Video: Klay Thompson y un regreso soñado a la NBA, tras casi tres años de ausencia

Pasaron 941 días para que Klay Thompson volviera a jugar en la NBA. Dos años y siete meses para que la estrella de Golden State Warriors pudiera superar el martirio de las lesiones en una noche esplendida que quedará grabada en la historia de la liga norteamericana de baloncesto.

Mire: 941 días después de su lesión, Klay Thompson volverá a jugar en la NBA

En el resultado del partido los Warriors les ganaron a los Cavaliers de Cleveland por 86 a 82, aunque esta vez el resultado fue anecdótico porque todos los ojos estaban puestos en Thompson.

Desde el principio, en la salida de los equipos, las emociones estaban a flor de piel. El Chase Center se engalanó para recibir a una de las máximas estrellas de su historia, en una presentación que tocó las fibras de los amantes del baloncesto.

Era solo la entrada a lo que sería un partido para la historia. Primera posesión de Golden State, la pelota va a las manos de Thompson. Y él, que después del partido confesó que nunca había estado tan nervioso, tomó la bola, penetró sin miramientos en la pintura y puso los dos primeros puntos de su equipo. El estadio que se caía y él que se veía tan sereno, como siempre.

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Los Warriors dominaron el partido de comienzo a fin. Con un Curry en un día normal — terminó el juego con un saldo de 28 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias — Steve Kerr optó por llevar a Thompson con cautela. Jugó pocos minutos, pero cuando entró, la otra mitad de los Splash Brothers hizo lo que quiso. Para la muestra un botón: segundo cuarto, el angelino toma la pelota, penetra y hace una volvada inverosímil. Y es para tener en cuenta que las lesiones que lo dejaron marginado durante casi 1000 días fueron una rotura de ligamentos cruzados y otra de talón de Aquiles. Pero, él como si nada.

El estadio se caía cada vez que Thompson se movía. Pero, además, con la noche de escándalo que protagonizó la estrella de los Warriors la afición tuvo muchas cosas para festejar: triples, asistencias, tapones y energía a tope.

Si Thompson llegó con este nivel, los Warriors pueden emocionarse para la postemporada. Desde que Thompson se lesionó en 2019, el equipo nunca pudo retomar sus fueros y volver a ganar el título. No obstante, ¿ahora llegó la pieza que les faltaba?

Con lo que demostró esta noche, Klay Thompson dejó en claro que tiene hambre de gloria.

Un hombre que sufrió la peor ausencia que le podía tocar, la de la pelota naranja, el no tenerla en sus manos, y ahora quiere tomar revancha del tiempo perdido.

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En definitiva, un partido para la historia que marcó el regreso de uno de los mejores tiradores y defensores de todos los tiempos en la NBA.

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En el resultado del partido los Warriors les ganaron a los Cavaliers de Cleveland por 86 a 82, aunque esta vez el resultado fue anecdótico porque todos los ojos estaban puestos en Thompson.

Desde el principio, en la salida de los equipos, las emociones estaban a flor de piel. El Chase Center se engalanó para recibir a una de las máximas estrellas de su historia, en una presentación que tocó las fibras de los amantes del baloncesto.

Era solo la entrada a lo que sería un partido para la historia. Primera posesión de Golden State, la pelota va a las manos de Thompson. Y él, que después del partido confesó que nunca había estado tan nervioso, tomó la bola, penetró sin miramientos en la pintura y puso los dos primeros puntos de su equipo. El estadio que se caía y él que se veía tan sereno, como siempre.

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El estadio se caía cada vez que Thompson se movía. Pero, además, con la noche de escándalo que protagonizó la estrella de los Warriors la afición tuvo muchas cosas para festejar: triples, asistencias, tapones y energía a tope.

Si Thompson llegó con este nivel, los Warriors pueden emocionarse para la postemporada. Desde que Thompson se lesionó en 2019, el equipo nunca pudo retomar sus fueros y volver a ganar el título. No obstante, ¿ahora llegó la pieza que les faltaba?

Con lo que demostró esta noche, Klay Thompson dejó en claro que tiene hambre de gloria.

Un hombre que sufrió la peor ausencia que le podía tocar, la de la pelota naranja, el no tenerla en sus manos, y ahora quiere tomar revancha del tiempo perdido.

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