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Cuando comenzó 2020 los grandes objetivos del deporte colombiano eran hacer una buena participación en los Juegos Olímpicos de Tokio, arrancar con pie derecho la eliminatoria al Mundial de Fútbol de Catar 2022, pelear el título de la Copa América que organizaría en compañía de Argentina y seguir siendo protagonista en los podios de las tres grandes carreras del ciclismo: Tour de Francia, Vuelta a España y Giro de Italia.
Pero no hubo ni tiempo para empezar a alcanzar esas metas porque llegó la pandemia y el mundo se paralizó. Las actividades deportivas se suspendieron por la emergencia sanitaria y los eventos se cancelaron o aplazaron. Después de muchas consultas y estudios, el Comité Olímpico Internacional determinó que los Juegos de Tokio se corrieran un año, así que comenzarán a mediados de agosto de 2021.
Lo mismo hizo la Confederación Sudamericana de Fútbol con la Copa América, que comenzará el próximo 10 de junio, siempre y cuando se supere la crisis generada por el COVID-19.
Las eliminatorias, que deberían haber arrancado en marzo, finalmente se pusieron en marcha en octubre. Y Colombia, bajo las ordenes del técnico portugués Carlos Queiroz, sumó cuatro puntos en sus primeras dos presentaciones. Le ganó 3-0 a Venezuela en Barranquilla e igualó 2-2 con Chile, en Santiago. Pero un mes después vino la debacle. La tricolor cayó 3-0 ante Uruguay en el Metropolitano y luego fue goleada 6-1 en Quito por Ecuador. Cuatro puntos de doce posibles, con seis goles a favor y once en contra.
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Esos resultados y la falta de empatía entre el entrenador y el grupo de jugadores motivaron la salida de Queiroz, quien después de unas semanas llegó a un acuerdo económico con la Federación Colombiana de Fútbol, pero señaló que a los directivos les había faltado carácter para respaldarlo y no ceder a la presión mediática que se generó en los medios de comunicación y las redes sociales.
Y en el ciclismo la situación no fue mucho mejor. Después de tres meses de paro, en Europa se reacomodó el calendario y se disputaron algunas carreras. Desde el 29 de agosto se corrió el Tour de Francia, al que varios escarabajos llegaron de favoritos al título. De hecho, en la primera semana cinco de ellos estaban en el top diez de la prueba, un hecho sin precedentes. Pero llegó la montaña y mientras los eslovenos Primoz Roglic y Tadeg Pogacar atacaron, los pedalistas criollos acusaron la falta de preparación y kilómetros en las piernas.
Al final, dos etapas ganadas, con Daniel Felipe Martínez y Miguel Ángel López, y el sexto lugar de este último en la general, supieron a poco con respecto a las expectativas que se habían generado.
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En el Giro de Italia y la Vuelta a España, con una representación más reducida y corredores de menor experiencia y jerarquía, no hubo protagonismo.
El año deportivo para Colombia lo salvó Leonardo Páez, el ciclomontañista boyacense que se coronó campeón mundial de Marathon. También fue sobresaliente la actuación de Donovan Solano en el béisbol de las Grandes Ligas y de Daniel Felipe Martínez, quien se quedó con el título del Chriterium del Dauphiné, en Francia.
A Tokio, por la gloria
Para el año que comienza, ojalá con energías y ánimos renovados, el deporte colombiano tendrá las mismas metas.
Para los Juegos Olímpicos de Tokio hasta el momento se han clasificado 31 deportistas. Durante los próximos meses el Comité Olímpico Colombiano prevé que al menos otros cuarenta logren las marcas mínimas o sus respectivos cupos.
En las justas el objetivo sigue siendo superar las actuaciones de Londres 2012 y Río 2016, en las que se consiguieron nueve y ocho preseas, respectivamente. La idea es incrementar esa cifra o mejorar el color de los metales.
Las opciones de medallas no son tan claras. Mariana Pajón, campeona en el bicicrós femenino en Inglaterra y Brasil, se recuperó de una delicada lesión y busca la forma de pelear por su tercer título consecutivo. Con 29 años, la antioqueña es la gran opción de oro de la delegación nacional, sobre todo porque está en duda la participación del equipo de levantamiento de pesas, que seguramente quedará inhabilitado para participar debido a los casos positivos por dopaje que se han presentado en el último año.
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Caterine Ibargüen aspira a cerrar su carrera con un podio olímpico, pero no en salto triple, como los dos anteriores, sino en largo. Cumplirá 37 años el 12 de febrero y más allá de su talento, tiene la motivación y la experiencia para dar la pelea, como lo hizo, incluso lesionada, en el Mundial de Atletismo de Doha 2019.
Los demás deportistas dependerán mucho de su estado físico y el de sus rivales. El velocista Anthony Zambrano tiene con qué llegar a la final de los 400 metros. Lograrlo en una prueba de tanto prestigio sería como una medalla. Y en las disciplinas de combate, como judo, boxeo y taekwondo, será clave también contar con suerte en los sorteos y un buen juzgamiento.
El número de deportistas colombianos será bastante inferior al de las ediciones pasadas, debido a que no se clasificaron deportes de conjunto.
Un año histórico para el fútbol
Si hubo un deporte en Colombia que salió mal librado en 2020 fue el fútbol. Además de los perjuicios económicos que causó la pandemia en el único deporte verdaderamente profesional en Colombia, seguido de lejos por el ciclismo, en el aspecto deportivo y administrativo el balance también fue negativo.
A escala local, la mayoría de los 36 clubes de primera y segunda división están en crisis y afrontan problemas financieros. Y eso se refleja en el plano deportivo, porque ninguno de los que participó en eventos internacionales, Copas Libertadores y Sudamericana, cumplió una buena actuación.
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De hecho, el Cúcuta Deportivo perdió el reconocimiento deportivo y entró en proceso de liquidación. Eso sí, los dirigentes de los clubes hacen lo posible para que su expresidente, José Augusto Cadena, pueda negociar la ficha en Dimayor y no pierda esa plata. Conclusión, que una ciudad y una afición tradicional pierdan, pero que el culpable de la quiebra y los malos manejos salve su capital.
América y Santa Fe, campeón y subcampeón de la Liga, serán los encargados de recuperar el prestigio de nuestros clubes en la fase de grupos de la Libertadores, así como Nacional y Júnior en la ronda previa. En la Sudamericana estarán Tolima, Equidad, Pasto y Cali.
La Liga BetPlay, con pocos refuerzos de peso aunque muchas caras nuevas en los clubes, comenzará el fin de semana del 16 de enero. En esta primera parte del año se definirán la Copa Colombia, así como un descenso y dos ascensos.
Más delicada aún está la situación en la Federación Colombiana de Fútbol. A los malos resultados de la selección mayor se une la incertidumbre en la dirigencia, más preocupada por los escándalos por reventa de boletería, demandas y líos judiciales que por su gestión. Tanto que terminó 2020 con la selección de mayores a la deriva, sin entrenador ni cuerpo técnico, con un plantel dividido y sin liderazgo y varios compromisos importantes a la vuelta de la esquina.
El 25 de marzo Colombia recibirá nada menos que a Brasil, por la quinta fecha de la eliminatoria, y el 30 visitará a Paraguay.
Días antes de la Copa América, a comienzos de junio, jugará contra Perú en Lima y recibirá a Argentina en Barranquilla.
En esos cuatro compromisos tendrá que recomponer el camino y reacomodarse en la tabla para mantener las opciones de ir a Catar 2022. Ahora ocupa la séptima casilla y está a cinco puntos del tercero, Ecuador.
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Si hay ánimo y buen desempeño, la selección tendrá que pelear al título de la Copa América, esa que sin verdaderas razones de peso organizará en compañía de Argentina. Todavía resulta extraño que nos naciones tan lejanas geográficamente compartan sede, más aún en caso de que no se logre la autorización para el ingreso de público a los estadios.
Colombia, más allá de la localía, no es favorita. Y aunque no faltan quienes le exigen títulos a un equipo históricamente de media tabla, lo que sí se puede pedir es protagonismo y una actuación decorosa.
El año no arrancó bien por cuenta del COVID-19, pues el Campeonato Sudamericano Sub 20, que se iba a jugar en nuestro país en febrero, se aplazó al menos para el segundo semestre, al igual que el sub 17 de Ecuador.
Volver a los podios
Para la temporada ciclística 2021 Colombia tendrá algo más de veinte pedalistas en los equipos del World Tour. Después de un año discreto, con pocos triunfos, las acciones de los “escarabajos” han bajado. Sin embargo, tendrán la oportunidad de volver a brillar.
Encabezados por Egan Bernal, Nairo Quintana y Rigoberto Urán, descansaron en Colombia durante el fin de año y se recuperaron de lesiones y operaciones. Hicieron una pretemporada similar a las que están acostumbrados y no como la que improvisaron por la pandemia a mitad de 2020.
Entre las principales novedades está la llegada de Miguel Ángel López al Movistar, la escuadra española en la que estuvo Nairo Quintana durante ocho temporadas. Está claro que llegará para ser líder en una de las grandes carreras y que la escuadra tiene las herramientas y la experiencia para apoyarlo. Dependerá de Supermán aprovechar esa logística y consolidarse en el plantel que dirige Eusebio Unzué.
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Daniel Felipe Martínez pasa del Education First al Ineos, en el que inicialmente tendrá el rol de gregario. De su rendimiento dependerá que le vayan dando libertad y licencia para pelear carreras. En el equipo británico hay expectativa por el regreso de Egan Bernal, quien superó los problemas en la espalda y buscará recuperar su estatus, pues parece haber sido desplazado por el ecuatoriano Richard Carapaz y Tao Geoghegan Hart.
Nairo, en el ocaso de su carrera, le apostará a triunfos en pruebas francesas y lograr la invitación el Tour. Aunque sus mejores años ya pasaron, sigue siendo una de las figuras del pelotón internacional. En cuanto a los velocistas, la gran incógnita es si Fernando Gaviria volverá por sus fueros y si Álvaro Hodeg tiene con qué competir con los mejores en los momentos cruciales.
El nuevo año ilusiona mucho al deporte colombiano, pero el desempeño de nuestras figuras dependerá de la evolución de la pandemia del COVID-19, de la implementación y efectividad de las vacunas y del trabajo conjunto de directivos, patrocinadores y de los mismos atletas para obtener los objetivos trazados.