El legado de Dikembe Mutombo, más allá de la NBA
El fallecido basquetbolista fue considerado como uno de los mejores taponadores y defensores en la historia de la NBA.
El estelar basquetbolista congoleño-estadounidense Dikembe Mutombo, uno de los mejores jugadores defensivos del baloncesto de la historia de la NBA, falleció este lunes a los 58 años de edad. Ocho veces All-Star y miembro del Salón de la Fama, murió rodeado de su familia después de una larga batalla contra el cáncer cerebral.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
El estelar basquetbolista congoleño-estadounidense Dikembe Mutombo, uno de los mejores jugadores defensivos del baloncesto de la historia de la NBA, falleció este lunes a los 58 años de edad. Ocho veces All-Star y miembro del Salón de la Fama, murió rodeado de su familia después de una larga batalla contra el cáncer cerebral.
“Dikembe Mutombo era simplemente más grande que la vida”, dijo el comisionado de la NBA, Adam Silver, sobre el segundo mayor taponador de la historia de la liga. El expívot de los Denver Nuggets y los Atlanta Hawks, de 2,18 metros de estatura, se retiró de las canchas en 2009 tras 18 años de carrera en los que se convirtió en uno de los defensores más intimidantes de la historia.
“Fue uno de los mejores taponadores y jugadores defensivos en la historia de la NBA. Fuera de la cancha, ponía su corazón y su alma en ayudar a los demás”, le reconoció Silver, al destacar la extensa labor humanitaria de Mutombo, cuatro veces ganador del Premio al Defensor del Año, quien trabajó incansablemente para mejorar las condiciones de vida en su natal República Democrática del Congo a través de su fundación.
“Dikembe Mutombo fue un jugador de baloncesto increíble, uno de los mejores bloqueadores y jugadores defensivos de todos los tiempos. Pero también inspiró a una generación de jóvenes en toda África, y su trabajo como primer embajador global de la NBA cambió la forma en que los atletas piensan sobre su impacto fuera de la cancha”, reconoció Barack Obama, expresidente de los Estados Unidos.
Esos esfuerzos, que incluyeron donar millones de dólares de su fortuna para ayudar a construir un hospital en las afueras de Kinshasa, le valieron múltiples elogios humanitarios, incluido el Premio al Servicio Voluntario del Presidente de Estados Unidos.
“Era un humanitario en su esencia”, agregó Silver, quien a menudo viajaba junto a Mutombo en su trabajo como Embajador Global de la NBA. “Le encantaba lo que el baloncesto podía hacer para tener un impacto positivo en las comunidades, especialmente en el continente africano”.
El rey del tapón
Desde su país natal, Mutombo se trasladó a los 21 años a Estados Unidos para dedicarse al básquet. El pívot brilló en su paso por la Universidad de Georgetown antes de ser elegido por los Denver Nuggets en la cuarta posición del Draft de 1991.
En Denver jugó cinco temporadas y después pasó otros cinco años en los Atlanta Hawks. Con menor protagonismo, su trayectoria siguió en los Philadelphia 76ers, los New Jersey Nets, los New York Knicks y los Houston Rockets.
Mutombo se consolidó rápidamente como un defensor de élite en una NBA en la que debía lidiar con gigantes como Hakeem Olajuwon, Patrick Ewing o Shaquille O’Neal.
Su gesto de mover el dedo índice frente al rival al que acababa de taponar fue durante años uno de los más icónicos de la NBA, imitado incluso por oponentes como Michael Jordan. Ese acto solía estar acompañado de su frase “no en mi casa” u “hoy no”.
Pese a su popularidad, su característico gesto con el dedo tras sus tapones llegó a ser prohibido por la NBA, que lo consideraba una forma de burla, mientras para Mutombo era únicamente una forma de reafirmar su dominio defensivo.
“El objetivo era frenar a cualquiera que se acercara a la canasta, y mi misión era ganar”, dijo Mutombo en una entrevista en 2020. “Cada vez que bloqueaba tiros, la gente seguía viniendo. Yo, entonces, sacudía la cabeza cada vez que taponaba, pero me dije... ‘Estos tipos no me están escuchando. Quizá si empiezo a moverles el dedo”. “Y le digo una cosa, perdí mucho dinero por ese movimiento de dedos. Me pitaron muchas faltas técnicas, pero ningún árbitro me echó del partido”, recordó.
Mutombo terminó su carrera con 3.289 tapones, el segundo mejor registro de todos los tiempos, solo por detrás de Olajuwon, quien colocó 3.830. El congoleño disputó dos finales de la NBA, con los Sixers en 2001 y con los Nets en 2003, ambas saldadas con derrotas ante Los Angeles Lakers y los San Antonio Spurs.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador