Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La historia del noruego Magnus Carlsen y el prometedor joven estadounidense Hans Niemann arrancó el pasado 4 de septiembre cuando el segundo venció al primero en la Copa Sinquefield. Lo que parecía ser un encuentro cualquiera terminó con acusaciones de trampa y el abandono del torneo por parte del ajedrecista más experimentado.
Carlsen lanzó señalamientos muy serioa y Niemann los negó rotundamente. De esta manera comenzó una batalla aún más encarnizada que la que se vive entre las fichas blancas y negras. Eso significaba guerra. La escandalosa acusación dio pie a todo tipo de teorías y conspiraciones. La más sonada, que el estadounidense habría usado bolas anales para comunicarse con su equipo. Algo que suena ridículo pero ha llenado bastantes titulares a lo largo y ancho del mundo.
Le puede interesar: Es oficial: Franck Ribéry anuncia su retiro luego de 22 años, ¿qué sigue para él?
Pero bueno, vamos paso a paso. En los días posteriores a las palabras de Carlsen, su versión cobró fuerza luego de que salieran a la luz unas estadísticas que comprobaban su punto. El portal Chess.com analizó las partidas de Niemann y, según la investigación que llevó a cabo, señaló que “probablemente hizo trampas” en más de 100 partidas,
Desde luego, hubo una parte de todo eso que despertaba, cuando menos, ligeras sospechas. Al estar Chess.com en proceso de adquirir Play Magnus, plataforma propiedad del ajedrecista noruego, es, cuando menos, difícil no suponer que hay intereses económicos detrás. No obstante, no sobra aclarar que, hasta el momento, se trata de la palabra de uno contra el otro.
Mire nuestro especial: ¿A qué jugamos?: La identidad del fútbol colombiano
De acuerdo con el portal, la joven promesa ha sido el jugador con el mayor crecimiento en la historia en partidas clásicas entre las edades de 11 y 19 años. Un nivel del que ni Bobby Fischer ni el legendario Garry Kaspárov estuvieron cerca en su plenitud. Esa extraordinaria forma despertó la sospecha de algunos expertos en el juego, pues esos números son, por decirlo de alguna manera que no comprometa a ninguna de las partes, inusuales.
De acuerdo con un experto consultado por El País de España, Ken Reagan, sobre Niemann no ha habido indicios que permitan afirmar con seguridad que cometiese trampas. Esa conclusión, sumada a la de otros expertos, apunta a otra versión que también es fuerte, que el joven estadounidense es de un talento superlativo, pero también irregular.
¿Esperando el Mundial de Catar 2022? Toda la información en un solo lugar, encuéntrela aquí
En medio de este caldeo, y al no existir una prueba reina o determinante, Niemann presentó una querella por difamación contra el campeón del mundo en un juzgado de Misuri (Estados Unidos). También demandó al grupo de empresas Play Magnus, a Chess.com, a su director, Daniel Rensch y Hikaru Nakamura, streamer y experto de este deporte que apoyó la versión del noruego.
El joven estadounidense exige “no menos de cien millones dólares” como indemnización por difamación, libelo (calumnia), violar la ley antimonopolio e interferencia torticera, es decir, una actuación no necesariamente ilegal que perjudica a un tercero, en este caso, Niemann.
En su cruzada legal, el estadounidense y su equipo de abogados detallaron las afectaciones que el estadounidense sufrió a partir de las afirmaciones del noruego. Entre ellas, un duelo cancelado contra el alemán Vincent Keymer, las no invitaciones para disputar el Global Chess Championship o del presitigioso torneo Tata en Wijk aan Zee (Países Bajos) y la pérdida de contratos.
Le recomendamos: Los refugiados que jugarán el Mundial de Catar 2022
Si bien no hay una prueba “definitiva” contra Niemann, hay un precedente que sí le juega en contra a él y a su defensa. El joven de 19 años reconoció que hizo trampas en partidas rápidas por internet a los 12 y a los 16, aunque no especificó cuántas veces. “Fue el mayor error de mi vida, aprendí la lección, no he vuelto a hacer trampas y nunca las he hecho en partidas presenciales”, aseguró.
Lo que empezó como una batalla deportiva ahora es una guerra legal que pone millones de dólares de por medio. Lo de Carlsen y Niemann es una rivalidad que empezó en lo deportivo pero trascendió a algo mucho más grande. En apenas mes y medio los ojos del mundo se posaron en ellos y lo más seguro es que dicho enfrentamiento está lejos de terminar.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador