La mejor semana de Nicolás Echavarría
El Espectador habló con el golfista paisa sobre las claves detrás de su primer triunfo en el PGA Tour. Su victoria en el Puerto Rico Open lo convirtió en el tercer colombiano en levantar un título en la élite.
Daniel Bello
Fue una semana diferente. Desde que Nicolás Echavarría llegó al PGA Tour, la élite del golf, a finales del año pasado, nunca se sintió tan cómodo en un evento como en el Puerto Rico Open. Aseguró que en los últimos días muchas cosas se alinearon y que gracias a concentrarse en disfrutar, consiguió alzarse con su primera victoria entre los grandes.
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Fue una semana diferente. Desde que Nicolás Echavarría llegó al PGA Tour, la élite del golf, a finales del año pasado, nunca se sintió tan cómodo en un evento como en el Puerto Rico Open. Aseguró que en los últimos días muchas cosas se alinearon y que gracias a concentrarse en disfrutar, consiguió alzarse con su primera victoria entre los grandes.
“La vida va a cambiar, pero quiero que cambie lo menos posible”, reflexiona Nicolás tras el logro obtenido en Río Grande. Sabe que su primer título conlleva una nueva responsabilidad. Ya se quitó la presión de conquistar su primer trofeo, pero eso implica que los retos del futuro serán más intensos. Gracias a eso habrá más invitaciones a torneos grandes y mejores rivales a enfrentar.
Fue un torneo particular para Echavarría. A Puerto Rico llegó el pasado martes, cuando lo normal es que lo haga los domingos. Tuvo menos tiempo y expectativas bajas. A diferencia de otros certámenes, en esta edición no tuvo libro de yardas, por lo que se enfocó más en preparar su estrategia con Fabián Azcárate, su caddy, y simplificar su juego.
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“Mientras más cosas le meta uno a la cabeza, más difícil es, y encontré algo el viernes por la tarde que me sirvió mucho para el fin de semana”, recuerda. Tuvo mejor ritmo en su swing y se concentró en disfrutar. Determinó que jugar por amor le fue más útil que hacerlo a partir de la presión.
Desde luego, la presión siempre está. Ser el líder de una competencia siempre acarrea un peso. Aunque es mejor depender de uno mismo que el error ajeno, ese tipo de circunstancias ponen a prueba los nervios de cualquiera.
Antes de Puerto Rico hubo momentos de duda. “Uno siente que después de fallar cuatro cortes seguidos no va a volver a pasar un corte en el PGA Tour, entonces llegan momentos de pánico”, comentó Nicolás. Su entorno lo acompañó en los momentos más duros y le recordaron que lo más valioso de este proceso es poder vivir de lo que ama: jugar golf.
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Su mayor soporte son sus padres y su abuelo, quien fue el que lo inspiró a convertirse en golfista. También influyen sus preparadores y su psicólogo deportivo Antonio Herrán, quien también jugó este deporte. En una activadad con tantos altos y bajos, fue importante aprender a regular las emociones, sobre todo cuando se atraviesa un momento complicado.
En Puerto Rico, cada tiro fue intenso y lleno de sentimientos que tuvo que controlar. La exteriorización de lo conseguido fue apenas posible en el hoyo 18. Cuando la pelotita entró en el agujero, el júbilo estalló. Nicolás celebró junto a su ídolo Camilo Villegas y se metió al club de colombianos que ganaron algún evento del circuito PGA. Además de los dos golfistas antioqueños previamente citados, el bogotano Sebastián Muñoz también logró llegar a lo más alto en este tipo de eventos.
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Ahora Nicolás Echavarría deberá enfrentarse con los mejores del mundo en eventos de mayor prestigio. “Las metas siempre serán iguales: salir a ganar los torneos y dar lo mejor de mí”, concluyó. El paisa viene de tener su mejor desempeño profesional esta semana en Puerto Rico. Fue una semana con una presión diferente y con mucho amor por lo que hace. Quizás su victoria más grande, fue disfrutar de su pasión como no lo había hecho en meses.
“Un sueño cumplido y otra vez pusimos la bandera colombiana en lo más alto”, fue el mensaje con el que el paisa agradeció el apoyo recibido en esta semana de ensueño.
Su victoria es un halo de esperanza para un deporte cuya práctica es pequeña en el país. El apoyo de las empresas es mínimo, casi inexistentes. Una de sus metas, más allá de su carrera deportiva, es tener un campo de golf en el que todo el mundo pueda jugar sin filtros.
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