Las cuentas pendientes que Miami y Denver arreglarán en la final de la NBA
Este jueves, con transmisión para toda Latinoamérica de ESPN y Star +, desde las 7:30 de la noche (hora de Colombia) empieza la final de la NBA. El Espectador, en conversación con el exbasquetbolista Fabricio Oberto, analizó la definición de la liga de baloncesto más importante del mundo.
Fernando Camilo Garzón
Es imposible no ir a esa noche de 2021 cuando un partido entre Denver Nuggets y Miami Heat, hoy finalistas de la NBA, terminó en trifulca. Es imposible por el antecedente, por lo que hay ahora en juego y por los dos principales protagonistas de esa noche: Nikola Jokic, la esperanza de Denver, y Jimmy Butler, el líder de Miami.
La secuencia empieza con un rebote recogido por el serbio, que al avanzar a la altura de la mitad de la cancha recibió un codazo de Markieff Morris antes de dar el pase. Fuera de sí, Jokic cargó contra el rival por la espalda, en un golpe que dejó a Morris en el hospital y varios meses por fuera de competencia.
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Con el jugador de Denver en el suelo, desubicado y sin poder respirar, se formó la tángana. Casi a los puños, jugadores de uno y otro equipo se insultaron y zarandearon, mientras Jokic, protegido por el staff, se sentó con la mirada perdida en el banquillo. Y la imagen que dio la vuelta al mundo fue la de Jimmy Butler, gritando como loco hacia el banquillo de los Nuggets: “¡Vamos afuera! ¡Trae tu cola afuera! ¡Vamos a pelear afuera!”.
En los últimos dos años, se expandió la teoría de que esas palabras se las dirigía a Jokic, aunque en la rueda de prensa previa a la final el tejano explicó que le hablaba a otra persona. Y también dijo que de esa noche hay “muchas cosas que la gente no sabe”. Se pueden imaginar, claro, porque tras el partido trascendió una imagen inolvidable de todo el equipo de Miami esperando a la salida del vestuario a los jugadores de los Nuggets.
Esos dos equipos son los que jugarán la final de la NBA. En los últimos días, el antecedente calentó la previa de una serie entre dos equipos muy distintos. Una final dispareja, en la que una vez más Miami, que a punto estuvo de perder una ventaja de 3-0 en la final de la conferencia este hace unos días, parte de atrás, sin el favoritismo con el que Denver, que barrió a los Lakers, tendrá que cargar en su espalda.
“Miami tiene una cultura que parte de la entrega y de hacer mejor al compañero. Es un espíritu de sacrificio y de saber pasarla mal para salir adelante. Cuando los Celtics se pusieron 3-3, comenzando por Jimmy Butler, el mensaje de todos los jugadores del Heat era el mismo: ‘Vamos a salir adelante’”, explicó a El Espectador Fabricio Oberto, campeón de la NBA con San Antonio Spurs y leyenda de la selección de Argentina, en una mesa redonda con medios de toda Latinoamérica para analizar la final de la liga de baloncesto más importante del mundo.
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Por su lado, para Oberto, Denver llega como favorito, pero habrá que ver si el descanso extra que tuvo por finalizar antes su serie será beneficioso o perjudicial. “Los Nuggets son un equipo muy complejo de defender, en eso han mejorado mucho. No solo tiene a Jokic, que ya sabemos de lo que es capaz. Cuando él postea encuentra buenos tiradores, como Jamal Murray, que puede ser un ‘factor x’ fundamental a la hora de definir el título”.
Así está la balanza en la previa, con los Nuggets como los llamados a llevarse el anillo y los Heat retando un escenario en el que todos consideran, antes de jugar, que ya están derrotados. Y ese panorama a Miami le fascina.
Denver confía en Jokic
En el estado de Colorado vieron algo en Nikola Jokic que a los demás, demasiado alertados por su físico, su peso y su baja capacidad ofensiva, se les escapó. El serbio, que llegó a la NBA con una posición bastante baja en el draft, sin expectativas de grandeza y dudas sobre su futuro, terminó revolucionando Denver.
Hoy la discusión es si es mejor del mundo. Argumentos a favor o en contra, lo cierto es que Jokic, ese niño que de pequeño luchó y logró superar el sobrepeso, lleva tres años consecutivos con la NBA inclinada a sus pies, solo le falta el anillo.
Mire, en contexto: La sonrisa del Joker, el MVP de la NBA
Este año, aunque merecía ganar el MVP de la temporada regular por tercera oportunidad consecutiva, Nikola Jokic perdió la votación con Joel Embiid. Decisión que prendió el debate entre los amantes del baloncesto, pero que al serbio no le revolvió la cabeza, ya que en su mente él solo piensa en el campeonato.
“La decisión del MVP en la NBA tiene que cambiar. Por datos y estadísticas esa determinación la podría tomar incluso una inteligencia artificial, estaría más capacitada. Pero un verdadero MVP es el que mejora a sus compañeros, el que los guía si hay lluvía, neblina o tormenta. Y ese tipo de jugador es Nikola Jokic, un basquetbolista inteligente que sabe qué tipo de jugadores tiene al lado. Como también lo es Jimmy Butler. Son dos basquetbolistas capaces de hacer todo y a la vez de potenciar a los que lo rodean”, opinó Oberto.
Jokic es el centro de una máquina bien aceitada, repleta de variantes ofensivas y una defensa consolidada. La amenaza para Miami no solo está el serbio o en Murray, Denver construyó también una base sólida alrededor de buenos elementos como Michael Porter Jr. y Aaron Gordon. Una franquicia que no se dejó llevar por los fracasos de las temporadas pasadas y fue paciente para rodear a su estrella de jugadores que complementaran bien su sistema. Esa estrategia, de fondo más que de reacción, los tiene hoy en día en la final y con buenas opciones de aspirar al título.
“Miami tendrá mucho trabajo. Los Nuggets son un equipo incontrolable. Solo basta con tener en cuenta que Jokic, ‘el señor del triple doble’, en su peor día no baja de los 20 puntos. Limitarlo es una pesadilla, porque además es capaz de hacer jugar a los demás”, apuntó Oberto.
Nikola Jokic carga esa presión que llevan los grandes en los hombres, la exigencia por ganar títulos y revalidar sus condiciones con gestas y anillos.
Así llegaron a la final: Los Denver Nuggets jugarán las finales de la NBA tras arrasar con los Lakers
Pero, más allá de lo que se espera de él, el europeo ya ha demostrado que va en camino a ser uno de los pívots más recordados de la historia en la NBA. Palabras mayores que dijo LeBron James tras la eliminación de los Lakers en la final del Oeste.
Para el rey, Jokic es una “bestia” imposible de defender. “Estábamos hablando en el vestuario y llegamos a la conclusión de que Denver es uno de los mejores equipos al que nos hemos enfrentado. Tienen inteligencia, tiradores y profundidad de banquillo. Y claro, un jugador como el Joker. No puedes hacer errores con él. Y cuando lo defiendes bien, se pone el balón detrás de la cabeza como Larry Bird y consigue encestarla. Lo ha hecho varias veces en esta serie, solamente puedes quitarte el sombrero”.
A Miami Heat no le importan los reflectores
Enfrente de Denver estará Miami, los opositores de las probabilidades. Empezaron la temporada con un récord negativo de derrotas. Y una periodista se acercó a Jimmy Butler y le preguntó: “¿para qué está Miami Heat?”. La respuesta fue magistral: “para quedar campeones”.
Miami Heat, al contrario de los Nuggets, nunca fue favorito. Llegaron desde el repechaje a los playoffs como el octavo clasificado. En octavos, eliminaron al máximo candidato, los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo; en cuartos, despidieron a los sorprendentes New York Knicks, y en las semifinales, cuando los “expertos” les daban el 3% de chances de pasar contra los Celtics, en Boston, con la casa llena, se metieron a la final.
Miami Heat se guía por la filosofía de su líder, al que no le importan los premios, los reflectores ni los halagos. No son un equipo vistoso con muchas armas y destellos. Son simples y pragmáticos: les interesa ganar.
Tras vencer a los Celtics, en el momento de alzar el trofeo Larry Bird, que los certificaba como campeones del Este, Butler se negó a levantar el galardón. Y cuando le preguntaron por qué, después de la ceremonia, respondió: “yo solo juego por el O’Brien”, el trofeo de los campeones de la NBA.
Conozca a Jimmy Butler: La superestrella de la NBA que se burla del destino
Como dijo Fabricio Oberto, Miami Heat es un equipo de sacrificios. Siempre que dudaron de ellos, se burlaron de las probabilidades. Ese espíritu es el que los alienta a pensar que pueden vencer a los superpoderosos Nuggets, porque como alerta el exbasquetbolsita argentino: “Si Miami ya pudo parar a Giannis Antetokounmpo, ¿por qué no podrían limitar a Jokic?”.
Así llegó Heat a la final: No hubo hazaña en Boston: Miami jugará con Denver la final de la NBA
Y agregó: “Miami tiene la ventaja de tener un líder hecho a la medida de lo que necesita. Butler es capaz de tomar cualquier punto negativo, como se vio en la serie con los Celtics, y volverlo algo positivo. Cuando todo estaba en contra, él se hizo responsable y dijo: ‘soy yo el que tiene que jugar mejor’ ¿Cuántos jugadores son capaces de soportar el peso de toda su franquicia?”.
Hay una ventaja para Miami y es que conoce esta instancia. Es su séptima final y la última fue hace un par de años cuando, liderados por Butler, Bam Adebayo y Tyler Hero, los Heat perdieron con los Lakers el título que ya han ganado tres veces. Denver, en cambio, nunca había llegado tan lejos y la ilusión del primer título ha desbordado la ciudad.
Solo uno ganará el anillo. La serie, en la que se llevará el título quien logre cuatro victorias en siete juegos, irá mínimo hasta el viernes 9 de junio, pero podría extenderse hasta 18 del mismo mes en caso de necesitar alargar la definición hasta el séptimo partido. ¡Que empiece el juego!
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Es imposible no ir a esa noche de 2021 cuando un partido entre Denver Nuggets y Miami Heat, hoy finalistas de la NBA, terminó en trifulca. Es imposible por el antecedente, por lo que hay ahora en juego y por los dos principales protagonistas de esa noche: Nikola Jokic, la esperanza de Denver, y Jimmy Butler, el líder de Miami.
La secuencia empieza con un rebote recogido por el serbio, que al avanzar a la altura de la mitad de la cancha recibió un codazo de Markieff Morris antes de dar el pase. Fuera de sí, Jokic cargó contra el rival por la espalda, en un golpe que dejó a Morris en el hospital y varios meses por fuera de competencia.
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Con el jugador de Denver en el suelo, desubicado y sin poder respirar, se formó la tángana. Casi a los puños, jugadores de uno y otro equipo se insultaron y zarandearon, mientras Jokic, protegido por el staff, se sentó con la mirada perdida en el banquillo. Y la imagen que dio la vuelta al mundo fue la de Jimmy Butler, gritando como loco hacia el banquillo de los Nuggets: “¡Vamos afuera! ¡Trae tu cola afuera! ¡Vamos a pelear afuera!”.
En los últimos dos años, se expandió la teoría de que esas palabras se las dirigía a Jokic, aunque en la rueda de prensa previa a la final el tejano explicó que le hablaba a otra persona. Y también dijo que de esa noche hay “muchas cosas que la gente no sabe”. Se pueden imaginar, claro, porque tras el partido trascendió una imagen inolvidable de todo el equipo de Miami esperando a la salida del vestuario a los jugadores de los Nuggets.
Esos dos equipos son los que jugarán la final de la NBA. En los últimos días, el antecedente calentó la previa de una serie entre dos equipos muy distintos. Una final dispareja, en la que una vez más Miami, que a punto estuvo de perder una ventaja de 3-0 en la final de la conferencia este hace unos días, parte de atrás, sin el favoritismo con el que Denver, que barrió a los Lakers, tendrá que cargar en su espalda.
“Miami tiene una cultura que parte de la entrega y de hacer mejor al compañero. Es un espíritu de sacrificio y de saber pasarla mal para salir adelante. Cuando los Celtics se pusieron 3-3, comenzando por Jimmy Butler, el mensaje de todos los jugadores del Heat era el mismo: ‘Vamos a salir adelante’”, explicó a El Espectador Fabricio Oberto, campeón de la NBA con San Antonio Spurs y leyenda de la selección de Argentina, en una mesa redonda con medios de toda Latinoamérica para analizar la final de la liga de baloncesto más importante del mundo.
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Por su lado, para Oberto, Denver llega como favorito, pero habrá que ver si el descanso extra que tuvo por finalizar antes su serie será beneficioso o perjudicial. “Los Nuggets son un equipo muy complejo de defender, en eso han mejorado mucho. No solo tiene a Jokic, que ya sabemos de lo que es capaz. Cuando él postea encuentra buenos tiradores, como Jamal Murray, que puede ser un ‘factor x’ fundamental a la hora de definir el título”.
Así está la balanza en la previa, con los Nuggets como los llamados a llevarse el anillo y los Heat retando un escenario en el que todos consideran, antes de jugar, que ya están derrotados. Y ese panorama a Miami le fascina.
Denver confía en Jokic
En el estado de Colorado vieron algo en Nikola Jokic que a los demás, demasiado alertados por su físico, su peso y su baja capacidad ofensiva, se les escapó. El serbio, que llegó a la NBA con una posición bastante baja en el draft, sin expectativas de grandeza y dudas sobre su futuro, terminó revolucionando Denver.
Hoy la discusión es si es mejor del mundo. Argumentos a favor o en contra, lo cierto es que Jokic, ese niño que de pequeño luchó y logró superar el sobrepeso, lleva tres años consecutivos con la NBA inclinada a sus pies, solo le falta el anillo.
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Este año, aunque merecía ganar el MVP de la temporada regular por tercera oportunidad consecutiva, Nikola Jokic perdió la votación con Joel Embiid. Decisión que prendió el debate entre los amantes del baloncesto, pero que al serbio no le revolvió la cabeza, ya que en su mente él solo piensa en el campeonato.
“La decisión del MVP en la NBA tiene que cambiar. Por datos y estadísticas esa determinación la podría tomar incluso una inteligencia artificial, estaría más capacitada. Pero un verdadero MVP es el que mejora a sus compañeros, el que los guía si hay lluvía, neblina o tormenta. Y ese tipo de jugador es Nikola Jokic, un basquetbolista inteligente que sabe qué tipo de jugadores tiene al lado. Como también lo es Jimmy Butler. Son dos basquetbolistas capaces de hacer todo y a la vez de potenciar a los que lo rodean”, opinó Oberto.
Jokic es el centro de una máquina bien aceitada, repleta de variantes ofensivas y una defensa consolidada. La amenaza para Miami no solo está el serbio o en Murray, Denver construyó también una base sólida alrededor de buenos elementos como Michael Porter Jr. y Aaron Gordon. Una franquicia que no se dejó llevar por los fracasos de las temporadas pasadas y fue paciente para rodear a su estrella de jugadores que complementaran bien su sistema. Esa estrategia, de fondo más que de reacción, los tiene hoy en día en la final y con buenas opciones de aspirar al título.
“Miami tendrá mucho trabajo. Los Nuggets son un equipo incontrolable. Solo basta con tener en cuenta que Jokic, ‘el señor del triple doble’, en su peor día no baja de los 20 puntos. Limitarlo es una pesadilla, porque además es capaz de hacer jugar a los demás”, apuntó Oberto.
Nikola Jokic carga esa presión que llevan los grandes en los hombres, la exigencia por ganar títulos y revalidar sus condiciones con gestas y anillos.
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Pero, más allá de lo que se espera de él, el europeo ya ha demostrado que va en camino a ser uno de los pívots más recordados de la historia en la NBA. Palabras mayores que dijo LeBron James tras la eliminación de los Lakers en la final del Oeste.
Para el rey, Jokic es una “bestia” imposible de defender. “Estábamos hablando en el vestuario y llegamos a la conclusión de que Denver es uno de los mejores equipos al que nos hemos enfrentado. Tienen inteligencia, tiradores y profundidad de banquillo. Y claro, un jugador como el Joker. No puedes hacer errores con él. Y cuando lo defiendes bien, se pone el balón detrás de la cabeza como Larry Bird y consigue encestarla. Lo ha hecho varias veces en esta serie, solamente puedes quitarte el sombrero”.
A Miami Heat no le importan los reflectores
Enfrente de Denver estará Miami, los opositores de las probabilidades. Empezaron la temporada con un récord negativo de derrotas. Y una periodista se acercó a Jimmy Butler y le preguntó: “¿para qué está Miami Heat?”. La respuesta fue magistral: “para quedar campeones”.
Miami Heat, al contrario de los Nuggets, nunca fue favorito. Llegaron desde el repechaje a los playoffs como el octavo clasificado. En octavos, eliminaron al máximo candidato, los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo; en cuartos, despidieron a los sorprendentes New York Knicks, y en las semifinales, cuando los “expertos” les daban el 3% de chances de pasar contra los Celtics, en Boston, con la casa llena, se metieron a la final.
Miami Heat se guía por la filosofía de su líder, al que no le importan los premios, los reflectores ni los halagos. No son un equipo vistoso con muchas armas y destellos. Son simples y pragmáticos: les interesa ganar.
Tras vencer a los Celtics, en el momento de alzar el trofeo Larry Bird, que los certificaba como campeones del Este, Butler se negó a levantar el galardón. Y cuando le preguntaron por qué, después de la ceremonia, respondió: “yo solo juego por el O’Brien”, el trofeo de los campeones de la NBA.
Conozca a Jimmy Butler: La superestrella de la NBA que se burla del destino
Como dijo Fabricio Oberto, Miami Heat es un equipo de sacrificios. Siempre que dudaron de ellos, se burlaron de las probabilidades. Ese espíritu es el que los alienta a pensar que pueden vencer a los superpoderosos Nuggets, porque como alerta el exbasquetbolsita argentino: “Si Miami ya pudo parar a Giannis Antetokounmpo, ¿por qué no podrían limitar a Jokic?”.
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Y agregó: “Miami tiene la ventaja de tener un líder hecho a la medida de lo que necesita. Butler es capaz de tomar cualquier punto negativo, como se vio en la serie con los Celtics, y volverlo algo positivo. Cuando todo estaba en contra, él se hizo responsable y dijo: ‘soy yo el que tiene que jugar mejor’ ¿Cuántos jugadores son capaces de soportar el peso de toda su franquicia?”.
Hay una ventaja para Miami y es que conoce esta instancia. Es su séptima final y la última fue hace un par de años cuando, liderados por Butler, Bam Adebayo y Tyler Hero, los Heat perdieron con los Lakers el título que ya han ganado tres veces. Denver, en cambio, nunca había llegado tan lejos y la ilusión del primer título ha desbordado la ciudad.
Solo uno ganará el anillo. La serie, en la que se llevará el título quien logre cuatro victorias en siete juegos, irá mínimo hasta el viernes 9 de junio, pero podría extenderse hasta 18 del mismo mes en caso de necesitar alargar la definición hasta el séptimo partido. ¡Que empiece el juego!
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