Gracias, Imparables: ¡hicieron historia!
Se terminaron los Juegos Paralímpicos. Con una impresionante marca de 28 medallas, siete de ellas de oro, Colombia hizo las mejores justas de su historia. Este es el balance de la participación de la delegación nacional y las proyecciones a futuro.
Fernando Camilo Garzón
La llama se apagó en París. El pebetero en el Jardín de las Tullerías, por fin, exhaló su último aliento con la certeza, a diferencia de lo que pasó hace unas semanas tras los Juegos Olímpicos, de que su fuego no volverá a arder jamás. Al menos, en muchas décadas. Después de casi dos meses de ser el epicentro del mundo, la capital de Francia apagó su luz y le entregó la antorcha a Los Ángeles, que recibirá, además de la cita olímpica, a los Juegos Paralímpicos dentro de cuatro años. Hasta entonces tendremos que quedarnos con los recuerdos que nos dejaron los últimos días y añoraremos la gesta que lograron los paratletas colombianos en París 2024.
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La llama se apagó en París. El pebetero en el Jardín de las Tullerías, por fin, exhaló su último aliento con la certeza, a diferencia de lo que pasó hace unas semanas tras los Juegos Olímpicos, de que su fuego no volverá a arder jamás. Al menos, en muchas décadas. Después de casi dos meses de ser el epicentro del mundo, la capital de Francia apagó su luz y le entregó la antorcha a Los Ángeles, que recibirá, además de la cita olímpica, a los Juegos Paralímpicos dentro de cuatro años. Hasta entonces tendremos que quedarnos con los recuerdos que nos dejaron los últimos días y añoraremos la gesta que lograron los paratletas colombianos en París 2024.
No hubo otras justas, en la historia del deporte adaptado de Colombia, que fueran como estas. Se hizo costumbre poner el despertador de madrugada para celebrar la lluvia de medallas, que no pararon de llegar ni un solo día y que asombraron a los desentendidos del brillante proceso del deporte paralímpico en el país, que se lleva cocinando desde hace más de una década.
En la frialdad de los números la estadística es arrolladora. Colombia llegó a París 2024 con el objetivo de superar las 24 medallas que había hecho en Tokio 2020 y terminó cosechando 28 preseas. De los casi 30 podios, siete fueron de oro, cifra histórica con la que se superaron también los tres títulos que se habían hecho en tierras japonesas y que eran el máximo hito del deporte paralímpico colombiano en la historia. Las otras medallas fueron siete de plata y 14 de bronce. Tan bueno fue el registro que, obviamente, la delegación nacional alcanzó su mejor ubicación en el medallero final, que dominó China con la impresionante cifra de 94 oros (45 más que el segundo, Reino Unido), entrando al top-20 por encima de países como Bélgica, Corea del Sur, Cuba y México, entre otras potencias deportivas.
Las historias de los “ImPARAbles”, el lema del Comité Paralímpico Colombiano, llegaron a millones de aficionados del deporte en el país, que se maravillaron con los dos oros de Karen Palomeque, la princesa del paratletismo nacional que pasó a ser reina con sus dos marcas paralímpicas y mundiales. También reconocieron una vez más a José Gregorio Lemos, multimedallista que volvió a colgarse el oro con su propio récord mundial, o a Mauricio Valencia, que también se subió de nuevo a lo más alto del podio y agrandó su leyenda.
Nuevos nombres, como el de Palomeque, quedaron inscritos con letras doradas en la historia: John Obando, Erica Castaño, y los hermanos Edilson Chica y Leidy Chica, primeros parabochistas en ganar para Colombia un oro paralímpico. Y sería imposible dejar de lado, aunque esta vez no sumaron ninguna dorada, a Carlos Daniel Serrano y a Nelson Crispín, quienes con 11 y 10 medallas, respectivamente, se consolidaron en lo más alto de la lista de los atletas más laureados en la historia colombiana de los Juegos Paralímpicos.
En el renglón de bronce, no habría que olvidar los nombres que también se colgaron medalla (Juan Campas, Darian Faisury Jiménez, Xiomara Saldarriaga, Diego Meneses, Buinder Bermúdez, Paula Ossa, Juan Betancourt y Fabio Torres), ni tampoco a los más de 40 deportistas que ganaron diploma y que se van de París 2024, junto a toda la delegación nacional, haciendo historia.
La atención, después de los festejos por los indiscutibles resultados, debe enfocarse hacia una serie de aspectos. El primero, que la comparación entre los deportistas olímpicos y los paralímpicos no tiene cabida. Son dos universos diferentes. Desde el Comité Olímpico, antes del inicio de París 2024, se dudaba de que se pudieran superar las cinco medallas, y se terminaron consiguiendo tres. En entrevista con El Espectador, antes de que la llama se prendiera para los Juegos Paralímpicos, Julio César Ávila, máximo dirigente nacional paralímpico, dijo que Colombia le apostaba a 28 o 29 medallas. ¡Cumplió! Las expectativas no eran las mismas, porque mientras en un lado hay un proceso de renovación, en el otro el crecimiento ha sido exponencial. En Beijing 2008 y Londres 2012, se hicieron dos medallas; en Río 2016 se consiguieron 17; en Tokio 2020 fueron 24, y en París 2024 el nuevo techo se puso en 28.
El paralimpismo colombiano, en un segundo punto, debe apuntarle a un recambio. ¿Cómo mantener ese crecimiento? Varios de los medallistas, como Obando o Palomeque, los principales ejemplos, son deportistas jóvenes que apenas irrumpen. ¡Hay futuro! Otros, como Lemos, Serrano, Valencia, Castaño o Crispín, llevan varios ciclos paralímpicos haciendo historia. Es necesario que los que llegaron, se mantengan. Y que aparezcan otros talentos, para lo que se necesita inversión.
Desde hace años, el presupuesto en Colombia para el deporte ha crecido. Ese es el tercer punto, la necesidad de seguir apostando al aumento de los recursos. Antes, la profesionalización de los deportistas colombianos, olímpicos o paralímpicos, era una quimera. Los sueños dejaron de ser imposibles en las últimas décadas, cuando el apoyo a los atletas se hizo real. Y con la inversión, llegaron los resultados. Los Juegos Paralímpicos de París 2024 son la mejor prueba: la inyección económica debe crecer, no recortarse.
Llamó la atención, por estas semanas, que, mientras las buenas noticias no paraban de llegar desde Francia, el Ministerio del Deporte, una de las carteras con más baja ejecución del Gobierno de Gustavo Petro, anunció un drástico recorte de su presupuesto, prácticamente del 69 %. Para 2024, el monto asignado fue de $1,3 billones, mientras que para el año entrante será de $460 mil millones. Las alertas están prendidas.
Por ahora, Colombia se despide de París 2024 con aire en la camiseta y con la satisfacción del deber cumplido. Desde ya se piensa en el siguiente ciclo, el de Los Ángeles 2028. Hasta entonces no volverá a prenderse la llama, la que se apagó este domingo en una noche inolvidable. La Ciudad de la Luz vuelve a dormir tranquila, tras semanas de carnaval deportivo. Aunque muchos dudaban, Francia les cumplió a los Juegos Olímpicos y también a los Paralímpicos.
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