Gianluca Bacci: “Colombia puede ilusionarse con ir al Mundial de baloncesto”
Contra Uruguay, la selección inicia este viernes su camino en la clasificación a la Copa del Mundo. El armador barranquillero es uno de los jugadores con más experiencia del equipo y además está cerca de conseguir un nuevo campeonato en la liga local con Titanes de Barranquilla.
Fernando Camilo Garzón
Gianluca Bacci recuerda su niñez con una pelota de baloncesto en sus manos. En su casa amaban a la pelota naranja porque su mamá había jugado en la adolescencia y su papá lo seguía haciendo. Por eso, él se levantaba todos los fines de semana a jugar con su papá en las canchas de los parques en Barranquilla.
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Desde esos primeros años hasta ahora ya pasaron más de 30 y, después de toda una carrera, Bacci sigue vigente en el básquet colombiano. Actualmente, el armador disputa con Titanes de Barranquilla las semifinales de la liga y se prepara para afrontar desde este viernes con Uruguay el inicio de la eliminatoria al Mundial de Baloncesto de la FIBA, que se hará en 2023 entre Filipinas, Japón e Indonesia.
Bacci es uno de los referentes de la selección nacional y uno de los hombres más experimentados. Desde su infancia, cuando le gustaba ser el primero que llegaba a las canchas antes de los partidos para meter la primera cesta, siempre estuvo ligado al baloncesto. Después de seguir a su padre, su máximo ídolo en el deporte, a los 10 años Bacci empezó su proceso con la selección de Atlántico. Y de ahí hizo todas las categorías inferiores hasta que llegó a jugar en Bogotá.
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Un ADN natural de los Bacci, así lo llama él, porque en su casa por lo general todos estaban metidos en partidos, competencias y entrenamientos. Y por eso a veces alguien faltaba en las reuniones familiares o aparecía en las fotos de las fechas más importantes con un ojo morado por recibir un codazo en pleno partido.
En el colegio, cuando jugaba de escolta, recuerda haber metido a jugar a todos sus amigos del recreo a la escuela de básquet. Sin embargo, a medida que avanzaba en las divisiones inferiores, admirando a Kobe Bryant, el gran jugador de su generación, empezó a soñar con la posibilidad de hacerse profesional. Fue el entrenador Hernán Giraldo el que lo cambió a la posición de armador, el lugar desde el que construyó todo su camino a la par de la pelota naranja, que nunca soltó de sus manos.
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¿Colombia tiene posibilidades reales de llegar al Mundial de Baloncesto?
Las posibilidades están. Será difícil, pero Colombia tiene una muy buena generación de jóvenes que se desarrolló en Estados Unidos y que se conocen bien. Ese es el núcleo del equipo, jugadores excelentes y de mucho talento. Es una oportunidad única y hay que aprovecharla. La clave será empezar de la mejor manera con Uruguay. Hay que ir poco a poco.
La selección viene de clasificar a la Americup. ¿Cómo ha seguido el proceso del equipo?
En febrero, Colombia logró esa clasificación que fue muy importante, aunque ese es apenas el primer paso. Nuestro objetivo es volvernos dominantes en Suramérica y ese trabajo con el equipo empezará este fin de semana cuando juguemos el primer partido de las eliminatorias con Uruguay.
Colombia tendrá ausencias importantes, ¿cómo afrontar el no tener a la nómina completa?
Hay que valorar que el equipo viene con ritmo. Normalmente, no es común que juguemos dos ligas consecutivas en un solo año. Hay que aprovechar eso. Es cierto que, desafortunadamente, no tendremos tres piezas fundamentales como Jaime Echenique, Juan Carlos Cárdenas y Juan Diego Tello. Sin embargo, eso les pasa a todos los equipos. La clave estará en la concentración y la posibilidad que tengamos de hacer nuestro juego. Los que estamos tenemos la capacidad de afrontar el reto.
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A propósito de la liga ¿Titanes está para el pentacampeonato?
Jugaremos las rondas finales con toda la responsabilidad y las ganas. Con Caribbean Storm en las semifinales toca estar atentos y no solo porque son los locales, también porque tenemos una rivalidad. Tenemos que estar concentrados para hacer nuestro juego y para mejorar las cosas en las que no hemos estado bien. Vamos paso a paso y esperamos ganar la liga por quinta ocasión consecutiva.
¿El nivel de la liga se está volviendo más competitivo?
No sé si hay más nivel o no. A veces eso sube o baja, pero lo más importante es no parar de hacerla. Este año hubo dos ligas y eso antes casi nunca se veía. En Colombia es necesario que la liga no pare y que el ritmo no se baje. El torneo puede durar mucho más tiempo y así nosotros, los jugadores, podremos mejorar nuestro nivel y el interés del público subirá.
¿Hay campo para que los jóvenes se desarrollen en la liga?
Tenemos mucho para mejorar. Se necesita más espacio para que los jóvenes crezcan y se desarrollen. Actualmente cada equipo cuenta con cuatro extranjeros y eso no permite que los jóvenes jueguen minutos importantes. Hay que mirar eso porque es necesario que haya más espacios para los colombianos. Si lo que realmente queremos es aprovechar el torneo para el crecimiento de los jugadores colombianos, tenemos que permitirles que jueguen.
Gianluca Bacci recuerda su niñez con una pelota de baloncesto en sus manos. En su casa amaban a la pelota naranja porque su mamá había jugado en la adolescencia y su papá lo seguía haciendo. Por eso, él se levantaba todos los fines de semana a jugar con su papá en las canchas de los parques en Barranquilla.
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Desde esos primeros años hasta ahora ya pasaron más de 30 y, después de toda una carrera, Bacci sigue vigente en el básquet colombiano. Actualmente, el armador disputa con Titanes de Barranquilla las semifinales de la liga y se prepara para afrontar desde este viernes con Uruguay el inicio de la eliminatoria al Mundial de Baloncesto de la FIBA, que se hará en 2023 entre Filipinas, Japón e Indonesia.
Bacci es uno de los referentes de la selección nacional y uno de los hombres más experimentados. Desde su infancia, cuando le gustaba ser el primero que llegaba a las canchas antes de los partidos para meter la primera cesta, siempre estuvo ligado al baloncesto. Después de seguir a su padre, su máximo ídolo en el deporte, a los 10 años Bacci empezó su proceso con la selección de Atlántico. Y de ahí hizo todas las categorías inferiores hasta que llegó a jugar en Bogotá.
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Un ADN natural de los Bacci, así lo llama él, porque en su casa por lo general todos estaban metidos en partidos, competencias y entrenamientos. Y por eso a veces alguien faltaba en las reuniones familiares o aparecía en las fotos de las fechas más importantes con un ojo morado por recibir un codazo en pleno partido.
En el colegio, cuando jugaba de escolta, recuerda haber metido a jugar a todos sus amigos del recreo a la escuela de básquet. Sin embargo, a medida que avanzaba en las divisiones inferiores, admirando a Kobe Bryant, el gran jugador de su generación, empezó a soñar con la posibilidad de hacerse profesional. Fue el entrenador Hernán Giraldo el que lo cambió a la posición de armador, el lugar desde el que construyó todo su camino a la par de la pelota naranja, que nunca soltó de sus manos.
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¿Colombia tiene posibilidades reales de llegar al Mundial de Baloncesto?
Las posibilidades están. Será difícil, pero Colombia tiene una muy buena generación de jóvenes que se desarrolló en Estados Unidos y que se conocen bien. Ese es el núcleo del equipo, jugadores excelentes y de mucho talento. Es una oportunidad única y hay que aprovecharla. La clave será empezar de la mejor manera con Uruguay. Hay que ir poco a poco.
La selección viene de clasificar a la Americup. ¿Cómo ha seguido el proceso del equipo?
En febrero, Colombia logró esa clasificación que fue muy importante, aunque ese es apenas el primer paso. Nuestro objetivo es volvernos dominantes en Suramérica y ese trabajo con el equipo empezará este fin de semana cuando juguemos el primer partido de las eliminatorias con Uruguay.
Colombia tendrá ausencias importantes, ¿cómo afrontar el no tener a la nómina completa?
Hay que valorar que el equipo viene con ritmo. Normalmente, no es común que juguemos dos ligas consecutivas en un solo año. Hay que aprovechar eso. Es cierto que, desafortunadamente, no tendremos tres piezas fundamentales como Jaime Echenique, Juan Carlos Cárdenas y Juan Diego Tello. Sin embargo, eso les pasa a todos los equipos. La clave estará en la concentración y la posibilidad que tengamos de hacer nuestro juego. Los que estamos tenemos la capacidad de afrontar el reto.
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A propósito de la liga ¿Titanes está para el pentacampeonato?
Jugaremos las rondas finales con toda la responsabilidad y las ganas. Con Caribbean Storm en las semifinales toca estar atentos y no solo porque son los locales, también porque tenemos una rivalidad. Tenemos que estar concentrados para hacer nuestro juego y para mejorar las cosas en las que no hemos estado bien. Vamos paso a paso y esperamos ganar la liga por quinta ocasión consecutiva.
¿El nivel de la liga se está volviendo más competitivo?
No sé si hay más nivel o no. A veces eso sube o baja, pero lo más importante es no parar de hacerla. Este año hubo dos ligas y eso antes casi nunca se veía. En Colombia es necesario que la liga no pare y que el ritmo no se baje. El torneo puede durar mucho más tiempo y así nosotros, los jugadores, podremos mejorar nuestro nivel y el interés del público subirá.
¿Hay campo para que los jóvenes se desarrollen en la liga?
Tenemos mucho para mejorar. Se necesita más espacio para que los jóvenes crezcan y se desarrollen. Actualmente cada equipo cuenta con cuatro extranjeros y eso no permite que los jóvenes jueguen minutos importantes. Hay que mirar eso porque es necesario que haya más espacios para los colombianos. Si lo que realmente queremos es aprovechar el torneo para el crecimiento de los jugadores colombianos, tenemos que permitirles que jueguen.