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Sebastián Montoya: “Cuando haya que atacar, nadie me va a parar”

El piloto colombiano fue reclutado por una de las escuderías más importantes del mundo y vive un buen presente en la Fórmula Regional Europea.

Hugo Santiago Caro
12 de agosto de 2022 - 02:00 a. m.
Sebastián Montoya cuenta que quiere complementar su carrera como piloto estudiando ingeniería mecánica. // Red Bull
Sebastián Montoya cuenta que quiere complementar su carrera como piloto estudiando ingeniería mecánica. // Red Bull
Foto: Klaas Norg
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Los días en que se hablaba de Sebastián solamente como el hijo de Juan Pablo Montoya, cada vez se ven más lejanos. Hoy Montoya Freydell, de 17 años, a punta de resultados, se consolida como una realidad del automovilismo colombiano. Claro, detrás de eso está el apoyo de una familia que aprendió con el padre a girar en torno a un piloto y ahora le apuestan al éxito de Sebastián.

Juan Pablo es su entrenador, pero también en este 2022 ha sido su compañero de vehículo en el Mundial de Resistencia de la FIA en las pruebas de Sebring y Glen con el equipo Dragon Speed, donde los Montoya corrieron con Henrik Hedman, quedando incluso cerca de ganar la categoría LMP2 (en Glen).

Allí Sebastián comprendió que no se trataba de que la suya fuera una carrera apresurada, sino que estaba alcanzando lo que debía alcanzar. “Este año, especialmente después de correr en Asia, me he dado cuenta de que sí tengo el potencial y después de correr con mi papá en Sebring y Glen se ve la velocidad. Mi estilo de manejar es mucho como para carros grandes, rápidos”, dice Montoya. Y es que no solamente él se dio cuenta de su potencial. Red Bull, la vigente escudería campeona de la Fórmula 1 con Max Verstappen, reclutó a Montoya Freydell para ser uno de sus talentos.

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A partir de este agosto, Sebastián correrá con los dos toros de la marca de energizantes en su casco. “Si tú me hubieras preguntado al principio del año que si iba a correr con mi papá, que Red Bull me iba a patrocinar y que iba a crecer en la manera en que estoy creciendo, hubiera dicho gracias, muchas gracias, pero no creo, todavía me falta bastante para eso”, continúa. Sebastián viene de quedar en los puestos 16 y 13, respectivamente, en el circuito de Spa, en Bélgica, como parte de la Fórmula Regional Europea.

Han pasado ya varios años desde su paso de los karts a conducir monoplazas “grandes”, para esbozar una idea. Un proceso que siente lo ha ayudado a madurar dentro de las pistas y fuera de ellas. “Creo que cada vez que pase de categoría me podría ir mejor. Por ejemplo, en Fórmula 4, mi primer año me costó mucho. Este año en Fórmula Regional el carro es más grande, es de mi estilo de manejo y vamos muy bien. Es bastante interesante, no solo la parte de manejar; también como persona, fuera de la pista, he madurado mucho. Siempre trato de hacer un poquito más de todo lo que estoy haciendo”.

Ese poquito de más, al que también hace referencia como dar el 110 por ciento, lo tiene convencido de que no solo es un piloto, también quiere ser ingeniero. Actualmente, cuando no está rodando ni cumpliendo compromisos comerciales con sus patrocinadores, Sebastián termina el high school (el bachillerato) en línea. ”Cuando es fin de semana de carreras trato de pasar lo más tranquilo, más relajado. Pero cuando no, tengo que ir a la casa para terminar el colegio”, dice.

No descuida sus estudios y sabe que prepararse bien, convertirse en un profesional, es un agregado que enriquece lo que pueda lograr dentro de la pista. “Quiero estudiar ingeniería (mecánica) para que me ayude en los carros, para entender un poco más cómo se trabaja todo eso. Si uno entiende un poco mejor, las decisiones que puede tomar con el carro podrían funcionar mejor. Esas son cosas que el ingeniero hace, pero si el piloto lo entiende también, el feedback y lo que a uno como piloto le dicen, puede ser crucial”, concluye sobre su preparación.

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Esa determinación, sumada a las experiencias que recoge de haberse medido en los prototipos de Le Mans, en la categoría de vehículos LMP2, hacen que Montoya vaya esbozando el tipo de piloto que puede llegar a ser. Eso sí, sin dejar de lado la agresividad que lo caracteriza frente al volante. “No le bajo a la agresividad, sino que cada momento es diferente. Cuando haya que atacar, nadie, nadie me va a parar. Si yo le llego a otro piloto, por ejemplo en Spa, en la primera carrera que me sacaron, yo estaba en limitador. Estaba para matar a alguien. Me sentía como un toro. ¿Me tapan? Ok. Si usted va por dentro, voy por fuera. Si usted va por fuera, yo voy por dentro, entonces escoja, igual lo voy a pasar”, cuenta.

Así transcurre el presente de uno de los pilotos más prometedores que tiene Colombia. Por supuesto, la sombra de su padre ahora es la sombra del mejor entrenador que puede conseguir, uno que da la vida por su hijo. Ya tiene el respaldo de marcas importantes como Claro y Red Bull, lo que le garantiza continuar participando en las mejores competencias. Solo resta que siga respondiendo dentro de la pista, para que en un futuro el público no solo vea al Sebastián ingeniero, sino de nuevo a un Montoya en la Gran Carpa del automovilismo, la Fórmula 1.

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Hugo Santiago Caro

Por Hugo Santiago Caro

Periodista y productor radial javeriano. Ganador del Premio Nacional de Periodismo del CPB 2021 a mejor tesis de grado. Ha escrito para El Tiempo y Bacánika. @HugoCaroJhcaro@elespectador.com

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