Sandra Lorena Arenas, tras la prueba de marcha en París 2024.
Foto: Comité Olímpico Colombiano
El calambre en las piernas se sentía, como un latigazo, desde el talón hasta la zona baja de la espalda. Los pies querían paralizar el paso, pero la cabeza ordenó seguir a toda costa. Los músculos, tensos, agobiaron el ritmo de Sandra Lorena Arenas en los últimos kilómetros de la prueba, luego de una hora y casi 30 minutos de competencia, cuando el final en Trocadero, a la sombra de la Torre Eiffel y a orillas del río Sena, ya se sentía tan cerca.