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La suspensión de tres campeones olímpicos y un campeón mundial de marcha ha sido un golpe mortal para el atletismo ruso, salpicado desde hace meses por sospechas sobre la existencia de un sistema de dopaje similar al de la vilipendiada República Democrática Alemana (RDA).
De golpe, el ya alicaído prestigio de la escuela de marcha de la región de Mordovia, que ha producido innumerables campeones durante la última década, cayó por los suelos, ya que varios de sus pupilos fueron descalificados hoy por la Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA).
La zarina de la marcha rusa, Olga Kanishkina, campeona olímpica en 20 kilómetros marcha en Pekín 2008 y subcampeona en Londres 2012, tres veces campeona mundial (2007-09-11) y una europea (2010), fue descalificada por tres años y dos meses.
Según informa la agencia en su página web, el motivo son las irregularidades hematológicas que presentaría su pasaporte biológico, el método utilizado para supervisar a largo plazo los niveles de sangre y orina en los atletas.
La RUSADA concedió el mismo castigo a Serguéi Kirdiapkin, oro en 50 kilómetros marcha en los Juegos de Londres 2012 y doble campeón mundial en 2005 y 2009.
Por su parte, Valeri Borchin, campeón olímpico de 20 kilómetros en Pekín y doble campeón mundial en 2009 y 2011, fue suspendido por un plazo de ocho años, lo que significaría con casi toda seguridad el final de su carrera profesional.
En los dos primeros casos, la sanción es retroactiva, es decir, se aplicará desde el 15 de octubre de 2012, por lo que, en principio, no afectará a sus laureles olímpicos y podrán competir en los Juegos de Brasil 2016. Además, Serguéi Bakulin, campeón mundial de 50 kilómetros marcha en 2011, ha sido descalificado por un plazo de 3 años y 2 meses a partir de diciembre de 2012. En el caso del marchador ruso Vladímir Kanaikin, medalla de bronce en el Mundial de Daegu (Corea del Sur) en 2011, la suspensión es de por vida.
Según medios rusos, si las acusaciones se confirman, significaría que 16 de las 17 medallas de oro obtenidas por Rusia en marcha en JJOO y mundiales en la última década las consiguieron atletas que fueron posteriormente sancionados.
RUSADA, creada hace varios años para combatir el dopaje en el deporte ruso, explicó que los atletas afectados podrían verse privados de las medallas obtenidas desde la entrada en vigor de la sanción, según informan las agencias locales.
Aunque el director de la agencia rusa, Ramil Jabríev, explicó que esa decisión corresponderá a la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), el Comité Olímpico Internacional y la Federación Rusa de Atletismo (FRA). Además, Jabríev desveló que la IAAF informó a la parte rusa sobre las anomalías en el pasaporte biológico de los atletas a finales de 2012, pero que, debido a la dificultad de los casos, "su estudio por parte de la FRA se retrasó".
El presidente de la FRA, Valentín Balájnichev, no tardó en reconocer hoy "los graves errores que han perjudicado al atletismo ruso", aunque matizó que la decisión de doparse corresponde al atleta y a su entorno.
"La federación nunca alentó, promovió o sugirió el uso del dopaje", dijo el directivo, quien prometió cambios estructurales y mayores exigencias para los técnicos federados.
Mientras, el ministro de Deportes, Vitali Mutkó, quien defendió la política contra el dopaje iniciada hace varios años por las autoridades, adelantó que el centro de preparación de marchadores de Mordovia pasará a estar bajo el control del Gobierno central.
En realidad, el atletismo ruso ya había recibido en los últimos tiempos dos golpes en su línea de flotación, el primero de los cuales fue la descalificación en noviembre de Víctor Kolesnikov, director de la escuela de marcha de Saransk (Mordovia), considerada la catedral mundial de esa disciplina atlética.
RUSADA, que le suspendió por cuatros años hasta el 20 de agosto de 2018, por lo que se perderá los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, le consideró responsable de una trama de dopaje que afectaba a cinco de sus pupilos.
Kolesnikov fue apartado después de que fuera suspendida la última sensación de la marcha rusa, Yelena Lashmanova, -oro en Londres y campeona mundial en Moscú en 2013- tras dar positivo en un control fuera de competición en Saransk.
El segundo golpe fueron las denuncias vertidas en diciembre por la Primera Cadena de la Televisión Alemana, que expuso un intrincado sistema de dopaje encubierto por el Estado ruso.
El documental, que provocó agrias críticas de las autoridades rusas, que amenazaron con acudir a los tribunales, incluía entrevistas con varios atletas rusos como la fondista Yulia Rusanova o la lanzadora de disco Jevgenia Pecherina, quien sostuvo que el 99 por ciento de los atletas rusos se dopan.