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                                                                                                                                El ‘Poder Negro’, recuerdo de una protesta simbólica

                                                                                                                                En medio de una crisis social y política en Estados Unidos, dos atletas negros subieron al podio descalzos y levantaron el puño enguantado en señal de protesta por la segregación racial.

                                                                                                                                Ricardo ávila Palacios

                                                                                                                                Tommie Smith (centro) y John Carlos (der.). Una imagen que escandalizó al Comité Olímpico Internacional. / AP
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                El 21 de diciembre de 1957 fue un día decisivo. En Montgomery vivían 50.000 negros, que desde esa fecha podían subirse a un autobús y sentarse al lado de un blanco, si así lo querían. Y lo hicieron. Los blancos desacataron la orden judicial y se negaron a compartir espacios con gente de color. Hubo atentados a las casas de los líderes negros y el temible Ku Klux Klan, una organización antinegra, arreció en sus ataques.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Smith y Carlos, el “black power”

                                                                                                                                Fue en ese turbulento contexto de violencia, muerte y destrucción que varios atletas negros aceptaron representar a EE. UU. en los Juegos Olímpicos de México-68, pese a que habían sido invitados a participar en un boicot contra las justas, liderado por Harry Edwards, profesor y sociólogo afroamericano. Uno de ellos, Tommie Smith, hizo historia al ganar los 200 metros planos con nuevo récord mundial de 19,83 segundos, más rápido que el australiano Peter Norman (20,06) y que John Carlos (20,10), compatriota de Smith que finalizó en el tercer lugar.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Carlos y Smith levantaron el puño enguantado y agacharon la cabeza en señal de protesta, mientras sonaba el himno de los Estados Unidos. Su mirada al piso, explicaron después, no fue un gesto ofensivo sino un momento de oración por su raza. Los deportistas abandonaron el estadio en medio de sonoros abucheos de los aficionados apostados en las graderías.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La imagen de ese podio, considerada un mito en la lucha por los derechos civiles y que ante el mundo se conoció como el black power, se hizo célebre y produjo decepción en el Comité Olímpico Internacional (COI), que expulsó a los afroamericanos de la Villa Olímpica en Ciudad de México y los apartó del equipo estadounidense.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Al retornar a Estados Unidos, Smith y Carlos recibieron amenazas de muerte. Pagaron un alto precio por su osadía. Nunca más volverían a competir. Smith, con 11 récords mundiales a cuestas, consiguió empleo como lavador de carros, y la mujer de Carlos se suicidó porque no aguantó la presión. En los Juegos Olímpicos de Los Ángeles-84 sus nombres fueron reivindicados: ambos fueron incluidos en el Salón de la Fama del Atletismo de los Estados Unidos y hoy son auténticos héroes de la causa de los derechos civiles estadounidenses y de los derechos humanos en general.

                                                                                                                                “Estaba en una situación en la que mi país se decía libre. Quería comunicar un mensaje. Los calcetines que llevaba en los pies representaban la pobreza en la que vivía la gente de mi país, sobre todo los negros. La cabeza inclinada no representaba un gesto de desprecio a la bandera sino una oración o un grito pidiendo libertad”, explicaría Smith varios años después.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Norman también fue censurado en Australia y acusado de terrorismo. Le pidieron que se retractara de su acto, pero no lo hizo y se retiró del atletismo. El alcoholismo y la depresión cambiarían el curso de su vida hasta fallecer en 2006, a los 64 años. Smith y Carlos le retribuyeron su apoyo en el 68 y viajaron a Sídney, cargaron su féretro y lo acompañaron hasta su última morada. El pueblo australiano pidió perdón y también reivindicó a Norman.

                                                                                                                                Medio siglo después, las protestas del “black power” siguen siendo noticia en los escenarios deportivos de EE. UU., protagonizadas por figuras descollantes como LeBron James y Stephen Curry, o jugadores de la Liga Profesional de Fútbol Americano, que han protestado contra la injusticia social arrodillándose durante la entonación del himno estadounidense, cuando el protocolo exige que deben permanecer de pie. La lucha sigue…

                                                                                                                                Tommie Smith (centro) y John Carlos (der.). Una imagen que escandalizó al Comité Olímpico Internacional. / AP
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                El 21 de diciembre de 1957 fue un día decisivo. En Montgomery vivían 50.000 negros, que desde esa fecha podían subirse a un autobús y sentarse al lado de un blanco, si así lo querían. Y lo hicieron. Los blancos desacataron la orden judicial y se negaron a compartir espacios con gente de color. Hubo atentados a las casas de los líderes negros y el temible Ku Klux Klan, una organización antinegra, arreció en sus ataques.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Smith y Carlos, el “black power”

                                                                                                                                Fue en ese turbulento contexto de violencia, muerte y destrucción que varios atletas negros aceptaron representar a EE. UU. en los Juegos Olímpicos de México-68, pese a que habían sido invitados a participar en un boicot contra las justas, liderado por Harry Edwards, profesor y sociólogo afroamericano. Uno de ellos, Tommie Smith, hizo historia al ganar los 200 metros planos con nuevo récord mundial de 19,83 segundos, más rápido que el australiano Peter Norman (20,06) y que John Carlos (20,10), compatriota de Smith que finalizó en el tercer lugar.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Carlos y Smith levantaron el puño enguantado y agacharon la cabeza en señal de protesta, mientras sonaba el himno de los Estados Unidos. Su mirada al piso, explicaron después, no fue un gesto ofensivo sino un momento de oración por su raza. Los deportistas abandonaron el estadio en medio de sonoros abucheos de los aficionados apostados en las graderías.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “Estaba en una situación en la que mi país se decía libre. Quería comunicar un mensaje. Los calcetines que llevaba en los pies representaban la pobreza en la que vivía la gente de mi país, sobre todo los negros. La cabeza inclinada no representaba un gesto de desprecio a la bandera sino una oración o un grito pidiendo libertad”, explicaría Smith varios años después.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Medio siglo después, las protestas del “black power” siguen siendo noticia en los escenarios deportivos de EE. UU., protagonizadas por figuras descollantes como LeBron James y Stephen Curry, o jugadores de la Liga Profesional de Fútbol Americano, que han protestado contra la injusticia social arrodillándose durante la entonación del himno estadounidense, cuando el protocolo exige que deben permanecer de pie. La lucha sigue…

                                                                                                                                Por Ricardo ávila Palacios

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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