La tenacidad de María Angélica Bernal, referente del tenis en silla de ruedas
La bogotana, que está entre las 10 mejores del mundo, tiene en la mira a los Juegos Paralímpicos de París 2024. De concretar su clasificación serían las cuartas justas a las que va en su carrera.
Daniel Bello
La resiliencia, la tenacidad y la ambición son virtudes que todo deportista de alto rendimiento necesita y María Angélica Bernal es un buen ejemplo de ello. En la actualidad es de las mejores del mundo en el tenis en silla de ruedas y aspira a ser parte de los Juegos Paralímpicos de París 2024 y dejar el nombre de Colombia en alto.
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La resiliencia, la tenacidad y la ambición son virtudes que todo deportista de alto rendimiento necesita y María Angélica Bernal es un buen ejemplo de ello. En la actualidad es de las mejores del mundo en el tenis en silla de ruedas y aspira a ser parte de los Juegos Paralímpicos de París 2024 y dejar el nombre de Colombia en alto.
Nació en Bogotá hace 28 años y por una enfermedad llamada focomelia lo hizo sin su pierna derecha. Eso no fue impedimento para practicar tenis desde los seis años. Miguel Ángel Bernal, su padre, le enseñó la técnica y a los 11 años, cuando asistió a una clínica de la ITF (Federación Internacional de Tenis), conoció la modalidad en silla de ruedas.
“No quería sentarme en una silla de ruedas y mis papás tampoco, porque la sociedad en general la vecomo una limitación”, recuerda Bernal, quien tras probarla vio un mundo nuevo de posibilidades. Podía llegar a las bolas, se movía con libertad por la cancha y ya no tenía miedo de caerse.
Al principio solo contó con el apoyo de su familia, en especial el de sus padres Miguel Ángel y Nelly. Luego se fueron sumando patrocinadores como el equipo Colsanitas. “Sin ellos el nivel que estoy ahorita. Y la posibilidad de viajar a torneos no sería posible”.
Gracias a su disciplina, la bogotana se ha mantenido entre las mejores del mundo. En la actualidad ocupa la décima casilla del escalafón mundial de la ITF y el mes pasado se consagró campeona del ITF2 Bolton Indoor Tennis Tournament. Ese triunfo fue especial para ella porque fue la forma de ratificar su regreso tras sufrir una lesión que la alejó por varias semanas de las canchas.
Volver a jugar sin dolencias al más alto rendimiento le recordó por qué es que a ella le gusta jugar tenis. “Este título reafirmar la confianza y me demuestra que puedo seguir a un nivel competitivo y que el trabajo que hicimos de preparación fue muy bueno”, subraya la bogotana, que tiene los Juegos Paralímpicos de París 2024 en la mira.
Todavía es pronto para dar por sentada su clasificación a las justas, pero solo es cuestión de tiempo. Al certamen entran las 24 mejores tenistas del mundo y como ella está en el top 10 no parece estar en riesgo su boleto. De concretarse su clasificación serían sus cuartos Juegos Paralímpicos.
Con 17 años asistió a Londres 2012 con la ilusión de disfrutarlos. Luego dijo presente en Río de Janiero 2016 y Tokio 2020. Sobre los juegos de este año es clara con lo que desea. “Quiero una medalla, sé que tengo el nivel para hacerlo. Sé que es muy difícil y todavía un largo camino de aquí a París”.
En el medio están los demás retos que tiene que encarar en el circuito del tenis adaptado, entre los que también están los demás Grand Slams de la temporada. A cada uno le tiene cariño, pero el que tiene por el US Open es especial, ya que fue el primero en el que participó.
Su meta es seguir escalando lugares en el escalafón. Los eventos de su circuito no tienen quallies y en casos como Wimbledon, donde mover la silla es más complicado por la superficie, no hay torneos de preparación. Aun así nada la aleja de competir por ser su mejor versión e inspirar a otros para que den todo de sí sin importar las limitaciones.
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