Alisson Cardozo: una bogotana que lucha por su sueño olímpico
La luchadora compite en la categoría de 50 kilogramos y consiguió un cupo para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Valentina Fajardo
Una mezcla entre nostalgia y alegría, eso fue lo que sintió Alisson Cardozo cuando logró el objetivo por el que había trabajado casi 13 años. Al fin y al cabo, no todos los días se clasifica para unos Juegos Olímpicos.
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Una mezcla entre nostalgia y alegría, eso fue lo que sintió Alisson Cardozo cuando logró el objetivo por el que había trabajado casi 13 años. Al fin y al cabo, no todos los días se clasifica para unos Juegos Olímpicos.
Tras llegar a la final del Clasificatorio Panamericano de Lucha en Acapulco, México, en la categoría de 50 kilogramos, la bogotana se convirtió en la atleta colombiana número 37 en alcanzar un tiquete para las justas de París 2024.
El camino de Alisson en la lucha libre empezó por una invitación que en principio rechazó. “Una vez invitaron a quien fue mi primer entrenador a mi colegio, alentó a todo el mundo para que se inscribiera y participara. Todos mis compañeros lo hicieron menos yo”, relata.
La principal razón por la que lo rechazó fue porque la lucha le parecía un “deporte de hombres” y no era algo para ella. Sin embargo, cuando sus amigos volvieron y le comentaron la gran experiencia que habían tenido, Alisson optó por darle una oportunidad.
“Me dieron muchísimas ganas de ir y meterme en ese mundo. Han pasado casi 15 años y no me pude salir”, confiesa.
En sus primeras etapas su mamá le pidió que dejara la lucha, especialmente por los golpes que le dejaban las sesiones de entrenamiento. Le sugirió otros deportes: fútbol, tenis o baloncesto, pero no. Alisson estaba decidida a continuar con la disciplina que la cautivó.
“Inicialmente, no le gustaba mucho, porque tengo una enfermedad en los huesos y cuando me golpeaban quedaba con muchos morados e incluso a veces coja. Pero no, a mí me gustaba la lucha y me enamoré”, cuenta la bogotana, criada en el barrio Guacamayas, de la localidad de San Cristóbal.
La enfermedad a la que se refiere Alisson es la osteocondromatosis múltiple, un trastorno que desarrolla tumores hechos de huesos y cartílago en las articulaciones. Sin embargo, eso no fue un impedimento para ella, incluso la lucha la ha ayudado a afrontar esta situación.
“Antes de practicar algún deporte para mí era superdifícil arrodillarme y sentía muchísimos dolores. Cuando empecé a correr en el colegio, y a medida que fui entrenando, algunos cesaron, pero había muchas temporadas de dolor”, cuenta Alisson. “Aprendí a saber cuáles trabajos puedo hacer y cuáles no, pero esto nunca ha sido un limitante para dejar de entrenar”.
Bogotana a morir
Desde niña Alisson ha tenido a Bogotá tatuada en su corazón. Más allá de ser la ciudad en la que nació, es el lugar que la vio formarse como deportista. No solo sus inicios fueron en el Club Olimpus, sino que también ha sido patrocinada por el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD).
“Amo mi Bogotá, y debajo de la camiseta de Colombia siempre voy a tener la de Bogotá. Saber que soy la séptima clasificada a los Juegos Olímpicos representando a la ciudad me hace demasiado feliz. Siento que estoy retribuyendo algo de todo lo que me han dado a lo largo de todos estos años y me siento muy orgullosa de representar a mi capital”, dice.
Al mirar atrás y ver todo lo que ha logrado, incluyendo una medalla de bronce en los Juegos Centroamericanos de San Salvador 2023, tiene una larga lista de personas a las que debe agradecer. No solo por ser parte de su proceso, sino por haber confiado en ella e incluso en los momentos más duros nunca haber perdido la fe.
“Primeramente, quisiera agradecer a Dios, no solo por esta oportunidad de ganarme un cupo olímpico, sino por permitirme día a día trabajar por ese sueño. A mi madre, Silvia Rey, que es quien me ha apoyado desde un inicio y cuando he querido salirme de todo esto es la que me da aliento para continuar”.
También hace una mención especial a sus entrenadores, Jhon Darío Vargas, Wilder Guerra, Orlando Hernández, Eduardo Gracia y Andrés Taborda; los directivos de la Liga de Bogotá y de la Federación Colombiana de Lucha.
El camino a París 2024
A la fecha, de los 16 cupos que hay para lucha en la categoría de 50 kilogramos en la rama femenina, solamente se han clasificado siete, incluyendo a Alisson. No obstante, aún están pendientes los campeonatos clasificatorios para Europa y Asia, y “ahí se conocerán los otros rivales”, asegura la bogotana.
“Siento que actualmente las más duras están en Japón y China. Tuve la oportunidad de luchar con ellas en el Mundial y no me fue muy bien. Pero ya conociéndolas sé cómo me puedo preparar, y esa puede ser una ventaja”.
Alisson Cardozo es una luchadora que ha hecho realidad la mitad de su sueño. Ahora viene la parte más dura: colgarse una medalla olímpica y dejar su huella en el deporte colombiano.
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