El piloto colombiano que desafiará los mares de arena en el Rally Dakar
La cuadragésima sexta edición de esta aventura será una de las más retadoras por la dificultad climática y un nuevo desafío en las últimas etapas.
Kevin Stiven Ramírez Quintero
Este año deportivo, marcado por los Juegos Olímpicos de París en julio, tiene una primera gran cita desde hoy en Arabia Saudita. Los desiertos de la Península Arábiga ya están listos para desafiar a los pilotos más temerarios en el Rally Dakar, el rey de las competiciones automovilísticas de resistencia.
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Este año deportivo, marcado por los Juegos Olímpicos de París en julio, tiene una primera gran cita desde hoy en Arabia Saudita. Los desiertos de la Península Arábiga ya están listos para desafiar a los pilotos más temerarios en el Rally Dakar, el rey de las competiciones automovilísticas de resistencia.
Con una colorida caravana compuesta por autos, motos, quads, vehículos ligeros y camiones, 778 participantes del Dakar 2024 partirán por quinta ocasión desde el desierto saudita, precisamente en el enclave de Al-Ula, donde abundan los restos arqueológicos y servirá para decidir las posiciones de salida del sábado, la primera etapa.
Luego seguirán tres días en el Empty Quarter, un vasto mar de arena y dunas hasta fundirse con el horizonte. Será un infierno y una odisea de casi 8.000 kilómetros, que estará plagada de retos, y terminará el 19 de enero en Yanbu, junto al mar Rojo.
Uno de los mayores retos de la competencia será la etapa de 48 horas que hará a los pilotos tener que dormir en una tienda de campaña y una ración de supervivencia al estilo militar. En el momento en el que el reloj marque las 4:00 p.m., los corredores tendrán que detenerse en el próximo campamento y pasar la noche, sin saber el resultado de sus rivales. A las 7:00 a.m. retomarán la ruta para completar el resto del recorrido, que tendrá en su totalidad 12 etapas.
Los ganadores, además de llevarse el preciado trofeo Touareg, conseguirán un jugoso premio económico. En la categoría de motos, el ganador se llevará 50.000 euros; en los quads o cuatriciclos, el ganador recibirá 15.000 euros. En carros, el ganador se llevará 3.000 euros. Los camiones no obtendrán dinero, pero sí reconocimientos.
Más allá de lo deportivo, la carrera también probará el “Dakar Future Mission 1000”, un “laboratorio” para conocer cómo reducir emisiones en el rally. Esta nueva categoría, que cuenta con 10 vehículos inscritos, permite a los corredores recorrer unos 100 kilómetros diarios al margen de las etapas del rally hasta alcanzar un total de 1.000 kilómetros, con el objetivo de estudiar cómo hacer de esta carrera un rally raid más sostenible.
Entre las principales figuras de la prueba se encuentran el catarí Nasser Al-Attiyah, cinco veces ganador del Dakar; el español Carlos Sainz, tres veces campeón; el francés Sebastian Löeb, nueve veces campeón del mundo, al que se le resiste el Dakar, y el brasileño Lucas Moraes, la sorpresa del año pasado al terminar tercero en su primera actuación.
Presencia colombiana
La bandera tricolor será representada por Javier Jota Vélez, un ingeniero industrial y empresario nacido en Salgar, pero criado en Medellín, quien conducirá un Can Am T3 con el número 332, preparado por el equipo español FN Speed, y que estará acompañado por el argentino Gastón Matarucco.
Esta será la cuarta participación del antioqueño en un Dakar, luego de que lo hiciera en 2021 a bordo de un SSV. En aquella ocasión tuvo que abandonar por daño mecánico, aunque pudo retomar en la modalidad Experience. En 2022 repitió en SSV, donde finalizó en el puesto 29, y en 2023 corrió en la categoría T3, en la que cerró en el puesto 26.
“El carro es el mismo del año pasado, el Can Am. Estará puesto a cero, equipado con motor y diferenciales nuevos, porque necesitamos un auto confiable. ¿A qué aspiramos? A tres cosas: 1. Terminar. 2. Terminar enteritos tanto el auto como nosotros -sobre todo nosotros-. 3. Tratar de mejorar posiciones respecto a las actuaciones anteriores”, aseguró Vélez para Dakar.
Jota estudió en el colegio de la UPB y, según cuenta El Colombiano, desde muy joven fue un aficionado a las carreras. Desde los 11 años tomaba “prestada” la camioneta de su papá y se volaba para dar una vuelta o ir al colegio. No faltaron los castigos.
Se graduó de la Universidad Nacional y, junto con sus hermanos, es cofundador de la marca Bosi, que además de financiar su sueño como piloto, le da el sustento día a día. “Para ser piloto a este nivel debes tener dos cosas: talento y dinero. A veces, muy pocas, con el talento consigues patrocinadores, pero no siempre es así”, aseguró para el diario antioqueño.
Entre sus gastos se destaca su vehículo, que cuesta entre US$200.000 y US$300.000, al igual que la inscripción al Dakar, que fue de US$35.000.
Su primera experiencia de este tipo de pruebas fue en 2018 en Argentina, en el Desafío Ruta 40, en el que ocupó el tercer lugar. Al año siguiente estuvo en el Atacama Rally, donde sumó otro podio y se pudo clasificar al Rally Dakar por primera vez en 2021.
Por el momento, todo está listo. El sol intenso y los mares de arena serán los jueces de los corredores y del colombiano en la cuadragésima sexta edición del Rally Dakar. “En sus marcas, tres, dos, uno...”.
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