCA ).
Y más cuando escucha a cada uno de sus alumnos hablar de sus logros en Guatapé y lo que significa para ellos haber abierto las puertas de un Mundial, para el que están haciendo diferentes actividades para conseguir los recursos y dejar muy en alto el nombre de la natación colombiana.
Álvaro Blanco Socha (15 años)
“Quedé impresionado por mis resultados, pues no me esperaba clasificar a un mundial. En la categoría quedé de octavo y en general de 35. La verdad estoy muy orgulloso de mi proceso y sé que es un reto muy grande. Voy a entrenar más y dar mi mejor esfuerzo. Estoy agradecidos con Dios y con mis papás por todo el apoyo. Clasificar a un mundial no es cualquier cosa, es un logro grande para cualquier deportista y por eso me siento orgulloso. Al principio fue muy difícil, pues no se ve nada dentro del agua, por lo que lo más importante es saberse ubicar y perder el miedo de lo que uno se pueda encontrar en el recorrido”.
María Juliana Chacón Moreno (19 años)
“Cuando me inscribí decidí nadar dos kilómetros, pues nunca lo había hecho en aguas abiertas. Quería vivir la experiencia y de entrada sentí muchos nervios, y mi primera sensación fue de miedo y de pensar que me podía perder. Pero ya en el agua no hay vuelta atrás. No es fácil, pues tras la orden de salida, uno siente como las otras competidoras le pegan y todos se van encima de todos, buscando su espacio. Yo empecé a nadar muy enfocada y cuando miré hacia atrás no había ninguna mujer cerca de mí. Eso me motivó y era tanta la emoción de clasificar al mundial, que yo no sentí cansancio. En un momento me desubiqué y más cuando me encontré con algunos hombres, que habían salido primero, y ellos hacía de todo para no dejarme pasar. Pero cuando vi la meta y pisé tierra y escuché que era la primera mujer en llegar me puse a llorar de la emoción y luego me abracé con mi entrenador, quien también no pudo contener las lágrimas. Ahora mi objetivo es estar entre las 10 mejores del mundo, pero lo más importante es que la natación me ha permitido conocerme a mí misma, a no rendirme y a prender a controlar mi mente”.
María José Manosalva Duarte (11 años)
“Esta ha sido una experiencia muy linda para mí. Yo nado desde los seis años y el haber podido compartir este logro con mis compañeros del club algo especial. Disfruté la competencia en todo momento y fue algo especial cuando todos me recibieron en la meta de una manera especial. Haber ocupado el segundo lugar me llenó de emoción y me dieron ganas de llorar de la felicidad y más cuando la gente coreaba mi nombre. Cuando Andrés, mi entrenador, y mi compañera Juliana me abrazaron, sentí una sensación difícil de explicar. La voy a dar toda en el mundial, pero mi gran sueño es poder representar a Colombia en unos Juegos Olímpicos y pensar en cosas grandes. En las aguas abiertas uno disfruta del paisaje y se siente libre”.
Mariana Reyes (13 años)
“Desde los 11 años pertenezco al Club y siempre me han parecido muy emocionantes las competencias de aguas abiertas y comencé a experimentar en ellas porque me parece que es una modalidad más relajante que una piscina, con muchas cosas para ver y disfrutar. Terminé en el séptimo lugar y ahora mi meta es seguir trabajando para el mundial. La perseverancia ha sido fundamental y siempre he destacado el trabajo en equipo que realizamos en el Club. Si uno pierde, el otro lo ayuda. Pienso que en una competencia de estas características la clave es no desesperarse y seguir adelante, con la mente puesta en la meta. Personalmente mi deseo es llegar a unos Juegos Olímpicos y quiero ser parte de la selección de Colombia en la modalidad de espalda y ahora sé que lo puedo conseguir”.
Juan Felipe Puentes Ramírez (13 años)
“Llevo desde los tres años a nadando y a los siete comencé a competir. Este es un deporte muy bonito y completo, en el que se necesita mucha disciplina para poder cumplir con los entrenamientos y con todo lo que diga el entrenador. Fue mi primera experiencia en aguas abiertas y la verdad cuando me metí al gua no sabía qué hacer. Empecé a nadar y ya en el agua me di cuenta de que lo más importante es la orientación. Al final terminé cuarto en la general entre 300 nadadores y estoy muy motivado por clasificar al mundial. Mi objetivo es lograr un top 10 y sé que tengo buenos tiempos para lograrlo y sé que de la mano de Andrés lo voy a lograr”.
Nicol Alejandra Guerrero Díaz (13 años)
“Llevo nadando tres años y desde el año pasado estoy en este Club y me he encontrado con una gran amabilidad y familiaridad. Somos un gran equipo, grandes amigos y todos nos llevamos de la mano y eso ha servido para lograr buenos resultados. La experiencia en aguas abiertas es algo maravilloso. Ya lo había hecho en la represa de Prado y entrenado en Guatavita y eso me sirvió. Clasifiqué en el quinto lugar y en el combinado con los hombres en el puesto 33. La verdad el evento de Guatapé fue una gran experiencia para todos, porque nos permitió competir con nadadores de muchos países. Quiero hacer un gran mundial, pero mi meta son los Juegos Olímpicos en la modalidad libre y para eso seguiré trabajando”.
Gabriela Reina Robayo (15 años)
“Yo estoy nadando desde los cinco años y mi primera experiencia en aguas abiertas, en Prado, fue negativa, pues no pude terminar un recorrido de 5.000 metros. Creo que me afectó un poco la densidad del agua, pero quise volver a intentarlo en Guatapé, donde el agua es muy clarita. Y logré el tercer lugar en mi categoría y el quinto en la general. Y la verdad estoy muy contenta, pues de no haber terminado pasé a clasificar a un mundial, lo que me ha llenado de una gran motivación. Después de eso mi vida cambio por completo y aprendió que con disciplina, constancia y una preparación física y mental se pueden lograr muchas cosas. Por eso quiero llegar a los Olímpicos y ser protagonista en la modalidad de pecho”.
Laura Natalia Robayo Sánchez (34 años)
“Soy la mamá de Gabriela y la verdad aprendí a nadar hace dos años. Primero empecé en el triatlón y eso me motivó a participar en Guatapé y todo lo hice por mi hija. Es muy chévere y motivante, porque siempre la acompañaba desde afuera y ahora sé lo que se siente dentro del agua. No clasifiqué al mundial, pero para mí fue una victoria. Este ha sido un gran proceso para los muchachos y a todas las familias nos ha enseñado mucho, pues no ha mostrado la importancia de la disciplina y la dedicación”.
Isabela Chacón Moreno (12 años)
“La natación es mi pasión y empecé desde los cuatro años. Cuando llegué a Guatapé sentí mucho miedo y empecé a llorar, porque llegué a pensar que me podía ir mal y no clasificar. Pero ya en el agua me sentí más relajada y al final terminé en la sexta posición. En el mundial espero bajar mis tiempos y estar en el podio y me estoy mentalizando para conseguirlo”.
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Andrés Felipe Niño Díaz, como su padre Carlos, es un bendecido por las aguas. Tanto, que hoy se da el lujo de contar con orgullo que gran parte de sus alumnos del Club Bogotano de Natación obtuvieron un cupo para el Mundial de Aguas Abiertas, que se disputará en el mes de diciembre en Dubái, a miles de kilómetros del embalse de Guatapé, en donde sus alumnos aventajados abrieron las puertas de la cita orbital.
Si bien se habían enfocado en carreras y las piscinas eran sus escenarios habituales, “hace un año y medio decidimos incursionar en las competencias de aguas abiertas a nivel Federativo. Pero en 2024 quisimos probar en el Ocean Man, que tuvo como sede las aguas de Guatapé, en el departamento de Antioquia, y nos fuimos con un quipo seleccionado, integrado por ocho niños y dos mayores”.
Con entusiasmo y conscientes de que están dando sus primeras brazadas en esta especialidad, se inscribieron en la categoría más corta, la Sprint, en la que se deben sortear 2.5 kilómetros. “Llegamos con nadadores entre los 12 y los 21 años y un adulto de 35 y otro de 39. Entrenamos todos los días y en Guatapé obtuvimos excelentes resultados, como el primer y segundo lugar en la general de mujeres, pero lo más importante, abriendo las puertas para la cita mundialista”,dijo Andrés Felipe -fue quinto en su categoría-, quien acudirá al Mundial como líder del equipo y como participante.
Lograrlo no fue fácil. Desde que decidieron dar ese paso “comenzamos a prepararnos en el embalse de Tominé. Fue un proceso de un año y medio viendo las cualidades de los niños y reforzando el trabajo en la piscina del Club de la Policía, pero además poniendo a disposición todo el conocimiento que le heredó su padre, Carlos Niño, quien es el director y fundador de la Escuela de Natación Burbujas”, afirma Andrés Felipe, quien tiene el título intermedio en la World Acuatics, y muchas horas dentro del agua.
Ya son más de 900 nadadores que han pasado por su club, algo que lo llena de satisfacción, pues considera que el éxito se debe, en gran parte a la confianza que me tienen los papás y los niños. “El mayor apoyo que puede tener un deportista es la familia y gracia a Dios en nuestro club contamos con eso, como siempre lo ha hecho mi padre conmigo, y en esta oportunidad una persona especial que me impulsó a las aguas abiertas, mi novia Natalia”.
A Andrés Felipe se le iluminan los ojos al hablar de su proyecto y cuando lo hace mira de reojo a su padre, que ha sido fuente de inspiración, pues Carlos Niño ha sido une ejemplo de resiliencia y tenacidad. “Definitivamente para las aguas abiertas se necesita mucha fortaleza mental y ser muy fuerte de carácter, pues el nadador se enfrenta a circunstancias muy diferentes a la de una piscina y de ahí que la cabeza juegue un papel fundamental. Pero lo más importante: tener amor al agua y un respeto por esta disciplina” dice el director del club, quien se ha preparado en la Universidad Santo Tomás y en la Asociación de Entrenadores de Natación en Estados Unidos (ASCA ).
Y más cuando escucha a cada uno de sus alumnos hablar de sus logros en Guatapé y lo que significa para ellos haber abierto las puertas de un Mundial, para el que están haciendo diferentes actividades para conseguir los recursos y dejar muy en alto el nombre de la natación colombiana.
Álvaro Blanco Socha (15 años)
“Quedé impresionado por mis resultados, pues no me esperaba clasificar a un mundial. En la categoría quedé de octavo y en general de 35. La verdad estoy muy orgulloso de mi proceso y sé que es un reto muy grande. Voy a entrenar más y dar mi mejor esfuerzo. Estoy agradecidos con Dios y con mis papás por todo el apoyo. Clasificar a un mundial no es cualquier cosa, es un logro grande para cualquier deportista y por eso me siento orgulloso. Al principio fue muy difícil, pues no se ve nada dentro del agua, por lo que lo más importante es saberse ubicar y perder el miedo de lo que uno se pueda encontrar en el recorrido”.
María Juliana Chacón Moreno (19 años)
“Cuando me inscribí decidí nadar dos kilómetros, pues nunca lo había hecho en aguas abiertas. Quería vivir la experiencia y de entrada sentí muchos nervios, y mi primera sensación fue de miedo y de pensar que me podía perder. Pero ya en el agua no hay vuelta atrás. No es fácil, pues tras la orden de salida, uno siente como las otras competidoras le pegan y todos se van encima de todos, buscando su espacio. Yo empecé a nadar muy enfocada y cuando miré hacia atrás no había ninguna mujer cerca de mí. Eso me motivó y era tanta la emoción de clasificar al mundial, que yo no sentí cansancio. En un momento me desubiqué y más cuando me encontré con algunos hombres, que habían salido primero, y ellos hacía de todo para no dejarme pasar. Pero cuando vi la meta y pisé tierra y escuché que era la primera mujer en llegar me puse a llorar de la emoción y luego me abracé con mi entrenador, quien también no pudo contener las lágrimas. Ahora mi objetivo es estar entre las 10 mejores del mundo, pero lo más importante es que la natación me ha permitido conocerme a mí misma, a no rendirme y a prender a controlar mi mente”.
María José Manosalva Duarte (11 años)
“Esta ha sido una experiencia muy linda para mí. Yo nado desde los seis años y el haber podido compartir este logro con mis compañeros del club algo especial. Disfruté la competencia en todo momento y fue algo especial cuando todos me recibieron en la meta de una manera especial. Haber ocupado el segundo lugar me llenó de emoción y me dieron ganas de llorar de la felicidad y más cuando la gente coreaba mi nombre. Cuando Andrés, mi entrenador, y mi compañera Juliana me abrazaron, sentí una sensación difícil de explicar. La voy a dar toda en el mundial, pero mi gran sueño es poder representar a Colombia en unos Juegos Olímpicos y pensar en cosas grandes. En las aguas abiertas uno disfruta del paisaje y se siente libre”.
Mariana Reyes (13 años)
“Desde los 11 años pertenezco al Club y siempre me han parecido muy emocionantes las competencias de aguas abiertas y comencé a experimentar en ellas porque me parece que es una modalidad más relajante que una piscina, con muchas cosas para ver y disfrutar. Terminé en el séptimo lugar y ahora mi meta es seguir trabajando para el mundial. La perseverancia ha sido fundamental y siempre he destacado el trabajo en equipo que realizamos en el Club. Si uno pierde, el otro lo ayuda. Pienso que en una competencia de estas características la clave es no desesperarse y seguir adelante, con la mente puesta en la meta. Personalmente mi deseo es llegar a unos Juegos Olímpicos y quiero ser parte de la selección de Colombia en la modalidad de espalda y ahora sé que lo puedo conseguir”.
Juan Felipe Puentes Ramírez (13 años)
“Llevo desde los tres años a nadando y a los siete comencé a competir. Este es un deporte muy bonito y completo, en el que se necesita mucha disciplina para poder cumplir con los entrenamientos y con todo lo que diga el entrenador. Fue mi primera experiencia en aguas abiertas y la verdad cuando me metí al gua no sabía qué hacer. Empecé a nadar y ya en el agua me di cuenta de que lo más importante es la orientación. Al final terminé cuarto en la general entre 300 nadadores y estoy muy motivado por clasificar al mundial. Mi objetivo es lograr un top 10 y sé que tengo buenos tiempos para lograrlo y sé que de la mano de Andrés lo voy a lograr”.
Nicol Alejandra Guerrero Díaz (13 años)
“Llevo nadando tres años y desde el año pasado estoy en este Club y me he encontrado con una gran amabilidad y familiaridad. Somos un gran equipo, grandes amigos y todos nos llevamos de la mano y eso ha servido para lograr buenos resultados. La experiencia en aguas abiertas es algo maravilloso. Ya lo había hecho en la represa de Prado y entrenado en Guatavita y eso me sirvió. Clasifiqué en el quinto lugar y en el combinado con los hombres en el puesto 33. La verdad el evento de Guatapé fue una gran experiencia para todos, porque nos permitió competir con nadadores de muchos países. Quiero hacer un gran mundial, pero mi meta son los Juegos Olímpicos en la modalidad libre y para eso seguiré trabajando”.
Gabriela Reina Robayo (15 años)
“Yo estoy nadando desde los cinco años y mi primera experiencia en aguas abiertas, en Prado, fue negativa, pues no pude terminar un recorrido de 5.000 metros. Creo que me afectó un poco la densidad del agua, pero quise volver a intentarlo en Guatapé, donde el agua es muy clarita. Y logré el tercer lugar en mi categoría y el quinto en la general. Y la verdad estoy muy contenta, pues de no haber terminado pasé a clasificar a un mundial, lo que me ha llenado de una gran motivación. Después de eso mi vida cambio por completo y aprendió que con disciplina, constancia y una preparación física y mental se pueden lograr muchas cosas. Por eso quiero llegar a los Olímpicos y ser protagonista en la modalidad de pecho”.
Laura Natalia Robayo Sánchez (34 años)
“Soy la mamá de Gabriela y la verdad aprendí a nadar hace dos años. Primero empecé en el triatlón y eso me motivó a participar en Guatapé y todo lo hice por mi hija. Es muy chévere y motivante, porque siempre la acompañaba desde afuera y ahora sé lo que se siente dentro del agua. No clasifiqué al mundial, pero para mí fue una victoria. Este ha sido un gran proceso para los muchachos y a todas las familias nos ha enseñado mucho, pues no ha mostrado la importancia de la disciplina y la dedicación”.
Isabela Chacón Moreno (12 años)
“La natación es mi pasión y empecé desde los cuatro años. Cuando llegué a Guatapé sentí mucho miedo y empecé a llorar, porque llegué a pensar que me podía ir mal y no clasificar. Pero ya en el agua me sentí más relajada y al final terminé en la sexta posición. En el mundial espero bajar mis tiempos y estar en el podio y me estoy mentalizando para conseguirlo”.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador