Ya es costumbre que Kevin Durant le dé un vuelco al mercado de la NBA. Seguramente es por su condición de estrella, por su calidad innegable y porque el equipo que lo tiene en sus filas de inmediato se vuelve candidato a ganar el anillo. Pero, además, KD suele revolucionar la liga norteamericana de baloncesto porque sus cambios de equipo suelen ser mediáticos. Son grandes novelas, un tire y afloje que siempre se rinde a la voluntad del oriundo de Washington. Le pasó en Oklahoma, cuando se fue a San Francisco. Y también cuando dejó la...
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