El legado imborrable de Rafael Nadal en la historia de los Juegos Olímpicos
Tras caer ante Novak Djokovic en la Court Philippe-Chatrier del complejo de Roland Garros, el español le puso punto final a su participación de las justas.
Valentina Fajardo
Si bien el adiós de Rafael Nadal de los Juegos Olímpicos de París 2024 dejó cierto sinsabor, lo que logró el español en sus participaciones de las justas quedará escrito con letras de oro en la historia del deporte.
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Si bien el adiós de Rafael Nadal de los Juegos Olímpicos de París 2024 dejó cierto sinsabor, lo que logró el español en sus participaciones de las justas quedará escrito con letras de oro en la historia del deporte.
Hace 16 años, en Juegos Olímpicos de Pekín 2008, Rafa hizo su debut en unas Olimpiadas. A pesar de que era la primera participación, la falta de experiencia no fue un problema para colgarse la medalla de oro en China.
Habia sido un verano lleno de novedades para Nadal, empezando por ganar su primer título de Wimbledon, donde derrotó a Roger Federer, en lo que es ampliamente considerado como uno de los mejores partidos de tenis de todos los tiempos. Pero los avances de Rafa entre la elite del deporte blanco no terminaría ahí.
Seis semanas después, el 17 de agosto de 2008, Nadal ganó su primera medalla de oro olímpica la capital de China, tras una agotadora victoria en semifinales sobre Novak Djokovic, con un triunfo por 6-3, 7-6 (2), 6-3 sobre el chileno Fernando González, medallista de bronce en Atenas 2004, en el partido que le dio la anhelada presea.
Hubo una novedad más por llegar, y llegó al día siguiente: la victoria de Nadal en la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing lo impulsó al número 1 del escalafón ATP por primera vez, después de haber pasado un récord de 160 semanas consecutivas en el número 2 detrás de Federer.
En ese momento, Nadal ya era cuatro veces campeón de Roland Garros y el nuevo campeón de Wimbledon. Al ganar su primer Abierto de Australia en 2009 y su primer Abierto de Estados Unidos en 2010, completó un Golden Slam de carrera, uno de los dos únicos hombres en la historia del tenis, junto con Andre Agassi, en lograr esa hazaña.
Cuatro años después, en los Juegos Olímpicos de Río 2016, el español demostró porque es considerado como uno de los mejores jugadores en la historia. Había dudas sobre si el medallista de oro de 2008, que se había retirado de Roland y se perdió Wimbledon, se recuperaría a tiempo para competir. Sin embargo, Nadal logró poner todo en orden y anotó su nombre en la lista de jugadores para pelear por la presea en territorio brasileño.
A Rafa no le alcanzaron las fuerzas, cayó en la semifinal ante el brillante Juan Martín Del Potro y no le queda más que intentar rescatar la medalla de bronce. El campeón de Pekín no estaba en su mejor momento, ya que en el partido contra el argentino dio su máximo potencial, fue derrotado por el japonés Kei Nishikori. A pesar de ese duro resultado, a Nadal aún le quedaba un juego para consagrarse en Río: la final de dobles masculina.
Rafael Nadal sumó una segunda medalla de oro en tenis olímpico a todos sus trofeos de Grand Slam, al hacer dupla con Marc López para ganar el campeonato de dobles masculino para España en los Juegos de Río de Janeiro. Los españoles regresaron de un quiebre en el tercer set y se llevaron los últimos tres juegos para vencer a Florin Mergea y Horia Tecau de Rumania.
Esa presea convirtió a Nadal en uno de los dos únicos hombres de la Era Abierta, junto a Nicolás Massú, que han ganado el oro olímpico tanto en individuales como en dobles.
Aunque su despedida de su participación de los Juegos Olímpicos no fue la deseada, especialmente en la Court Philippe-Chatrier, cancha que lo vio levantar 14 títulos de Roland Garros, no hay nada que reclamarle a Nadal.
Tal como sucedió a John McEnroe, Andre Agassi, Pete Sampras y al mismo Roger Federer, a Rafael Nadal le llegó el momento de colgar la raqueta. Los amantes del tenis nunca olvidaremos la manera en la que el exnúmero uno del mundo dominó las canchas de polvo de ladrillo ni sus peculiares rituales previo a su servicio. No quedan más que agradecimiento para Rafa y esperar si existirá un jugador que iguale al rey de la tierra batida.
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