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                                                                                                                                ‘La Máquina de jugar ajedrez’: José Raúl Capablanca

                                                                                                                                Hace 136 años nació uno de los más grandes genios del ajedrez, en Cuba, y por eso, año tras año, se celebra el día del ajedrecista en todo el mundo.

                                                                                                                                Juan Diego Forero Vélez

                                                                                                                                El cubano José Raúl Capablanca fue el tercer ajedrecista en proclamarse Campeón del Mundo y conservó el título entre 1921 y 1927.
                                                                                                                                Foto: Pixabay
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Aprendió a jugar ajedrez a los 4 años; antes de saber cómo correr y mucho antes de acostumbrarse a mentir. Cuenta él mismo que aprendió gracias a las muchas tardes que pasó viendo las partidas larguísimas y cansinas de su padre. A los 4 años, según él recuerda, hubo una partida que lo marcó para siempre, una que su padre jugaba con Francisco de Paula Loño y Perez, un político español para el que José María trabajaba. Capablanca, aún pequeño, con la conciencia límpida, acusó a su padre de hacer trampa luego de verlo mover un caballo de forma indebida, y ante las carcajadas burlonas, preso de la ira, retó a su progenitor a una partida para validar su punto, de la cual, salió victorioso.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                No era un secreto para nadie que el joven cubano tenía habilidades únicas, pero a partir de ese momento la vida se tornó un poco más difícil. La genialidad, por sí sola, no le alcanzaba para pagar los costosos estudios en el extranjero con los que tanto soñaba, ni a él ni a su familia, así que se vio forzado a elegir entre el ajedrez y la vida; sin saber que ambas estaban, tan entrelazadas en su interior, que separarse de una significaba perder la otra para siempre.

                                                                                                                                José Raúl Capablanca tuvo que tomar una decisión y tuvo que hacerlo rápido. Decidió irse a estudiar a Estados Unidos patrocinado por Ramón Pelayo de la Torriente, que, embelesado con el talento e ingenio de Capablanca, se ofreció a pagar su educación, para que este le gestionara sus negocios azucareros en Cuba al volver, pero no contó con que el amor de Capablanca por el deporte sería tan fuerte, que lo obligaría a abandonar la Universidad de Columbia dos años después de iniciar la carrera de ingeniería química.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Pero a Capablanca, que llevaba ya varios años derrotando a rivales sin esfuerzo en Nueva York, no le sentó del todo bien el tiránico reinado de Lasker, así que decidió retarlo en más de una ocasión por el título de Campeón del Mundo, hasta que el alemán, aterrado con la terquedad del retador, decidió aceptar, pues en esa época el título se jugaba luego de largas negociaciones entre el campeón y el retador. Tanto mutismo y tanta negativa solo lograron retrasar lo inevitable; el genio cubano derrotó al eterno rey y se coronó en 1921.

                                                                                                                                José Raúl Capablanca fue el tercer ajedrecista en proclamarse Campeón del Mundo; y logró retener su título hasta que Alexander Alekhine lo venció en Buenos Aires, en 1927. El cubano es el segundo jugador que más partidas consecutivas ha ganado en la historia, un total de 63, entre 1916 y 1924, y también es el tercer jugador que más partidas en simultaneas ha jugado, contra un total de 103 oponentes; obteniendo 102 victorias y 1 empate.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El 19 de noviembre, en Cuba, suelen hacerse fiestas, se juegan partidas de ajedrez, se canta, se baila, se come y se pintan murales en su honor. En el mundo, se celebra el día del ajedrecista. Hasta la fecha, José Raúl Capablanca es el único Campeón Mundial de ajedrez nacido en un país latinoamericano.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Hubo un tiempo en mi vida donde estuve muy cerca de pensar que no podría nadie ganarme una partida de ajedrez. Después de eso, fui derrotado, y el juego perdido me transportó de vuelta, del país de los sueños, a la tierra. Es por eso que no considero que nada sea más saludable que una derrota en el momento justo”, dijo José Raúl Capablanca una vez, para demostrar que no solo era un genio del ajedrez, sino uno muy humilde.

                                                                                                                                🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador

                                                                                                                                El cubano José Raúl Capablanca fue el tercer ajedrecista en proclamarse Campeón del Mundo y conservó el título entre 1921 y 1927.
                                                                                                                                Foto: Pixabay
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Aprendió a jugar ajedrez a los 4 años; antes de saber cómo correr y mucho antes de acostumbrarse a mentir. Cuenta él mismo que aprendió gracias a las muchas tardes que pasó viendo las partidas larguísimas y cansinas de su padre. A los 4 años, según él recuerda, hubo una partida que lo marcó para siempre, una que su padre jugaba con Francisco de Paula Loño y Perez, un político español para el que José María trabajaba. Capablanca, aún pequeño, con la conciencia límpida, acusó a su padre de hacer trampa luego de verlo mover un caballo de forma indebida, y ante las carcajadas burlonas, preso de la ira, retó a su progenitor a una partida para validar su punto, de la cual, salió victorioso.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                No era un secreto para nadie que el joven cubano tenía habilidades únicas, pero a partir de ese momento la vida se tornó un poco más difícil. La genialidad, por sí sola, no le alcanzaba para pagar los costosos estudios en el extranjero con los que tanto soñaba, ni a él ni a su familia, así que se vio forzado a elegir entre el ajedrez y la vida; sin saber que ambas estaban, tan entrelazadas en su interior, que separarse de una significaba perder la otra para siempre.

                                                                                                                                José Raúl Capablanca tuvo que tomar una decisión y tuvo que hacerlo rápido. Decidió irse a estudiar a Estados Unidos patrocinado por Ramón Pelayo de la Torriente, que, embelesado con el talento e ingenio de Capablanca, se ofreció a pagar su educación, para que este le gestionara sus negocios azucareros en Cuba al volver, pero no contó con que el amor de Capablanca por el deporte sería tan fuerte, que lo obligaría a abandonar la Universidad de Columbia dos años después de iniciar la carrera de ingeniería química.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Pero a Capablanca, que llevaba ya varios años derrotando a rivales sin esfuerzo en Nueva York, no le sentó del todo bien el tiránico reinado de Lasker, así que decidió retarlo en más de una ocasión por el título de Campeón del Mundo, hasta que el alemán, aterrado con la terquedad del retador, decidió aceptar, pues en esa época el título se jugaba luego de largas negociaciones entre el campeón y el retador. Tanto mutismo y tanta negativa solo lograron retrasar lo inevitable; el genio cubano derrotó al eterno rey y se coronó en 1921.

                                                                                                                                José Raúl Capablanca fue el tercer ajedrecista en proclamarse Campeón del Mundo; y logró retener su título hasta que Alexander Alekhine lo venció en Buenos Aires, en 1927. El cubano es el segundo jugador que más partidas consecutivas ha ganado en la historia, un total de 63, entre 1916 y 1924, y también es el tercer jugador que más partidas en simultaneas ha jugado, contra un total de 103 oponentes; obteniendo 102 victorias y 1 empate.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El 19 de noviembre, en Cuba, suelen hacerse fiestas, se juegan partidas de ajedrez, se canta, se baila, se come y se pintan murales en su honor. En el mundo, se celebra el día del ajedrecista. Hasta la fecha, José Raúl Capablanca es el único Campeón Mundial de ajedrez nacido en un país latinoamericano.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador

                                                                                                                                Por Juan Diego Forero Vélez

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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