Gran Premio de Barranquilla, una fórmula imposible
Jaime Pumarejo, alcalde de la ciudad, dijo el pasado fin de semana que quiere llevar la Fórmula 1 a la Arenosa. Iván Duque anunció su apoyo al proyecto. ¿Qué hay detrás de la organización de un evento de tanta magnitud y cuánto vale?
Fernando Camilo Garzón
En 1982, Belisario Betancur renunció a la organización del Mundial de 1986, explicando que Colombia no tenía recursos suficientes porque tenía gastos e inversiones más importantes que una Copa Mundial de Fútbol. Hoy, 40 años después, se ha vuelto una obsesión demagógica prometer macroeventos deportivos, más allá de la imposibilidad de realizarlos.
Durante los cuatro años de su gobierno, Iván Duque ha propuesto, sin éxito, traer el Mundial de Fútbol masculino de 2030, el femenino de 2023 y la Copa América masculina de 2021. Y aunque, a través del Ministerio del Deporte, el presidente ha ganado la sede de importantes eventos, como los Juegos Panamericanos de Barranquilla en 2027 y el Mundial de Atletismo Sub 20 en Cali, los Juegos Bolivarianos en Valledupar y la Copa América femenina en 2022, la idea de organizar una carrera de F-1, el tercer evento más costoso del mundo -después del Mundial de la FIFA y los Juegos Olímpicos-, se ve como una propuesta imposible.
Mire: ¿F1 en Barranquilla? Las otras ideas deportivas gigantes que no cumplió Duque
Por un lado, el costo del contrato por 10 años con la empresa Liberty Media sería de casi $4 billones. Es decir, el presupuesto de Barranquilla en 2022. Eso sin contar que, por el otro lado, la Arenosa no cuenta con un autódromo o la infraestructura suficiente para garantizar un circuito urbano que cumpla con todas la exigencias de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), razón por la cual la capital del Atlántico tendría que entrar en un proceso de construcción de una pista adecuada que involucraría otro gasto cercano a los $2 billones.
Unos números que Colombia no está en posición de soportar. Hace unos años, Mar del Plata también se ilusionó con llevar de nuevo la Fórmula 1 a Argentina. Sin embargo, los costos de la gran carpa eran demasiado para el Estado argentino. Lo mismo les pasó a los Grandes Premios de países como Alemania y Corea, que tuvieron que cancelar su cupo en el calendario por los presupuestos desbordados
Más: ¿Adiós al Tour? Egan Bernal tendría fractura en la rótula y el fémur
¿Cómo Colombia, que sigue buscando recursos para volver a realizar el Tour Colombia, una competencia que cuesta $10 mil millones anuales, podría organizar un evento de más de $4 billones?
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Durante los cuatro años de su gobierno, Iván Duque ha propuesto, sin éxito, traer el Mundial de Fútbol masculino de 2030, el femenino de 2023 y la Copa América masculina de 2021. Y aunque, a través del Ministerio del Deporte, el presidente ha ganado la sede de importantes eventos, como los Juegos Panamericanos de Barranquilla en 2027 y el Mundial de Atletismo Sub 20 en Cali, los Juegos Bolivarianos en Valledupar y la Copa América femenina en 2022, la idea de organizar una carrera de F-1, el tercer evento más costoso del mundo -después del Mundial de la FIFA y los Juegos Olímpicos-, se ve como una propuesta imposible.
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Por un lado, el costo del contrato por 10 años con la empresa Liberty Media sería de casi $4 billones. Es decir, el presupuesto de Barranquilla en 2022. Eso sin contar que, por el otro lado, la Arenosa no cuenta con un autódromo o la infraestructura suficiente para garantizar un circuito urbano que cumpla con todas la exigencias de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), razón por la cual la capital del Atlántico tendría que entrar en un proceso de construcción de una pista adecuada que involucraría otro gasto cercano a los $2 billones.
Unos números que Colombia no está en posición de soportar. Hace unos años, Mar del Plata también se ilusionó con llevar de nuevo la Fórmula 1 a Argentina. Sin embargo, los costos de la gran carpa eran demasiado para el Estado argentino. Lo mismo les pasó a los Grandes Premios de países como Alemania y Corea, que tuvieron que cancelar su cupo en el calendario por los presupuestos desbordados
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