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‘Djoko’, de 34 años, desentona entre las estrellas del deporte mundial con sus meditaciones con un gurú español, Pepe Imaz, antiguo jugador de tenis partidario “del amor y la paz”.
Unos métodos de preparación que han podido dar que hablar pero sin jamás afectar a lo mental de quien a sus siete años decía a la televisión serbia que quería ser el número uno mundial.
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Djokovic, adepto a una alimentación sin gluten y a base de plantas, nació en Belgrado unos años antes de las guerras que llevaron al desmembramiento sangriento de la antigua Yugoslavia en los años 1990.
Se entrenó en una piscina abandonada e hizo colas como muchos otros ciudadanos para conseguir leche, pan y otros alimentos básicos.
Unas experiencias que lo “hicieron más fuerte y me dieron ganas de tener éxito”, explicaría más adelante.
- Pirámide paradisíaca -
Las décadas han pasado y hoy tiene el récord de ingresos en el circuito ATP con cerca de 155 millones de dólares. Vive en Mónaco, el refugio de las grandes fortunas, pero, según la opinión general, sigue cercano a sus raíces belgradenses.
Considerado uno de los mejores jugadores de la historia, ‘Djoko’ también es regularmente noticia por sus posiciones que hacen de él un jugador aparte.
Dos veces positivo al Covid-19, en junio de 2020, cuando organizó una controvertida gira en los Balcanes, convertida en brote, y en diciembre pasado, cuando aparecía sin mascarilla en eventos en Belgrado, nunca ha ocultado su hostilidad a la vacunación.
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“Personalmente, no estoy a favor de las vacunas. No me gustaría que alguien me obligue a vacunarme para viajar”, afirmó en abril de 2020.
El ganador de 86 títulos ATP, entre ellos 20 Grand Slams, ve en una misteriosa “pirámide” de Bosnia el “paraíso en la tierra”.
Yendo en dos ocasiones en 2020 a ese lugar, que domina el pueblo de Visoko, cerca de Sarajevo, Djokovic relanzó el interés del público por este lugar, una simple colina y antigua mina de oro, según los arqueólogos, una pirámide con túneles “energéticos” para otros.
El tenista había explicado a la AFP haberse sentido “regenerado” tras una de sus visitas. “Sé que hay muchas dudas, dilemas sobre la autenticidad” del lugar, pero “para entender bien lo que pasa aquí (...) hay que venir”.
También dio que hablar al considerar posible alterar la composición del agua por medio del pensamiento positivo.
“He visto y conozco gente que a través de la transformación energética, a través del poder del rezo, del poder de la gratitud, logran transformar los alimentos más tóxicos y el agua más contaminada en el agua más purificadora”, dijo en una conversación en línea con un gurú de la nutrición alternativa, Chervin Jafarieh.
- Rey de los Balcanes -
En los Balcanes, el serbio es un ídolo, considerado el mejor jugador de todos los tiempos.
También es apreciado por sus actividades humanitarias. Hace donaciones regulares a través de su fundación en Serbia, pero también en Bosnia y Croacia cuando estos países fueron golpeados en 2014 por unas inundaciones catastróficas.
Djokovic ayudó a su país natal en los primeros momentos de la pandemia, al tiempo que envió respiradores a Montenegro.
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En diciembre, añadió su voz al concierto de opositores a la apertura de una mina de litio en Serbia, un proyecto apoyado por el gobierno.
“El aire limpio, el agua y la comida son los elementos claves de la salud”, dijo en las redes sociales, cuando los serbios se manifestaban en masa contra el proyecto del gigante anglo-australiano Rio Tinto.
“Sin eso, todas las palabras sobre la ‘salud’ son obsoletas”, había añadido.