La historia de la gimnasta más vieja del mundo

Manos a las barras paralelas y a deleitar con estéticos movimientos que impresionan por la edad de quien los hace. Ella, Johanna Quaas, demuestra que las limitaciones son mentales y que la actividad física se puede practicar toda la vida, si se tiene disciplina. Su actividad le ayuda a sentirse saludable, además de admirada. (Vea también: Con un video, el Tour de Francia le rinde homenaje al ciclismo colombiano)

Es una alemana que nació el 20 de noviembre de 1925 en Hohenmölsen, Alemania. Está a punto de cumplir 92 años y entró al libro de los Guinness Récords por ser la gimnasta más vieja del mundo. Comenzó a competir a los nueve años de edad y no pudo participar de unos Juegos Olímpicos por la Segunda Guerra Mundial.

En 1948 empezó su carrera como formadora de entrenadores. También dirigió a gimnastas jóvenes y hasta hizo parte del entorno del balonmano. Una existencia dedicada al deporte. Esa que no acaba, gracias a su entrega. (Tour de Francia 2017: el recorrido más extraño de los últimos 34 años)

Y es que Johanna, que en 1963 se casó con el entrenador de gimnasia Gerhard Quass, con quien tiene tres hijas, continúa “siendo muy deportista, incluso más que cuando era una niña”.

“Cuando crecí me convertí en entrenadora y hace 30 años volví a las competiciones internacionales”, dice la aguerrida mujer, la que aún es capaz de hacer increíbles maniobras sin caerse y manteniendo un equilibrio envidiable.

Ella no consume medicamentos, vive sin enfermedades y ante el fenómeno en redes sociales que han constituido sus ejercicios de gimnasia, resalta: “Estoy abrumada y muy feliz, nunca pensé que pudiera lograr algo así, es una experiencia para celebrar”. (“Dirigir la selección Colombia ya no es un sueño, es un objetivo”: Juan Carlos Osorio)

Tiene un grupo de fans en el mundo digital y asegura que el secreto de su salud es comer frutas y verduras cotidianamente. Con una personalidad joven, la gimnasta más vieja del mundo sentencia: “si estás en forma, es más fácil dominar la vida”.

Manos a las barras paralelas y a deleitar con estéticos movimientos que impresionan por la edad de quien los hace. Ella, Johanna Quaas, demuestra que las limitaciones son mentales y que la actividad física se puede practicar toda la vida, si se tiene disciplina. Su actividad le ayuda a sentirse saludable, además de admirada. (Vea también: Con un video, el Tour de Francia le rinde homenaje al ciclismo colombiano)

Es una alemana que nació el 20 de noviembre de 1925 en Hohenmölsen, Alemania. Está a punto de cumplir 92 años y entró al libro de los Guinness Récords por ser la gimnasta más vieja del mundo. Comenzó a competir a los nueve años de edad y no pudo participar de unos Juegos Olímpicos por la Segunda Guerra Mundial.

En 1948 empezó su carrera como formadora de entrenadores. También dirigió a gimnastas jóvenes y hasta hizo parte del entorno del balonmano. Una existencia dedicada al deporte. Esa que no acaba, gracias a su entrega. (Tour de Francia 2017: el recorrido más extraño de los últimos 34 años)

Y es que Johanna, que en 1963 se casó con el entrenador de gimnasia Gerhard Quass, con quien tiene tres hijas, continúa “siendo muy deportista, incluso más que cuando era una niña”.

“Cuando crecí me convertí en entrenadora y hace 30 años volví a las competiciones internacionales”, dice la aguerrida mujer, la que aún es capaz de hacer increíbles maniobras sin caerse y manteniendo un equilibrio envidiable.

Ella no consume medicamentos, vive sin enfermedades y ante el fenómeno en redes sociales que han constituido sus ejercicios de gimnasia, resalta: “Estoy abrumada y muy feliz, nunca pensé que pudiera lograr algo así, es una experiencia para celebrar”. (“Dirigir la selección Colombia ya no es un sueño, es un objetivo”: Juan Carlos Osorio)

Tiene un grupo de fans en el mundo digital y asegura que el secreto de su salud es comer frutas y verduras cotidianamente. Con una personalidad joven, la gimnasta más vieja del mundo sentencia: “si estás en forma, es más fácil dominar la vida”.