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Pelear es lo mejor que saben hacer, lo que siempre han hecho. Ahora, sin embargo, es diferente. Los hermanos ucranianos Vitaly y Vladimir Klitschko afrontan el combate más importante de sus vidas. No lo hacen por ellos, sino por Ucrania, su país.
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Excampeones mundiales de los pesos completos del boxeo, ambos colgaron los guantes hace casi dos décadas y se dedicaron a disfrutar de la fortuna que hicieron en los cuadriláteros.
Su popularidad era grande y como héroes nacionales no pudieron eludir propuestas para vincularse a la vida pública. Vitaly se convirtió en alcalde de Kiev en 2014 y afronta hoy la mayor crisis en la historia de la capital ucraniana, sitiada por las tropas rusas desde hace un par de noches, en el conflicto que tiene en vilo al mundo.
Mientras buena parte de los habitantes de la ciudad intentan salir y la mayoría permanecen en refugios subterráneos o escondidos en sus casas y apartamentos, Vitaly, su líder, lamenta la posición del gobierno ruso y advierte: “Vamos a luchar cómo y cuanto sea necesario, en esta guerra sangrienta”, que, según reportes oficiales, deja ya al menos un par de centenares de muertos.
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“No tenemos otra opción”, agregó antes de confirmar que en las últimas horas su prioridad ha sido coordinar con la Policía y el Ejército la defensa de la infraestructura gubernamental y la protección de los ciudadanos.
Vladimir, el hermano menor, se enlistó hace un par de semanas y con uniforme y fusil en mano ha invitado a la comunidad internacional a solidarizarse con su país, a hacer el apoyo más real y no solamente moral.
En una carta abierta le pidió al mundo reaccionar más activamente. “Pueden hacer algo si se movilizan y organizan. Háganse oír. Hagan oír la voz de la democracia. Digan alto y claro que el derecho internacional y la democracia han sido atacados, que la guerra es el mayor de todos los males y que la vida es sagrada. No dejen que el miedo los paralice. Putin dispara contra ciudades ucranianas, pero su objetivo son nuestros corazones y sobre todo nuestra conciencia. Quiere generar duras y confusión y con ello pasividad”.
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Considerados los mejores pesos pesados del siglo XXI, en el que incluso fueron campeones mundiales de manera simultánea en diferentes organizaciones, los hermanos Klitschko afrontan el mayor reto de sus vidas, una pelea para la que no se prepararon, pero que tendrán que ganar a como dé lugar, porque no es por un cinturón ni un trofeo, sino por la libertad y la vida de ellos y sus familias.