Julio César Ávila: El deporte como herramienta de inclusión
La historia del deportista que se volvió directivo y como directivo apoyó a los deportistas. El presidente del Comité Paralímpico Colombiano.
Edwin Bohórquez Aya
“Yo soy administrador de empresas de la Universidad del Valle. Como en el 2002 empecé a practicar deporte, hice paracycling, unos meses atrás había adquirido la discapacidad y cuando estaba terminando la carrera salió la oportunidad de entrar como dirigente a la Liga Vallecaucana de Deportes para Limitados Visuales. Arrancó el proceso. He pasado por toda la estructura del sistema nacional del deporte: tesorero de un club, fui vicepresidente de una liga, luego asumí la presidencia, pasé a la vicepresidencia de la fundación, entré como vicepresidente al Comité, en el 2015 asumí la presidencia del Comité hasta la fecha y en el 2019 recibí la presidencia del Comité Paralímpico de las Américas”.
María Camila Osorio y el año de su consolidación
Julio César Ávila sabe como pocos el significado de la palabra empatía, eso de ponerse en el lugar de los demás, en los zapatos de los demás. Fue el síndrome de Marfan el que le hizo perder la vista, pero si se trata de visión, él es el que mejor ha sabido llevar las riendas del Comité Paralímpico Colombiano con resultados evidentes. Ser atleta, vivir las inconformidades del deportista, ese fue uno de los motivos “por los cuales me metí a la dirigencia. Me he formado como dirigente, he identificado las necesidades de los deportistas, sus sueños, sus metas y lo que necesitamos para llegar al alto rendimiento. Es el sueño de muchos, pero son pocos los que llegan y por ellos estoy trabajando”, asegura.
Dicen en las clases de Administración y de maestría de Dirección de Empresas que los números son la luz, que nos hablan a veces más de lo que quisiéramos. Con esa lógica sobre la mesa, es preciso recordar que los Juegos Paralímpicos de Tokio fueron los mejores de toda nuestra historia deportiva. Y con Julio César a la cabeza, fueron 24 medallas las que el grupo de deportistas colombianos consiguió y con ellas superó lo que se había logrado en Río 2016, cuando el número llegó a 17. En Japón, además, se alcanzó la máxima distinción en tres oportunidades, la anhelada medalla de oro, superando también el récord alcanzado en Brasil, con dos. Y es que se trató del resultado de un proceso juicioso, con disciplina y, por supuesto, con recursos. En total se alcanzaron tres oros, siete platas y 14 bronces para escribir historia en Tokio gracias a nuestros deportistas paralímpicos.
Nelson Crispín: Se alcanza la gloria cuando se vence el miedo
Como padre de tres hijos —una adolescente de 16 años y unos gemelos de cuatro años—, entiende el valor de llevar el timón del barco y de la responsabilidad que eso trae para con los demás. Son su motivación, su base, su apoyo, son el resultado de que a pesar de los obstáculos, con mucho sacrificio todo se puede lograr desde que nos lo pongamos como propósito. Por eso como presidente del Comité Paralímpico Colombiano quiere seguir trabajando para dar garantías a la población con discapacidad, pues quiere que las oportunidades sean visibles para todos. “Por ahí empezó mi camino y eso es lo que trato de hacer cada día”, dice.
“Hay que resaltar que esto es un proceso de más de 20 años del deporte paralímpico, desde el 2000, cuando se inició la posición del Comité Paralímpico Colombiano, sobre ello se ha trabajado y hoy se están recogiendo esos frutos. Nuestro presidente, ya en un segundo período, ha estado muy comprometido trabajando, gestionando y ayudando a que se den las condiciones para que el alto rendimiento pueda llegar a materializar esos logros y se está dando de la mejor manera. Con el respaldo institucional del Ministerio del Deporte, antes Coldeportes, se nos ha permitido obtener resultados sobre todo en un programa que se llama Deportista Excelencia, que es el que garantiza la continuidad mes a mes con un incentivo económico para que cada uno de nosotros como deportistas nos dediquemos a lo que tenemos que hacer y eso es entrenar y focalizar nuestro desarrollo en el rendimiento deportivo”, nos decía Moisés Fuentes, nadador y medallista paralímpico.
Y Carlos Serrano, el nadador santandereano que ganó la medalla de oro en la prueba de los 100 metros de pecho, categoría S7, también hace un buen balance: “Se ha visto el trabajo, la compañía que estamos teniendo los deportistas paralímpicos, estamos creciendo juntos con el Comité, se han visto los resultados, las medallerías, queda seguir trabajando para seguir mejorando, pero vamos por buen camino”. La brújula, ahora, apunta a París. Ya hay atletas consolidados, otros que están en proceso y aparece el tercer grupo de los que vienen pidiendo pista. “Esa unión es el reto, los tres grupos. Los recursos deben dar la garantía de que con esos tres grupos de para atletas tenemos posibilidad”, dice Julio. También hay que identificar nuevos deportes que le traigan alegría al país y por eso ya están trabajando en “paratenis de mesa y parabadmin”, apunta.
La vida que el agua le devolvió a Moisés Fuentes
Y sobre el Team Colombia, que es un programa donde el Comité Olímpico y el Comité Paralímpico van a tener unos recursos para garantizarles a los deportistas su proceso de desarrollo, también hay tareas por cumplir: “Al ministro se le acaba su período en agosto. El reto está en poder sostener el programa hasta París. Así se llame Team Colombia, nosotros hoy tenemos más para atletas que el team olímpico, o sea que el reto es poder sostener el programa, la verdad”.
Julio sabe que el deporte es una herramienta de inclusión que nos ayudará a construir un país distinto. Lo transmite en cada palabra que dice. Lo evidencia también desde la presidencia del Comité Paralímpico de las Américas, porque ya traspasó fronteras y desde allí está construyendo el camino para todos los para atletas de los demás países de la región. “Yo quiero mostrar que Colombia no solo es narcotráfico, guerrilla, violencia, café o reguetón; quiero mostrar que tenemos deporte, deporte paralímpico, que somos personas con discapacidad que estamos ayudando a construir esa Colombia que más de un colombiano nos soñamos tener algún día”.
“Yo soy administrador de empresas de la Universidad del Valle. Como en el 2002 empecé a practicar deporte, hice paracycling, unos meses atrás había adquirido la discapacidad y cuando estaba terminando la carrera salió la oportunidad de entrar como dirigente a la Liga Vallecaucana de Deportes para Limitados Visuales. Arrancó el proceso. He pasado por toda la estructura del sistema nacional del deporte: tesorero de un club, fui vicepresidente de una liga, luego asumí la presidencia, pasé a la vicepresidencia de la fundación, entré como vicepresidente al Comité, en el 2015 asumí la presidencia del Comité hasta la fecha y en el 2019 recibí la presidencia del Comité Paralímpico de las Américas”.
María Camila Osorio y el año de su consolidación
Julio César Ávila sabe como pocos el significado de la palabra empatía, eso de ponerse en el lugar de los demás, en los zapatos de los demás. Fue el síndrome de Marfan el que le hizo perder la vista, pero si se trata de visión, él es el que mejor ha sabido llevar las riendas del Comité Paralímpico Colombiano con resultados evidentes. Ser atleta, vivir las inconformidades del deportista, ese fue uno de los motivos “por los cuales me metí a la dirigencia. Me he formado como dirigente, he identificado las necesidades de los deportistas, sus sueños, sus metas y lo que necesitamos para llegar al alto rendimiento. Es el sueño de muchos, pero son pocos los que llegan y por ellos estoy trabajando”, asegura.
Dicen en las clases de Administración y de maestría de Dirección de Empresas que los números son la luz, que nos hablan a veces más de lo que quisiéramos. Con esa lógica sobre la mesa, es preciso recordar que los Juegos Paralímpicos de Tokio fueron los mejores de toda nuestra historia deportiva. Y con Julio César a la cabeza, fueron 24 medallas las que el grupo de deportistas colombianos consiguió y con ellas superó lo que se había logrado en Río 2016, cuando el número llegó a 17. En Japón, además, se alcanzó la máxima distinción en tres oportunidades, la anhelada medalla de oro, superando también el récord alcanzado en Brasil, con dos. Y es que se trató del resultado de un proceso juicioso, con disciplina y, por supuesto, con recursos. En total se alcanzaron tres oros, siete platas y 14 bronces para escribir historia en Tokio gracias a nuestros deportistas paralímpicos.
Nelson Crispín: Se alcanza la gloria cuando se vence el miedo
Como padre de tres hijos —una adolescente de 16 años y unos gemelos de cuatro años—, entiende el valor de llevar el timón del barco y de la responsabilidad que eso trae para con los demás. Son su motivación, su base, su apoyo, son el resultado de que a pesar de los obstáculos, con mucho sacrificio todo se puede lograr desde que nos lo pongamos como propósito. Por eso como presidente del Comité Paralímpico Colombiano quiere seguir trabajando para dar garantías a la población con discapacidad, pues quiere que las oportunidades sean visibles para todos. “Por ahí empezó mi camino y eso es lo que trato de hacer cada día”, dice.
“Hay que resaltar que esto es un proceso de más de 20 años del deporte paralímpico, desde el 2000, cuando se inició la posición del Comité Paralímpico Colombiano, sobre ello se ha trabajado y hoy se están recogiendo esos frutos. Nuestro presidente, ya en un segundo período, ha estado muy comprometido trabajando, gestionando y ayudando a que se den las condiciones para que el alto rendimiento pueda llegar a materializar esos logros y se está dando de la mejor manera. Con el respaldo institucional del Ministerio del Deporte, antes Coldeportes, se nos ha permitido obtener resultados sobre todo en un programa que se llama Deportista Excelencia, que es el que garantiza la continuidad mes a mes con un incentivo económico para que cada uno de nosotros como deportistas nos dediquemos a lo que tenemos que hacer y eso es entrenar y focalizar nuestro desarrollo en el rendimiento deportivo”, nos decía Moisés Fuentes, nadador y medallista paralímpico.
Y Carlos Serrano, el nadador santandereano que ganó la medalla de oro en la prueba de los 100 metros de pecho, categoría S7, también hace un buen balance: “Se ha visto el trabajo, la compañía que estamos teniendo los deportistas paralímpicos, estamos creciendo juntos con el Comité, se han visto los resultados, las medallerías, queda seguir trabajando para seguir mejorando, pero vamos por buen camino”. La brújula, ahora, apunta a París. Ya hay atletas consolidados, otros que están en proceso y aparece el tercer grupo de los que vienen pidiendo pista. “Esa unión es el reto, los tres grupos. Los recursos deben dar la garantía de que con esos tres grupos de para atletas tenemos posibilidad”, dice Julio. También hay que identificar nuevos deportes que le traigan alegría al país y por eso ya están trabajando en “paratenis de mesa y parabadmin”, apunta.
La vida que el agua le devolvió a Moisés Fuentes
Y sobre el Team Colombia, que es un programa donde el Comité Olímpico y el Comité Paralímpico van a tener unos recursos para garantizarles a los deportistas su proceso de desarrollo, también hay tareas por cumplir: “Al ministro se le acaba su período en agosto. El reto está en poder sostener el programa hasta París. Así se llame Team Colombia, nosotros hoy tenemos más para atletas que el team olímpico, o sea que el reto es poder sostener el programa, la verdad”.
Julio sabe que el deporte es una herramienta de inclusión que nos ayudará a construir un país distinto. Lo transmite en cada palabra que dice. Lo evidencia también desde la presidencia del Comité Paralímpico de las Américas, porque ya traspasó fronteras y desde allí está construyendo el camino para todos los para atletas de los demás países de la región. “Yo quiero mostrar que Colombia no solo es narcotráfico, guerrilla, violencia, café o reguetón; quiero mostrar que tenemos deporte, deporte paralímpico, que somos personas con discapacidad que estamos ayudando a construir esa Colombia que más de un colombiano nos soñamos tener algún día”.