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                                                                                                                                Nuevo campeón mundial de ajedrez, el más joven de la historia

                                                                                                                                Dommaraju Gukesh venció a Ding Liren en la última partida a ritmo clásico por el Campeonato Mundial de Ajedrez y le devolvió la corona a la India.

                                                                                                                                Juan Diego Forero Vélez

                                                                                                                                Dommaraju Gukesh celebra tras consagrarse campeón mundial de ajedrez.
                                                                                                                                Foto: EFE - HOW HWEE YOUNG
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Mientras que su asesino, Dommaraju Gukesh, el sonriente campeón, estaba desbordado por una alegría mal disimulada. Ni siquiera podía creerlo. Tenía los ojos rojos, repletos de lágrimas, a punto de salir disparadas, y las manos temblorosas y erráticas.

                                                                                                                                La conferencia de prensa debió ser ilegal, debió posponerse. Los jugadores no estaban preparados, ninguno de los dos. Ding salió corriendo a la mínima oportunidad, luego de darle la mano a su sucesor, casi sin mirarlo; y Gukesh, aunque trató de ser políticamente correcto, demostró que lo que realmente quería hacer era saltar en un pie y alzar los brazos al cielo en señal de triunfo.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                El plano general de la conferencia de prensa era doloroso. Obligaba a ver la silla vacía del chino, del excampeón, en la que permaneció por unos muy fugaces y moribundos minutos, con sus ropas roídas y el rostro desordenado por la derrota; pero el show debía continuar. “Cuando Magnus Carlsen ganó el campeonato, me dije, en casa, quiero ser yo quien traiga el título de nuevo a la India”, confesó el campeón, orgulloso; el segundo indio en proclamarse campeón del mundo a parte de Viswanathan Anand, que perdió el título contra el noruego en 2013.

                                                                                                                                La derrota, tan pura y simple, golpeó a Ding Liren con mucha rapidez. El chino esperó a que Dommaraju se acercara cuando entendió que todo estaba perdido, cuando el rey negro se acercó a sus peones para protegerlos, pero su entendimiento no alivianó su dolor ni un ápice. Fue torturado durante los interminables segundos que permaneció atado a su silla.

                                                                                                                                Y cuando por fin le dio la mano a su joven contrincante, se levantó del puesto y lo dejó solo, para que celebrara a su gusto. El indio, incrédulo, se deshizo en lágrimas de felicidad. Marcó la jugada con displicencia y nerviosismo en el papel; vulnerable por primera vez desde que el match empezó, y organizó las fichas, tal como siempre lo hace, gane o pierda, mientras veía el tablero a medias, a través de una capa gruesa de lágrimas saladas.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Te2 fue la jugada definitiva. Un error grosero, quizá el peor en un Campeonato del Mundo, pero humano, porque los grandes maestros también lo son. Ding Liren jugó desde el principio de la última partida a conseguir las tablas, algo que otros grandes maestros le criticaron durante toda el campeonato, pero algo que el chino no escondió nunca, ni de lo que se sintió avergonzado.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El chino Ding Liren.
                                                                                                                                Foto: EFE - HOW HWEE YOUNG

                                                                                                                                “¿A quién quisieras enfrentarte para sostener el campeonato del mundo?”, preguntó un periodista, interrumpiendo la felicidad del campeón más joven de la historia, con 18 años. El campeón mundial de ajedrez número décimo octavo. “faltan dos años para eso, ahora solo quiero disfrutar el momento”, respondió, no sin desaprovechar la oportunidad para agradecer de nuevo a quienes lo han apoyado.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                La conferencia de prensa debió ser ilegal, no debió darse, porque después de la quinta pregunta el campeón ya no podía esconder su ansiedad. No quería estar allí ni responder a las preguntas. No tenía palabras, ni encontraba una forma ingeniosa de satisfacer el deseo de los periodistas, que esperaban respuestas extravagantes.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador

                                                                                                                                Dommaraju Gukesh celebra tras consagrarse campeón mundial de ajedrez.
                                                                                                                                Foto: EFE - HOW HWEE YOUNG
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Mientras que su asesino, Dommaraju Gukesh, el sonriente campeón, estaba desbordado por una alegría mal disimulada. Ni siquiera podía creerlo. Tenía los ojos rojos, repletos de lágrimas, a punto de salir disparadas, y las manos temblorosas y erráticas.

                                                                                                                                La conferencia de prensa debió ser ilegal, debió posponerse. Los jugadores no estaban preparados, ninguno de los dos. Ding salió corriendo a la mínima oportunidad, luego de darle la mano a su sucesor, casi sin mirarlo; y Gukesh, aunque trató de ser políticamente correcto, demostró que lo que realmente quería hacer era saltar en un pie y alzar los brazos al cielo en señal de triunfo.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                El plano general de la conferencia de prensa era doloroso. Obligaba a ver la silla vacía del chino, del excampeón, en la que permaneció por unos muy fugaces y moribundos minutos, con sus ropas roídas y el rostro desordenado por la derrota; pero el show debía continuar. “Cuando Magnus Carlsen ganó el campeonato, me dije, en casa, quiero ser yo quien traiga el título de nuevo a la India”, confesó el campeón, orgulloso; el segundo indio en proclamarse campeón del mundo a parte de Viswanathan Anand, que perdió el título contra el noruego en 2013.

                                                                                                                                La derrota, tan pura y simple, golpeó a Ding Liren con mucha rapidez. El chino esperó a que Dommaraju se acercara cuando entendió que todo estaba perdido, cuando el rey negro se acercó a sus peones para protegerlos, pero su entendimiento no alivianó su dolor ni un ápice. Fue torturado durante los interminables segundos que permaneció atado a su silla.

                                                                                                                                Y cuando por fin le dio la mano a su joven contrincante, se levantó del puesto y lo dejó solo, para que celebrara a su gusto. El indio, incrédulo, se deshizo en lágrimas de felicidad. Marcó la jugada con displicencia y nerviosismo en el papel; vulnerable por primera vez desde que el match empezó, y organizó las fichas, tal como siempre lo hace, gane o pierda, mientras veía el tablero a medias, a través de una capa gruesa de lágrimas saladas.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Te2 fue la jugada definitiva. Un error grosero, quizá el peor en un Campeonato del Mundo, pero humano, porque los grandes maestros también lo son. Ding Liren jugó desde el principio de la última partida a conseguir las tablas, algo que otros grandes maestros le criticaron durante toda el campeonato, pero algo que el chino no escondió nunca, ni de lo que se sintió avergonzado.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El chino Ding Liren.
                                                                                                                                Foto: EFE - HOW HWEE YOUNG

                                                                                                                                “¿A quién quisieras enfrentarte para sostener el campeonato del mundo?”, preguntó un periodista, interrumpiendo la felicidad del campeón más joven de la historia, con 18 años. El campeón mundial de ajedrez número décimo octavo. “faltan dos años para eso, ahora solo quiero disfrutar el momento”, respondió, no sin desaprovechar la oportunidad para agradecer de nuevo a quienes lo han apoyado.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                La conferencia de prensa debió ser ilegal, no debió darse, porque después de la quinta pregunta el campeón ya no podía esconder su ansiedad. No quería estar allí ni responder a las preguntas. No tenía palabras, ni encontraba una forma ingeniosa de satisfacer el deseo de los periodistas, que esperaban respuestas extravagantes.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Aunque siempre se mostró amable y cordial, en el fondo se notaba que necesitaba un descanso, que necesitaba celebrar. “Tuve problemas para dormir durante el torneo, mi psicólogo me ayudó mucho, pero esta noche, esta noche no dormiré”, aseguró con una sonrisa nerviosa en el rostro, tras 1 hora de preguntas, sin pausas, el actual campeón del mundo de ajedrez.

                                                                                                                                🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador

                                                                                                                                Por Juan Diego Forero Vélez

                                                                                                                                Temas recomendados:

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