Las claves del éxito de la delegación francesa en París 2024
Sembrar para el futuro y consolidar al país en la cima del deporte mundial son los objetivos de los organizadores de los Juegos Olímpicos. Buscan resultados a corto, mediano y largo plazo.
Luis Guillermo Ordoñez
Explican los especialistas que los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 cambiaron la historia del deporte español. El gobierno destinó buena parte de las entradas a los niños y jóvenes de las escuelas catalanas, quienes se enamoraron de las diferentes disciplinas que veían.
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Explican los especialistas que los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 cambiaron la historia del deporte español. El gobierno destinó buena parte de las entradas a los niños y jóvenes de las escuelas catalanas, quienes se enamoraron de las diferentes disciplinas que veían.
A las justas se les dio un gran despliegue en los medios estatales con pedagogía sobre cada uno de los deportes, su reglamentación, historia y principales figuras. Se transmitieron, además, todas las pruebas de los atletas locales y buena parte de las finales.
Los resultados de esa apuesta se evidenciaron en las dos primeras décadas de este siglo, en las que el deporte español alcanzo la cúspide mundial, tanto en deportes individuales como de conjunto, con figuras como Rafael Nadal, Alberto Contador, Fernando Alonso, Pau Gasol, Marc Márquez y las selecciones de fútbol, baloncesto y balonmano
El éxito que quiere repetir Francia con los Olímpicos de París 2024
Aunque tiene una cultura deportiva con bastante tradición, Francia le apostó a replicar el modelo de Barcelona en estos Juegos Olímpicos de París. El Comité Organizador de las justas intentó primero que el evento involucrada a toda la ciudad, por lo que no propuso tener un gran Parque Olímpico sino acondicionar diferentes escenarios en toda el área metropolitana.
Repartió 400.000 boletas entre los estudiantes de primaria y secundaria para que fueran a los eventos con algún familiar. Y les ofreció el 30% de las entradas para competencias preliminares a menos de 50 euros. Para otro 30%, de hasta 100 euros de costo, tenían prioridad. Un 30% más de los tiquetes cuestas entre 100 y 1.500 euros y el 10% restante corresponde a paquetes de hospitalidad de miles de euros que generalmente manejan el Comité Olímpico Internacional y sus firmas patrocinadoras.
La televisión nacional está transmitiendo muchas competencias en directo, sobre todo las de los franceses y en las noches hace un resumen con las mejores actuaciones y lleva como invitados a los medallistas locales para que cuenten sus hazañas. De acuerdo con los primeros resultados, el 92% de los habitantes del país han seguido por Juegos Olímpicos y la ceremonia de inauguración tuvo una audiencia media de 24 millones de personas en las casi cinco horas que duró.
Los resultados siempre son lo más importante
De todas formas, para generar un verdadero impacto lo fundamental es ganar, conseguir buenos resultados. Y eso también lo ha hecho la delegación francesa, conformada por 571 atletas. Hasta el momento ha logrado 13 medallas de oro, 16 de plata y 19 de bronce, con lo que mejoró su actuación en los últimas seis ediciones de los Olímpicos y está apenas a dos títulos de superar los 14 de Atlanta 1996.
Esos 48 podios Francia los ha conseguido en 17 disciplinas diferentes, entre ellas sus tres olímpicas por excelencia: judo, natación y esgrima. En el judo la gran figura es Teddy Riner, triple campeón olímpico en la categoría de más de 100 kilogramos. En la natación tiene al nuevo fenómeno de las piscinas, Léon Marchand, quien ganó cuatro oros y un bronce en París 2024. Y en la esgrima los éxitos estuvieron liderados por la bella Manon Apithy-Brunet, en sable.
Ellos han sido los deportistas locales más destacados, pero no los únicos que han generado fervor entre la afición. El tenismesista Felix Lebrun, por ejemplo, logró la medalla de bronce en el tenis de mesa, pero se convirtió en uno de los favoritos de los franceses en los olímpicos, al igual que su hermano Alexis, quien llegó a cuartos de final en esa misma disciplina. También fue muy celebrado el uno, dos y tres galo en el podio BMX masculino, con Joris Daudet. Sylvain Andre y Romain Mahieu, en una prueba en la que el colombiano Mateo Carmona quedó sexto.
“Allez les bleus, allez les bleus” (Vamos los azules), es el grito que se escucha en todos los escenarios parisinos para demostrar el apoyo a los deportistas franceses. En las tribunas de todos los escenarios las banderas de colores azul, blanco y rojo no dejan de ondear, haya o no atletas de este país.
Incluso los habitantes de París, a quienes generalmente no les gustan mucho los turistas y visitantes, están más amables que de costumbre. Eso sí, “la mayoría se fueron, nos quedamos los simpáticos”, como explica Lauren Boniface, un voluntario que trabaja en la organización de los Juegos Olímpicos y que siente que aunque “estuvimos dos años en obras y ahora hay muchos cierres viales y problemas de movilidad, estamos orgulloso de la fiesta que se está viviendo en nuestra ciudad”.
A todo eso habría que sumarle el hecho de que excepto un pequeño incidente previo a la inauguración de las justas, por un atentado a la red eléctrica de una línea de trenes, no se han presentado problemas de seguridad. Francia ha organizado unos juegos para la historia, aunque sus verdaderos frutos se verán en el futuro.
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