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El jonrón, ¡el éxtasis del béisbol!

¡Y si es con las bases llenas, mejor!. Con la disminución del peso de las pelotas y al volverlas un poco más amorfas, los cuadrangulares seguramente que disminuirán.

Antonio Andraus Burgos
18 de febrero de 2021 - 01:35 a. m.
Corey Seager, el paracortos de los Dodgers de Los Ángeles, mejor jugador de la Serie Mundial 2020.
Corey Seager, el paracortos de los Dodgers de Los Ángeles, mejor jugador de la Serie Mundial 2020.
Foto: Agencia AFP
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El jonrón ciertamente no lo inventó Babe Ruth. Lo que hizo el ’'Bambino’' fue elevarlo a la categoría de batazo especial, convirtiéndolo en el éxtasis del béisbol, cuando el Rey de los Deportes se encontraba con la ’'llama bajita’' entre los aficionados, concluida la I Guerra Mundial, y si el ’'bambinazo’' se produce con las bases llenas, es sencillamente espectacular.

De aquellos 714 cuadrangulares de Babe Ruth, acumulados en todas sus campañas entre los Medias Rojas de Boston y los Yanquis de Nueva York; a los 755 de Hank Aaron, con los Bravos de Atlanta y los Cerveceros de Milwaukee, corrió mucha agua por debajo del puente; o los 762 que suma el controvertido Barry Bonds, de los Gigantes de San Francisco y otras novenas, pues ni hablar.

Y qué decir de los 60 tablazos de circuito completo que implantó el ’'Bambino’' en la campaña de 1927 con los Yanquis, hasta los 61 cuadrangulares de Roger Maris en 1961, también con los Yanquis; o los 66 del dominicano Sammy Sosa, en 1998, con los Cachorros de Chicago, cuando en un mano a mano con Mark McGwire, con los Cardenales de San Luis, ese mismo año, este lo superó con 70 ’'bambinazos’'; o la marca de los 73 jonrones de Barry Bonds en el 2001, con los Gigantes, que es la vigente, pero cuyos tres últimos registros están cobijados por la sombra del asterisco gris, el cual permanecerá de por vida, por la presunción de que los tres peloteros usaron sustancias extra-deportivas para mejorar su rendimiento sobre los diamantes.

El poder del jonrón

Pero volvamos al jonrón, el majestuoso batazo que es el gran hito del Rey de los Deportes, bien que sea conectado de manera solitaria, bien con compañeros en la ruta o más sublime con las bases llenas.

Cuando los Marineros de Seattle se volaron la cerca en 264 oportunidades en la campaña de 1997, muchos expertos, técnicos y estrategas, se aventuraron a decir que en el panorama del béisbol de las Grandes Ligas no se veía con posibilidades de que alguna novena, en los años venideros, pudiera superar ese registro.

Once años más tarde, los Yanquis de Nueva York se dieron el lujo de romper la marca y establecer un nuevo registro, al compilar 267 cuadrangulares en la temporada 2018, presentándose por esos días, la discusión de lo bien difícil que sería para cualquier otro club, llegar a los 300 tablazos de circuito completo en un año.

Más se demoró un merengue en la puerta de un colegio que aparecer en el mundo de las Grandes Ligas una nueva marca para un club en cuadrangulares en la Gran Carpa.

Cuando los Mellizos de Minnesota acumularon 100 jonrones en los primeros 50 partidos de la campaña de 2019, las sumas y las restas de los entendidos vaticinaron que más temprano que tarde, el registro de los 267 estacazos de vuelta completa de los Yanquis, estaba en vía de extinción.

Efectivamente así ocurrió. Los Mellizos establecieron una nueva marca con 307 ’'bambinazos’', pero los Yanquis no se quedaron atrás, porque en ese mismo 2019, sacaron 306 pelotas de los estadios.

Por cierto, en ese 2019, se compilaron 6.776 cuadrangulares en la campaña de todas de las 30 novenas de las Grandes Ligas, para dejar una nueva marca para ese departamento, superando los 6.105 estacazos de circuito completo, que era el sólido registro impuesto en el 2017.

En el año 2000, los jugadores sacaron de los estadios nada más y nada menos que 5.693 pelotas beisboleras, que era la cima del gran total de cuadrangulares en una temporada.

La atípica 2020

Desde luego que no se puede tener como base la atípica temporada 2020, cuando apenas los equipos alcanzaron a disputar apenas 60 encuentros de los 162 desafíos que normalmente se juegan en una temporada regular.

Pero para esos efectos, la marca de cuadrangulares por una novena en una campaña, la discusión es más amplia, habida cuenta que los Dodgers de Los Ángeles, los actuales campeones de la Serie Mundial, se fueron para la calle en 118 ocasiones en los 60 desafíos que disputaron.

A ese ritmo y aplicando el promedio matemático, los Dodgers fácilmente hubiesen mejorado la marca de los 307 ’'bambinazos’' de los Mellizos, pues al repartir la cifra de jonrones por los partidos a desarrollar en un calendario regular, podría haber significado una cifra de entre 310 y 318 cuadrangulares en la campaña.

¿Hubiesen alcanzado ese registro? Matemáticamente era posible. Deportivamente, quién sabe. Pero estando dentro de lo probable, nadie puede desechar, en estos momentos, que los Dodgers hubiesen alcanzado el primer lugar de todos los tiempos, con más jonrones en una temporada.

Menos peso y más amorfa

Si todo se da como está previsto, viene una época brillante para todos los lanzadores de las Grandes Ligas, a partir de esta nueva campaña 2021.

De acuerdo con un informe confidencial que conoció la agencia internacional de noticias AP, a partir de la temporada de este año, las pelotas que se utilizarán en los partidos tendrán menos peso y se acondicionarán para que sean más amorfas o menos vivas, como se dice en el argot beisbolero.

La regla 1.09 del béisbol señala que la pelota será una esfera formada por un cordel tejido alrededor de un pequeño núcleo de corcho, goma o material similar, cubiertas con dos tiras de cuero blanco de caballo, unidas firmemente mediante costuras, que deberán pesar no menos de 5 onzas (142 gramos) ni más de 5 onzas y un cuarto (149 gramos), midiendo no menos de 9 pulgadas (22.9 centímetros) ni más de 9 pulgadas y un cuarto (23.5 centímetros) de circunferencia.

Para que sean menos vivas o con menos rebote, la fábrica de pelotas Rawlings, que las produce en Costa Rica y es la oficial para los juegos en el béisbol de las Grandes Ligas, reducirá la tensión en el primero de los tres hilvanados que se aplican en la pelota lo que las hará más amorfa.

Adicionalmente, las pelotas tendrán un peso menor, con 2.8 gramos menos, sin bajar de los 140 gramos como mínimo, pero mantendrán el tamaño de su circunferencia y las costuras externas tendrán la misma calidad y sistema de elaboración, lo que mantendrá intacto el agarre que necesitan los lanzadores sobre la bola para hacer los envíos.

Al ser menos viva o más amorfas, los lanzadores tendrán una ligera ventaja sobre el poder de los bateadores que dentro de lo normal, sus batazos podrían disminuir en uno o dos pies de distancia, cuando el recorrido supere los 375 pies, de acuerdo con las mediciones técnicas que se han hecho con las nuevas condiciones de las pelotas.

Menos cuadrangulares

Los entendidos consideran que tanto la disminución en el peso de la bola como en hacerla más amorfa a partir de esta campaña, incidirán en la cantidad de jonrones que se puedan conectar, en una proporción mínima, quizás entre un cinco (5) y un diez (10) por ciento, por lo que para nada se desvirtuará la calidad del espectáculo de las Grandes Ligas.

Si en la temporada del 2019 se despacharon 6.776 pelotas fuera de los estadios, ciertamente que aplicándose el diez (10) por ciento menos en tablazos de cuatro esquinas, estaríamos hablando en disminuirse la cantidad de jonrones en unos 670 menos de manera colectiva, y en unos 30 estacazos de vuelta completa menos, sobre los 307 que marcaron los Mellizos en esa misma campaña, que es la mejor marca en ese departamento para una novena de la Gran Carpa.

Cuando los campos de entrenamientos están próximos a abrir sus puertas en las horas venideras para que más de 1.500 peloteros concurran a las prácticas primaverales; cuando se confirma que la temporada se abrirá con 15 desafíos el 1o. de abril próximo; cuando todas las novenas volverán al calendario regular de 162 partidos; cuando la norma del Bateador Designado seguirá haciendo parte de la Liga Americana pero no de la Liga Nacional; y cuando se autoriza la asistencia de los aficionados a los parques de pelota, empezando con una concurrencia que no supere el diez (10) por ciento de la capacidad del escenario, cuya cifra podría variar a medida que avance la campaña en concordancia con la disminución de la presencia del Covid-19, el béisbol de las Grandes Ligas está de vuelta para volver a dar el gran espectáculo, como lo ha hecho en más de un siglo de competencia.

Agregándosele a las normas para este 2021, las carteleras que tengan que utilizar el sistema de dobles juegos, éstos se jugarán a siete entradas; y cuando el partido concluya empatado en las nueve entradas reglamentarias, se volverá a utilizar el sistema avanzado de jugar con corredor en posición anotadora, desde la segunda base, en busca de que el desafío se defina en la brevedad que sea posible, el béisbol está en el camino correcto para que el entusiasmo de la afición de mantenga de principio a fin.

Termina el forzoso ayuno del béisbol de la Gran Carpa y con ello, el menú deportivo del Rey de los Deportes volverá a ocupar la atención de los cientos de miles de aficionados de los Estados Unidos y del resto del mundo beisbolero.

Por Antonio Andraus Burgos

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