¡La edad es lo de menos! Colombiano de 60 años hizo historia en los Olímpicos
El jinete René López compitió en la prueba hípica junto a su caballo Kheros Van’t Hoogeinde. El Espectador habló con el bogotano, que consiguió una marca inédita a pesar de quedar último en la prueba.
Fernando Camilo Garzón
René López empezó a montar caballos cuando solo tenía cinco años y su papá, un jinete apasionado, lo llevaba todos los fines de semana a que lo acompañara en sus cabalgatas. El primer desfile del que tiene memoria fue en el corcel con el que ganó su primera competencia, el día en el que empezó el trote con el que andaría por décadas.
“Su nombre era Pepa”, dice el jinete. No lo olvida. 55 años después de esa historia, el sexagenario atleta sigue activo y este lunes se convirtió en el deportista más longevo, con 60 años, en representar a Colombia en unos Juegos Olímpicos.
Lo hizo, por supuesto, en el ecuestre, que ahora se conoce como hípica, el deporte que lo ha apasionado toda la vida y al que consagró su carrera. De todos los caballos que tuvo ya no tiene memoria. “Han sido muchísimos, sería imposible recordarlos a todos. Claramente, hay unos que uno recuerda con más cariño”, dice López mientras se lleva la mano a la cabeza para rascársela, como si escudriñando así fuera a encontrar esos los nombres perdidos en la memoria.
Durante la entrevista, tenía puesto el sombrero vueltiado con el que se distingue a toda la delegación colombiana, que este lunes celebró su primera medalla de plata en París 2024 gracias a Ángel Barajas y que no sabía que, al mismo tiempo, otro deportista de su tierra estaba haciendo historia.
La historia de René López, el atleta que hizo historia para Colombia en París 2024
Estos Juegos Olímpicos no fueron los primeros de René López, que ya había participado en Río 2016, pero con otro caballo: Dios. Ese fue de los que le dejaron huella, seres que nunca pudo olvidar y que permaneces intactos en su recuerdo: “Me pasa lo mismo con Kheros Van’t Hoogeinde, el caballo con el que estamos participando en París. Creo que marcará mi vida, como lo han hecho algunos otros”.
El bogotano, no obstante, espera que no sean los últimos y asegura que espera estar en Los Ángeles 2028. “Tengo la fortuna de que, en esta disciplina, la edad es lo de menos. Puedes tener muchos años, pero seguir compitiendo sin problema. Uno puede ir hasta los 65 o los 66 y yo, por ahora, me siento muy bien. Toco madera, porque me gustaría seguir compitiendo”, explicó el jinete, que no tuvo, eso sí, la mejor participación en los Olímpicos de París.
“Yo no quería solo participar, quería venir mejor, a competir. Tenía para hacer una competencia más completa y por eso este resultado me dejó un poco molesto”, dijo sobre la prueba, en la que terminó último, en la casilla 66.
“París 2024, pero yo tengo los caballos para aspirar a volver a los siguientes Olímpicos. Mi cabeza ya está en el próximo campeonato del mundo y en la preparación de los Juegos que vienen”, aseguró López a quien la edad no le parece un freno.
Su postura sobre el futuro de la hípica
Sobre el futuro del deporte ecuestre en los Juegos Olímpicos, en realidad, no hay ninguna certeza. El maltrato animal, que ha sido denunciado en justas pasadas, ha hecho que la lupa del Comité Olímpico Internacional se pose encima de este deporte, que podría ser sacado del calendario.
Para René López, cualquier maltrato a los caballos es un asunto condenable que, no obstante, se ha señalado, según él, en su momento. “A cualquiera que dude del trato que tienen los caballos, que visite las caballerías. Los caballos tienen todo tipo de cuidados, veterinario, preparadores físicos y hasta masajistas. Mi caballo, por ejemplo, está más cuidado que yo”, explica el experimentado deportista.
Para López no caben los malos tratos en este deporte. Lo recrimina porque, al menos de su lado, siempre entendió la relación con el caballo desde un acto de profundo amor: “Es como un matrimonio. No es un caballo, es un amigo. Él sabe cómo me siento y yo sé cómo está él. Es una verdadera amistad y eso es algo importantísimo para el deporte de alto nivel. Jinete que no está conectado con su caballo, simplemente, no puede competir”.
Los caballos, para René López, son su vida. Le recuerdan a su infancia, cuando su papá lo sacaba a trote por los clubes hípicos de Bogotá. De esa herencia tomó su propio camino, que lo llevó hasta estar en dos Juegos Olímpicos y en unos con 60 años de edad. Toda una historia, la del deportista más viejo que ha representado a Colombia en unas justas olímpicas.
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René López empezó a montar caballos cuando solo tenía cinco años y su papá, un jinete apasionado, lo llevaba todos los fines de semana a que lo acompañara en sus cabalgatas. El primer desfile del que tiene memoria fue en el corcel con el que ganó su primera competencia, el día en el que empezó el trote con el que andaría por décadas.
“Su nombre era Pepa”, dice el jinete. No lo olvida. 55 años después de esa historia, el sexagenario atleta sigue activo y este lunes se convirtió en el deportista más longevo, con 60 años, en representar a Colombia en unos Juegos Olímpicos.
Lo hizo, por supuesto, en el ecuestre, que ahora se conoce como hípica, el deporte que lo ha apasionado toda la vida y al que consagró su carrera. De todos los caballos que tuvo ya no tiene memoria. “Han sido muchísimos, sería imposible recordarlos a todos. Claramente, hay unos que uno recuerda con más cariño”, dice López mientras se lleva la mano a la cabeza para rascársela, como si escudriñando así fuera a encontrar esos los nombres perdidos en la memoria.
Durante la entrevista, tenía puesto el sombrero vueltiado con el que se distingue a toda la delegación colombiana, que este lunes celebró su primera medalla de plata en París 2024 gracias a Ángel Barajas y que no sabía que, al mismo tiempo, otro deportista de su tierra estaba haciendo historia.
La historia de René López, el atleta que hizo historia para Colombia en París 2024
Estos Juegos Olímpicos no fueron los primeros de René López, que ya había participado en Río 2016, pero con otro caballo: Dios. Ese fue de los que le dejaron huella, seres que nunca pudo olvidar y que permaneces intactos en su recuerdo: “Me pasa lo mismo con Kheros Van’t Hoogeinde, el caballo con el que estamos participando en París. Creo que marcará mi vida, como lo han hecho algunos otros”.
El bogotano, no obstante, espera que no sean los últimos y asegura que espera estar en Los Ángeles 2028. “Tengo la fortuna de que, en esta disciplina, la edad es lo de menos. Puedes tener muchos años, pero seguir compitiendo sin problema. Uno puede ir hasta los 65 o los 66 y yo, por ahora, me siento muy bien. Toco madera, porque me gustaría seguir compitiendo”, explicó el jinete, que no tuvo, eso sí, la mejor participación en los Olímpicos de París.
“Yo no quería solo participar, quería venir mejor, a competir. Tenía para hacer una competencia más completa y por eso este resultado me dejó un poco molesto”, dijo sobre la prueba, en la que terminó último, en la casilla 66.
“París 2024, pero yo tengo los caballos para aspirar a volver a los siguientes Olímpicos. Mi cabeza ya está en el próximo campeonato del mundo y en la preparación de los Juegos que vienen”, aseguró López a quien la edad no le parece un freno.
Su postura sobre el futuro de la hípica
Sobre el futuro del deporte ecuestre en los Juegos Olímpicos, en realidad, no hay ninguna certeza. El maltrato animal, que ha sido denunciado en justas pasadas, ha hecho que la lupa del Comité Olímpico Internacional se pose encima de este deporte, que podría ser sacado del calendario.
Para René López, cualquier maltrato a los caballos es un asunto condenable que, no obstante, se ha señalado, según él, en su momento. “A cualquiera que dude del trato que tienen los caballos, que visite las caballerías. Los caballos tienen todo tipo de cuidados, veterinario, preparadores físicos y hasta masajistas. Mi caballo, por ejemplo, está más cuidado que yo”, explica el experimentado deportista.
Para López no caben los malos tratos en este deporte. Lo recrimina porque, al menos de su lado, siempre entendió la relación con el caballo desde un acto de profundo amor: “Es como un matrimonio. No es un caballo, es un amigo. Él sabe cómo me siento y yo sé cómo está él. Es una verdadera amistad y eso es algo importantísimo para el deporte de alto nivel. Jinete que no está conectado con su caballo, simplemente, no puede competir”.
Los caballos, para René López, son su vida. Le recuerdan a su infancia, cuando su papá lo sacaba a trote por los clubes hípicos de Bogotá. De esa herencia tomó su propio camino, que lo llevó hasta estar en dos Juegos Olímpicos y en unos con 60 años de edad. Toda una historia, la del deportista más viejo que ha representado a Colombia en unas justas olímpicas.
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