La doble vida de los campeones mundiales de rugby subacuático
Las selecciones de Colombia, en ambas ramas, se adjudicaron la semana pasada los títulos orbitales de esa disciplina. Sus integrantes son ejemplos de pasión, perseverancia y amor por el deporte.
Valentina Fajardo
“Después del Mundial yo ya me podría retirar, pero no pienso salirme de las piscinas y vamos a ver quién me saca de ahí”, bromea Liliana Díaz, capitana de la selección colombiana femenina de rugby subacuático. La paisa de 42 años alcanzó la gloria el pasado 17 de julio, cuando logró saldar una cuenta que tenía pendiente y junto al equipo nacional se adjudicó el título mundial de esa especialidad en Montreal (Canadá).
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
“Después del Mundial yo ya me podría retirar, pero no pienso salirme de las piscinas y vamos a ver quién me saca de ahí”, bromea Liliana Díaz, capitana de la selección colombiana femenina de rugby subacuático. La paisa de 42 años alcanzó la gloria el pasado 17 de julio, cuando logró saldar una cuenta que tenía pendiente y junto al equipo nacional se adjudicó el título mundial de esa especialidad en Montreal (Canadá).
Lea también: Luis Fernando Suárez dejó de ser el técnico de la selección de Costa Rica
Tras dejar la natación, empezó en el rugby subacuático en 1997 y desde ese momento soñaba con levantar el trofeo en un mundial. Hace cuatro años hizo parte de la selección que estuvo a un juego de disputar la final. “En la edición pasada en Austria, estuvimos muy cerca de superar la semifinal y nos quedó esa deuda pendiente. Lo curioso es que esa vez nos eliminó Noruega y este año les ganamos en la final”.
Junto a Liliana, Claudia Saldarriaga es otra de las más experimentadas del grupo, pues ya ha jugado seis mundiales. No solo hay veteranía, sino también proyección. La selección cuenta con seis jóvenes promesas y una de ellas es Margarita García, quien jugaba por primera vez un mundial de mayores y fue una figura clave.
Este año el Ministerio del Deporte la apostó fuertemente al rugby subacuático y aportó dinero para la selección. “El Ministerio nos ayudó con dinero para el hospedaje, la alimentación, la inscripción y los uniformes. Nosotros solo tuvimos que pagar los tiquetes, pero igualmente fue algo histórico”, comenta Liliana.
No obstante, ella no puede darse el lujo de vivir solo del rugby, así que también ejerce otra profesión fuera de las piscinas: trabaja de psicóloga en la línea de emergencias de Medellín 123. Mediante la psicología, fomenta el deporte como una actividad que trae muchos beneficios para quienes lo practican e incluso impulsa a los niños a entrar en este.
Lea también: Golazo de James Rodríguez en una recochita, ¿qué tal que estuviera en buena forma?
“Nosotros tratamos en Medellín, en conjunto con los otros clubes, de promover mucho que los niños aprendan a nadar. Además, que descubran el mundo subacuático, ya que es muy atractivo para ellos sumergirse, hacer juegos debajo del agua. A mí me parece que es un deporte muy chévere y necesitamos darle más visibilidad”.
Aunque a la capitana de la selección le encantaría participar en el Mundial de 2027, por ahora está enfocada en el Mundial de Clubes en Berlín (Alemania), en noviembre de este año. Orcas, equipo al que pertenece, busca repetir el título que no ha logrado desde 2010. En la última edición, la de 2022, quedó de segundo.
Un ingeniero en la piscina
Pareciera que Medellín es la fábrica de jugadores bajo el agua. Daniel Arias, miembro del equipo masculino, también tuvo la oportunidad de ir en nombre del país a Canadá. “Para mí es algo muy satisfactorio y no solamente a nivel personal, sino colectivo. Esto es algo que nos llena de orgullo: representar a Colombia y ocupar el primer lugar”.
El ingeniero civil de la Universidad de Antioquia empezó a sumergirse en las piscinas a los 14 años por la influencia de sus primos mayores, lo que lo llevó a enamorarse del rugby subacuático. A igual que Liliana, Arias practicaba natación y no tardó en conocer este deporte, en el que lleva más de 20 años. Pero, por más amor que les tiene a las largas jornadas que este implica, más de una vez ha pensado en dejarlo a un lado. Al ser deportista no pago, Arias también lleva una doble vida para poder rendir no solo en los entrenamientos, sino también con la profesión para la que se formó por más de cuatro años.
“Mi día inicia a las 7:00 a.m., cuando llego a la obra, para salir a las 5:00 p.m. y hacer por lo menos una hora de gimnasio. Después me voy para la piscina y entrenó otras dos horas y llego a la casa a las 10:30 p.m. Ahí me acuesto y sé que al día siguiente tendré que hacer lo mismo; es algo agotador”.
Lea también: Nairo Quintana no correrá la Vuelta a España, pero espera estar en el Mundial
De todas formas, el cansancio tiende a desaparecer cuando se pone su uniforme y se acomoda las gafas para disputar un partido tan importante como lo fue la final del mundial ante la selección de Alemania. En este juego, que Colombia ganó por la mínima diferencia, les arrebataron la oportunidad a los europeos de lograr el primer título de su historia.
“Desde que se creó el rugby subacuático, nunca han ganado el Mundial; entonces tenían mucha hambre de victoria. Empezar perdiendo para ellos fue un golpe muy duro y a nosotros nos tocó apretar, pero ya teníamos la medalla en el bolsillo, no íbamos a dejar que nos quitaran la oportunidad de repetir título”.
Lo que ahora viene para Arias y Orcas, club al que pertenece, es el Mundial de Clubes. El paisa ha participado sin falla desde 2010 y han sido campeones en las últimas tres ediciones: 2018, 2019 y 2022, ya que en 2020 y 2021 no se realizó por culpa de la pandemia.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador